Juan Luis Cebrián lamentó en algunas de sus últimas intervenciones públicas que al Grupo Prisa le pillara la caída de Lehman Brothers con la deuda financiera en su pico histórico -hasta ese momento-, pues eso hipotecó su futuro y, de aquellos barros, estos lodos. La compañía acababa de gastar 2.000 millones de euros para adquirir el 100% de las acciones de Sogecable como paso previo para tratar de venderla; pero no lo pudo hacer, dado que estalló la 'gran recesión' de la pasada década. Doce años después de aquello, ha vuelto a desatarse una crisis mundial a gran escala y ha afectado especialmente a la compañía fundada por Jesús de Polanco, que en la última semana se ha dejado en la bolsa más de 500 millones de euros.
Su principal problema es compartido con el del resto de las empresas cotizadas, y es el relativo a la pandemia del coronavirus, que ha ocasionado un terremoto económico que aún resulta insondable. Ahora bien, en este caso también hay que sumar el fracaso de su operación de venta a Cofina de su filial portuguesa, Media Capital.
Hace unas horas, Prisa enviaba un hecho relevante a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en el que reiteraba su malestar con la contraparte por -a su juicio- haber incumplido el contrato de compraventa que ambas partes pactaron el pasado septiembre y recordaba su intención de tomar medidas legales contra el grupo para resarcir los daños generados por esta marcha atrás.
Pese a esta advertencia, la dueña de El País y la Cadena SER sufría un duro golpe en bolsa, dado que sus acciones se devaluaban el 25,47%, en un día en el que las principales cotizadas españolas -Ibex 35- perdían el 7,88% en el parqué.
Un golpe histórico
Durante la última semana, el impacto económico que ha sufrido la compañía presidida por Javier Monzón ha sido de más de 500 millones de euros. Es decir, de un importe más de 2,5 superior que el de la ampliación de capital que aprobó el grupo en la primera parte de 2019, que sirvió para recomprar el 25% de Santillana al fondo Victoria Capital.
Un año antes, los accionistas del grupo -entre ellos, Santander y Telefónica- aprobaron otra ampliación que ascendió a 563 millones de euros.
La capitalización del grupo en bolsa era, a cierre de mercado, de menos de 420 millones de euros, con un precio por acción de 0,59 euros. Es decir, casi 3 veces menos de lo que costaba este lunes un ejemplar del periódico El País.
Ciertamente, no ha sido el único grupo de medios de comunicación que ha caído en bolsa durante los últimos días. Desde el pasado 1 de marzo, los títulos de Atresmedia se han depreciado el 18%; los de Mediaset, el 34%, y los de Vocento, el 17%. Los de Prisa, casi el 56%. El selectivo español ha descendido desde entonces el 31%.
Fuentes del grupo han incidido en que, de momento, se analiza la situación generada en la economía por la crisis sanitaria, pero no se ha aprobado ninguna medida de choque para frenar el descenso de la acción.
El conflicto entre Prisa y Cofina
Hay que recordar que Cofina renunció voluntariamente a continuar con la ampliación de capital aprobada por sus accionistas con fecha 29 de enero de 2020, incumpliendo con ello lo previsto en el contrato de compraventa de fecha 20 de septiembre y modificado el 23 de diciembre de 2019".
Las dos empresas acordaron hace medio año la venta de estos activos por un valor de 170 millones de euros. Antes del final de 2019, anunciaron una rebaja de casi el 30% del precio de Media Capital para "asegurar la operación".
Algunos de los accionistas de Prisa expresaron la semana pasada su sorpresa por el fracaso de esta operación. Entre otras cosas, porque el comprador ha revelado -según la prensa portuguesa- que había cubierto 82 de los 85 millones de euros que pretendía recaudar en la ampliación de capital que planteó para comprar Media Capital. Es decir, dudaban que su problema para completar la operación sea de liquidez.
El pasado viernes, Cofina dio un plazo de siete días a Prisa para renegociar el contrato de compraventa de Cofina y apuntó a que sería la propia empresa española la que lo había incumplido. Algo que Prisa rechaza.