Por casualidad, las directoras de Le Monde, Natalie Nourgayrède, y de New York Times, Jill Abramson, anunciaron que dejaban sus cargos el mismo día, con solo unas horas de diferencia. Fue el pasado 14 de mayo. Según ha informado la prensa en Francia y Estados Unidos, en ambos casos se han marchado tras mantener severos enfrentamientos con varios de sus subordinados. ¿Dichos conflictos son algo normal y fruto de cuestiones meramente laborales o acaso es que algunos mandos intermedios de dichos rotativos no soportan tener jefas que les mandan? Teniendo en cuenta que se ha publicado que ellas han tenido problemas añadidos por el mero hecho de ser mujeres, ¿existe el machismo en los medios? ¿Por qué en España muy pocas mujeres ocupan puestos de responsabilidad en ellos? Preguntas resbaladizas y difíciles que responden aquí otras dos mujeres con mando en plaza.
De los dos relevos, uno está claro y el otro está por explicar todavía. En el caso de Le Monde, no hay duda. Natalie Nourgayrède se ha visto obligada a abandonar la dirección por el conflicto que ha mantenido desde hace meses con la redacción en pleno proceso de transición digital. Un choque que había provocado un goteo constantes de bajas en el seno de la dirección, incluida la dimisión en bloque de siete miembros del equipo dirigente. La plantilla no aceptaba los cambios y Nougayrède ha perdido el pulso. Ella de 48 años, antigua corresponsal en Moscú y corresponsal diplomática, había accedido a la dirección del rotativo en marzo de 2013, tras la repentina muerte de Erik Izraelewicz, con lo que se convirtió en la primera mujer en tomar las riendas del diario galo en sus casi 70 años de historia.
Medios estadounidenses apuntan a tensiones de Abramson con el hombre que va a sustituirle al frente del 'New York Times'; 'El Mundo' apunta a posibles razones machistas
El caso de Abramson deberá esclarecerse con el paso del tiempo. A sus sesenta años, la ya exdirectora anunció de manera repentina su desvinculación al periódico. Será sustituida por la primera persona de raza negra que asuma este cargo, Dean Baquet, según informó el propio rotativo. "Me ha gustado mi trayectoria en el Times", aseguró Abramson en un comunicado recogido por Efe. Y añadió: "He trabajado con los mejores periodistas del mundo haciendo periodismo de calle". Ella fue la primera mujer en ocupar un cargo de tanta relevancia en el rotativo fundado en 1851, al ser nombrada directora en 2011 como sustituta de Bill Keller. No hay motivos oficiales del cese. Pero New York Post apuntó a que se habían producido enfrentamientos entre Baquet, ganador de un premio Pulitzer, y Abramson, así como que bajo su mandato muchas firmas de prestigio habían abandonado el diario. Y en El Mundo se ha apuntado a posibles razones machistas para el relevo.
Opiniones
Sean cuales sean los motivos, el caso es que las dos primeras mujeres en dirigir dos de los periódicos más prestigiosos del mundo acaban de dejar el cargo. En España muy pocas mujeres dirigen medios de comunicación. Además, cualquiera que conozca varias redacciones sabe que son escasas las féminas que ocupan cargos de mando intermedios. Y, en algunas ocasiones, se disparan las habladurías y los rumores malintencionados sobre ellas. Es decir, el machismo continúa en la mente de muchos periodistas, igual que en la mente de los empleados de cualquier otra profesión. Vozpópuli se ha puesto en contacto con varias mujeres que ocupan cargos de responsabilidad en los medios para conocer sus impresiones al respecto. Las opiniones son múltiples. Una de ellas, por ejemplo, ha declinado participar porque considera que el mero hecho de responder a este tipo de cuestiones alimenta la costumbre de poner el acento en las diferencias de género. "Si dimiten al mismo tiempo dos hombres, no se habla de este tema", sostiene. Otras, en cambio, sí aportan sus opiniones.
Montserrat Domínguez, directora del Huffington Post, cree que "es muy llamativo que el cese de ambas se conociera el mismo día, aunque la salida de Natalie Nougayrede podía intuirse después de la revuelta de los redactores jefes de Le Monde". "El de Jill Abramson ha sido más sorprendente -continúa-, entre otras cosas porque no están claras las razones; Ken Auletta, en The New Yorker, sí ha señalado que al parecer su antecesor y uno de sus subdirectores cobraban más de ella, lo que había provocado que se quejara, pero me extrañaría que fuera la única causa". En todo caso, "me da la impresión de que en ambos casos la destitución está más vinculada a las tensiones internas que viven los grandes medios en papel ante su necesaria transformación digital".
Montserrat Domínguez: "Algunos hombres siguen teniendo problemas a la hora de aceptar la autoridad ejercida por una directora, y especialmente en los periódicos tradicionales, donde los centros de poder han estado copados por hombres"
Pero, a su juicio, ese motivo "no excluye que sí, que algunos hombres siguen teniendo problemas a la hora de aceptar la autoridad ejercida por una directora, y especialmente en los periódicos tradicionales, donde los centros de poder han estado copados por hombres". "Pero habrá que escucharlas a ellas cuando hablen, si hablan, sobre el tema", matiza la periodista. Existen motivos para el optimismo, en todo caso. "En España cada vez hay más mujeres en puestos de responsabilidad en los medios, y en los más de 25 años de profesión que llevo he visto cómo iba evolucionando a mejor la presencia de la mujer". "Pero obviamente a las mujeres nos sigue costando romper los lazos invisibles que parecen 'blindar' a los hombres en los puentes de mando". Y, por último, destaca que "con la salida de Abramson, Arianna Huffington vuelve a quedarse sola como única mujer al frente de un gran medio, The Huffington Post, aunque su papel es más equiparable al de editora que como directora".
La presidenta de la FAPE: "La mujer y su gestión son analizadas con lupa, porque es novedad esa presencia femenina en un cargo tan elevado; y la mujer aparece menos poderosa que el hombre"
La presidenta de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), Elsa González, considera "una lástima" los cambios en los dos medios mencionados porque "eran las únicas mujeres que habían logrado poner una pica en Flandes... en cuanto al escalafón tan elevado y representativo para una mujer en medios de comunicación de referencia mundial como son estos dos periódicos". También cree que las plantillas de ambos medios podrían haberse rebelado igualmente frente a hombres, aunque "la mujer y su gestión son analizadas con lupa, porque es novedad esa presencia femenina en un cargo tan elevado; y la mujer aparece menos poderosa que el hombre y, por lo tanto, más susceptible o expuesta a la crítica".
Para la presidenta de la FAPE, "el machismo permanece en los medios de comunicación, no tanto en la redacción como en la dirección editorial, que elige a sus responsables en la redacción". Y matiza que "no hay más que ver la composición de los consejos de administración de los medios, donde la mujer apenas alcanza el 20%". "En los medios informativos tenemos paridad -explica-, en general,en el número de redactoras, en cuanto ascendemos en la dirección los nombres de mujer van desapareciendo en beneficio masculino". Y agrega que "la incorporación de la mujer a los puestos de dirección es una denuncia y demanda permanente desde la FAPE y así lo hemos trasladado en foros, entrevistas con la Administración, con los editores, ante la FIP (Federación Internacional de Periodistas) e intentamos que cale en la sociedad". "Es uno de mis primeros objetivos desde que accedí a este cargo", apostilla.
Campaña 'Ban bossy': "No soy mandona, soy la jefa"
Curiosamente, estas dos dimisiones forzosas coinciden con una potente campaña internacional destinada a concienciar a las niñas de que la ambición no es solo una característica propia de los hombres. Se trata del proyecto Ban bossy, puesto en marcha por la ejecutiva de Facebook Sheryl Sandberg. En esta iniciativa, la cantante Beyoncé y otras mujeres conocidas intentan mostrar que una mujer que ocupa un cargo de responsabilidad no es "mandona", sino "la jefa". La propulsora de la campaña explicaba en un artículo en Wall Street Journal que "un hombre puede ser 'fuerte, pero una mujer es 'fría". "A los varones se les permite ser 'ambiciosos', a ellas se las tacha inmediatamente de 'calculadoras".
Domínguez explica con claridad el concepto: "Una jefa que manda es 'mandona' y 'autoritaria', en tono peyorativo, mientras que si se trata de un jefe-hombre se valora positivamente y se considera que son 'dotes de mando". Por su parte, González valora positivamente esta capaña, pero, según destaca, "en este sector, actitudes y ejemplos como el de muchas reporteras que informan desde lugares en conflicto, con valentía y buen hacer; o el ejercicio de un periodismo de calidad, ético y humano, desde cualquier punto y sección, constituyen los mejores argumentos para que la mujer acceda a los puestos directivos, no para sumarse a lo que hay sino para ofrecer algo nuevo, si es posible una sociedad más racional y justa".