Un tweet tiene una vida efímera. Si no se viraliza el tiempo que permanece visible es ridículo, el algoritmo de Twitter lo esconde y desaparece entre millones de mensajes mediocres. Para evitar esto los usuarios cargan sus mensajes de pomposidad y falsa trascendencia en una lucha constante por parecer más interesante que el mensaje anterior. Esta carrera por la atención tiene consecuencias nefastas para la objetividad cuando esos usuarios son periodistas o jueces. En las redes sociales la información se alquila a la emoción para terminar con la evidencia, con el análisis pausado, ...con el periodismo. 

En las redes sociales la información se alquila a la emoción para terminar con la evidencia

Hace unos días un juez especializado en igualdad y derecho de familia —ahora suspendido— publicó uno de esos tweets cargados de fuerza emocional para defender una idea, no una noticia. El tweet era una fotografía (no se sabía muy bien de dónde) que ponía en evidencia gráfica una injusticia que parece muy cercana, concretamente en España.

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En la imagen se ve la puerta cerrada de una tienda donde un cartel pone "NO HOMBRES, a menos que acompañen a una clienta". En el texto que acompaña al tuit, Francisco Serrano afirma: "El apartheid ha llegado a España. Y lo peor es que a muchos les parece muy bien". 

La foto tiene un mensaje brutal pero le faltaba un contexto. Una segunda lectura que aportase certezas, no doctrina. Bastaba unos poco minutos para averiguar que la imagen original describe un escenario totalmente distinto del que el juez dio a entender en su mensaje inicial.

El cartel de la tienda tiene un número de teléfono que ha sido borrado. Con un simple clic puedes buscar la imagen en Google y descubrir el número de teléfono sin censurar. Un número que te da una pista que ya se intuye por el lenguaje del cartel: no es España. Buscando el número en Facebook te lleva a la página del negocio en esa red social. Una tienda de vestidos solo para mujeres en la ciudad mexicana de Tepic, la capital de Nayarit. 

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México es uno de los países más machistas del mundo. Entre 3 y 4 violaciones o abusos sexuales por hora. La región de Nayarit, en particular, ha sufrido en los últimos años un aumento de las violaciones a menores. Más de 200 casos al año para una población de un millón de habitantes. El contexto de la imagen es una medida de protección a un colectivo en riesgo real en una tienda exclusiva para mujeres de un país asolado por la violencia de género. 

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A pesar de los avisos y la viralidad del hilo el juez decidió no rectificar, poner contexto o borrar la fotografía porque, en realidad, la noticia no importaba demasiado; lo verdaderamente importante era ahondar en su doctrina.   

No es un caso aislado. No importa la ideología, ni la carrera política, ni el medio; la presión por llegar el primero, por parecer más trascendente o defender tu ideario en redes está acabando con el contexto.

Incluso cuando la idea es legítima, un mal apoyo gráfico erróneo se puede volver en contra de un argumento lícito. Eso le pasó al secretario general de Podemos en Aragón, Pablo Echenique, cuando eligió un recorte tendencioso para ilustrar su denuncia:

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Echenique denunciaba pocas mujeres en una reunión del PP y elegía una foto recortada en la que no se veían todas las que sí aparecían en una foto completa del acto. 

Otro ejemplo mucho más sutil. Durante el último huracán atlántico los medios entraron en un nueva carrera del tremendismo gráfico. Se publicaron decenas de imágenes que ilustraban titulares de apenas unas palabras según iba llegando la información de agencias. Una de ellas era perfecta para ello, barcas y yates de lujo abandonados tierra adentro como prueba de la tremenda fuerza del huracán.

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Alguien dedicó unos minutos de su tiempo a analizar el contexto sin importar los RTs. Conociendo la situación de las fotos acudió a Google Street View para comprobar que las barcas ya estaban allí antes del huracán aparcadas en la cuneta de la carretera. Nada había arrastrado las embarcaciones hasta allí, pero la foto seguía ilustrando cabeceras de unas cuantas noticias. 

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Los medios son los primeros en apuntarse a la dictadura del RT. Visibilidad rápida a costa del ingenuo, que siempre habrá. El lector que no aprende a cuestionarse nunca una fotografía no es un lector... es un cordero más.

El lector que no aprende a cuestionarse nunca una fotografía no es un lector... es un cordero más

Cuando lo anecdótico se convierte en lo real porque es más fácil hacerlo viral los periodistas acaban por relatar hechos en los que nunca estuvieron presentes, basándose en una única fuente que se puede equivocar.

Así ocurrió con una reciente noticia publicada en OkDiario y que sigue sin rectificar. Una foto de Teresa Rodríguez, diputada por Podemos en el Parlamento de Andalucía, con su pareja y actual alcalde de Cádiz, José María González Santos, "Kichi", para criticar las vacaciones de ambos.

El grafismo trata sutilmente de someter al lector mintiendo sobre el contexto para vender una imagen errónea del protagonista de la noticia.

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Otro clásico. El contexto también hay que saber leerlo en un tweet. Un mensaje que vuelve una y otra vez a viralizarse con cada atentado islamista en Europa. El tweet es de Juan Carlos Monedero, politólogo y exsecretario de Podemos.

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Sin mas esfuerzo que una lectura en diagonal parece una evidente apología del terrorismo. Pero basta con mirar la fecha y leer el contexto para entender que se refiere a otra cosa. El mensaje ensalza la caída de las dictaduras tras los 19 días de protestas populares de la 'Primavera árabe'.

El fin está matando los medios periodísticos. Contar la verdad ya no es prioritario sino defender el puesto en tu entramado ideológico con los trucos que permiten las redes. La editorialización excesiva de los hechos usando mecanismos de propaganda es una burla. Alcanzar la objetividad es imposible pero ser honesto debería ser siempre una necesidad vital.

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