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La madre de Amy Winehouse: “Se cortaba la cara y apagaba cigarros en ella”

Cuatro años más tarde de la muerte de Amy Winehouse, su madre Janis, ha revelado ahora que su hija tenía un tipo de trastorno neuropsiquiátrico que le llevaba a cortarse la cara, apagar cigarrillos en su mejilla,  vivir como en una pocilga y a perder los dientes.

  • La madre de Amy Winehouse revela que la cantante tenía el síndrome de Tourette (Gtres).

Según ha confesado la madre de Amy WineHouse a la revista People, ésta sospecha que la cantante padecía el síndrome de Tourette, caracterizado por provocar múltiples tics físicos y vocales, que son muy difíciles de controlar por quienes lo padecen, una conclusión a la que ha llegado después de leer sus notas y cuadernos.

Esta enfermedad fue la causante de llevarla a escribir letras con un contenido bastante obsesivo: “Muestran signos de su ser atormentado por el tipo de enfermedad mental con el que ella luchó en los últimos años de su vida” ha declarado para la revista People.

Además ha explicado: “Sabía que era un ángel y diablo, todo en uno… Amar a Amy se convirtió en un ciclo incesante de pensar que iba a perderla, tratar de no perderla, esperar a perderla…”. Esta enfermedad le llevó también a hacer cosas terribles como cortarse la cara, apagar cigarrillos en su mejilla, vivía como en una pocilga, le faltaban dientes y los huesos le sobresalían de sus rodillas.

En su libro Loving Amy: A Mother’s Story, Janis Winehouse, describe la infancia y adolescencia de Amy como una etapa muy difícil, debido sobre todo a los problemas que tuvo con sus compañeros de colegio, que la apodaron “huracán Amy” por su personalidad desordenada y caótica.

La madre asegura que cuando se divorció de Mitchell los problemas en la escuela se intensificaron y se hizo más difícil manejar a Amy, que se convirtió en una persona intimidante y peleona.

La cantante murió a los 27 años, el 23 de julio de 2011, debido a una intoxicación por alcohol y fue encontrada boca abajo en su cama en Camden, al norte de Londres. Amy se encontraba en medio de una terapia de rehabilitación y además era adicta a la heroína, una droga que sí logró mantenerla bajo control durante los últimos años.

De hecho, la autopsia reveló que la cantante no había consumido drogas pero sí tenía un nivel elevadísimo de alcohol el día que falleció. Junto a su cadáver se encontraron tres botellas de vodka, “dos grandes y una pequeña”, según el informe policial.


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