En una sentencia cuyo fallo se ha conocido este viernes, el juez declarara así la inoficiosidad de la constitución de la Fundación Casa Medina Sidonia, reclamada por los hijos en un juicio celebrado el pasado diciembre.
Leoncio Alonso González de Gregorio y Álvarez de Toledo, actual duque de Medina Sidonia, y sus hermanos menores, Pilar y Gabriel, reclamaron los derechos que como herederos consideraban que tenían sobre los bienes con los que la aristócrata constituyó en 1990 la Fundación Casa Medina Sidonia.
Estos bienes están formados por el Palacio de los Guzmanes de Sanlúcar de Barrameda, sede de la Fundación, que incluye como su "joya" un archivo con más de seis millones de documentos (sel siglo XII, el más antiguo) considerado como el más importante de Europa y como un referente para los historiadores, y catalogado como Bien de Interés Cultural por parte de la Junta de Andalucía.
La Fundación está presidida por Liliane Dahlmann, viuda de la Duquesa Roja, con la que convivió 25 años y con la que se casó poco antes de su muerte, en 2008.
Los hijos reclamaban la parte legítima de sus bienes
El juicio comenzó el pasado 30 de septiembre, en Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, y en él los tres hijos reclaman su parte legítima sobre los bienes con los que la noble constituyó en 1990 la Fundación Casa de Medina-Sidonia. De hecho su hijo el duque de Medina Sidonia, Leoncio Alonso González de Gregorio y Álvarez de Toledo, lo calificó como “una obligación moral” el pedir como su herencia los fondos que su madre donó a dicha fundación, según ha informado Efe.
Entre los bienes disputados se encuentra el Palacio de los Guzmanes de Sanlúcar de Barrameda, sede de la Fundación, que incluye como su “joya” un archivo con más de seis millones de documentos -el más antiguo del siglo XII- considerado como el más importante de Europa y como un referente para los historiadores. Unos bienes catalogados como Monumento Nacional y como Bien de Interés Cultural.
A la polémica herencia hay que sumarle además la complicada relación que Luisa Isabel mantuvo con sus tres hijos. El más pequeño, Gabriel, asegura ahora que su madre “abusó gravemente de nuestro patrimonio cuando éramos niños” y continuaba diciendo: “No estoy resentido contra mi madre, porque fue una persona que nos dejó claro que iba a intentar putearnos todo lo posible”.