Parece estar claro quiénes son los únicos beneficiarios de airear los nombres de artistas, deportistas o presentadores que no están al corriente con sus obligaciones fiscales. El impacto que tienen estas medidas actúa de publicidad gratuita y como efecto ejemplarizante, poniendo en juego la imagen del famoso, que tiene derecho a resolver sus deudas de forma privada como cualquier otro ciudadano, quien además, en muchos casos, tras la investigación se demuestra que no ha cometido ningún delito.
Deportistas y artistas en el punto de mira
Son muchos los deportistas, principalmente futbolistas, que este año han sido objetivo del dedo apuntador del señor Montoro. Si hiciésemos un ranking, el primero en la lista sería la estrella del F.C. Barcelona Leo Messi. El delantero del Barca ha reconocido las irregularidades cometidas en las declaraciones de IRPF de 2007, 2008 y 2009, con un fraude que ronda los 4 millones de euros. Una presunta mala gestión de su padre le va a llevar al mejor jugador del mundo a pagar casi 40 millones de euros. Una deuda que Messi tiene prácticamente saldada tras el acuerdo al que ha llegado con Hacienda, para de esta forma también atenerse a la nueva ley en la que el imputado que paga de forma inmediata evita la cárcel.
Curiosamente, estos días también sabíamos que Iker Casillas acaba de pagar 2 millones de euros a Hacienda, no como sanción económica porque no se ha demostrado que haya habido intencionalidad, sino porque a determinados ingresos no les han dado el tratamiento fiscal correcto debido a una mala interpretación de la ley. No es este el caso de su compañero internacional David Villa, a quien parece que le han pillado también intentando no cumplir con sus obligaciones fiscales. De momento, no se conoce la cifra que alcanzaría la deuda que el jugador del Atlético de Madrid tiene. Antes, otros deportistas como los futbolista Figo, Suker o Samuel Eto'o -a quien Hacienda le reclamaba 3,5 millones de euros- o los tenistas Arantxa Sánchez-Vicario y Rafa Nadal, son algunos de la larga lista de deportistas que intentan tejer complejas redes de sociedades para así intentar evadir impuestos.
También en los últimos días ha sido imputada por un delito contra la hacienda pública la soprano Monserrat Caballé. La fiscalía la acusa de engañar al fisco simulando que vivió en Andorra durante 2010, defraudando así medio millón de euros en la declaración correspondiente a ese año. La Caballé, quien ha devuelto ya 300.000 euros, ha declarado no reconocer el delito porque, durante ese año, ella vivió en Andorra. La cantante Ana Torroja sí que ha admitido haber cometido irregularidades en los ejercicios de 2003, 2006 y 2007. Delitos por los que hace unos días ha sido juzgada y sancionada con pagar millón y medio de euros y una pena de cinco meses de prisión. El último VIP que está siendo investigado es el hijo de la baronesa Thyssen, Borja Thyssen, quien al parecer tributa en Suiza viviendo en España.
Los primeros de una larga lista
La persecución que sufren los famosos desde hace años no es nada nuevo. Ya lo dijo Lola Flores: “Yo no sabía que esto tenía tanto castigo”. La Faraona fue en 1989 el primer personaje famoso en ser juzgado públicamente por no presentar la declaración del impuesto sobre la renta desde el año 1982 al 1985, ambos inclusive. Un juicio del que la cantante salió muy bien parada. Se calcula que durante esos años Lola Flores pudo defraudar unos 47 millones de pesetas; en cambio, como no pudieron determinar con exactitud las cantidades defraudadas, fue condenada a pagar solo unos 28 millones de pesetas. Deuda que la artista intentó saldar con el dinero de los españoles: “…si cada español me diera una peseta…”.
En 2003, Bertín Osborne fue condenado a un año de cárcel -que no tuvo que cumplir por ser su primera condena- y a pagar 900.000 euros. Julio Iglesias, Alejandro Sanz, Josep Carreras o Plácido Domingo también han sido investigados por posibles fraudes contra la hacienda pública y, en algunos casos, obligados a pagar sus deudas.
Presentadores como Pedro Ruiz, Ana Rosa Quintana, Carlos Herrera, María Teresa Campos o Jorge Javier Vázquez también han sido perseguidos y expuestos públicamente sus deudas con Hacienda.
Los grandes cocineros tampoco han quedado fuera del dedo apuntador de Montoro. Sergi Arola tuvo que cerrar su restaurante Gastro hace un año, casualmente también por estas fechas, después de que seis funcionarios irrumpiesen en el restaurante lleno de clientes para precintar la bodega. El chef con dos estrellas Michelín adeudaba al erario público 148.000 euros. Sergi tuvo que pagar 20.000 euros para poder reabrir su restaurante y paga religiosamente 3.550 euros al mes hasta que liquide la totalidad de la deuda.
También el año pasado, la tonadillera Isabel Pantoja fue condenada a pagar una multa de 1.147.149 euros por un delito de blanqueo de capitales. Tiene bienes embargados por un valor de 2 millones de euros.
Todo tiene una explicación. Como hace pocos días contaba un inspector de Hacienda en televisión, no solo se dedican más medios económicos para perseguir a famosos y particulares que para inspeccionar a las empresas, sino que las retribuciones de los inspectores y técnicos de Hacienda dependen de las cuantías de los fraudes que consigan destapar. Cuanto mayor sea el fraude, más ganan. Esperemos que Montoro llegue a modificar la ley, tal y como lleva tiempo anunciando, para dar publicidad a la lista de todos los defraudadores, famosos, empresas y particulares. Totalmente plausible la persecución de cualquier tipo de delito, incluyendo los fiscales, pero no a cualquier precio.