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Britney Spears, Kim Kardashian y otras locas por los uniformes

¿A quién no le gusta un hombre de uniforme? Ese porte, esa gallardía, esa sensación de autoridad, tiene todo para desarrollar un sexappeal nunca visto. No es de extrañar, claro, que sean muchas las famosas que hayan caído rendidas a los pies de guardaespaldas, policías, militares, bomberos y si hace falta, incluso repartidores de correo. Todo por un buen uniforme en casa. ¿Quieren saber cuáles son las celebrities más fetichistas?

  • Antes de Kanye West, Kim Kardashian estuvo con su guardaespaldas (GTRES)

El repaso a la crónica social de esta semana nos ha dejado una de las mejores historias del año. Sí, del año, apostamos fuerte. Y lo mejor de todo es que no tiene nada que ver con los clanes que siempre, los Pantoja y los Rivera, las Campos o los Preysler-Vargas Llosa, de los que estamos ya saturados. La protagonista de este simpar folletín es Paloma Lago, presentadora en horas bajas y habitual de las fiestas con cierto toque de glamour -o lo que en España entendemos por tal-, que aprovechaba su momento de felicidad para presentar a su novio en sociedad. Hasta ahí todo normal, pero, ¿y si les decimos que el joven es policía nacional y que conoció a la presentadora durante la proclamación del rey Felipe VI? Sí, un Oficial y caballero a la española.

Lejos de dejarse deslumbrar por la trascendencia histórica del momento, Paloma se quedó sin respiración cuando le vio con el uniforme puesto y atacó. Hablaron, quedaron luego con amigos comunes y ahora, un año después, ya hablan de planes de boda y de formar una familia. Así se las gastan los hombres de uniforme. Consiguen que cualquiera pierda la cabeza y se entregue en cuerpo y alma a la pasión. Le ha pasado a la presentadora, pero, desde luego, no es la única celebrity en este selecto club:

Estefanía de Mónaco

Sin duda, la presidenta de honor del club. A la princesa Estefanía de Mónaco hay pocas cosas que le gusten más que un uniforme. Con Daniel Ducruet, su guardaespaldas, se casó, tuvo dos hijos y se divorció cuando vio que estaba haciendo lo mismo con otras. De ahí pasó a Jean Raymond Gottlieb, otro guardaespaldas con el que también tuvo una hija. Y viendo que el asunto de la seguridad no era lo suyo, cambió de campo pero siguió con los uniformes, esta vez del circo. Primero tuvo un romance con un domador de elefantes, con Franco Knie, y luego con el acróbata Adans Pérez. Al resto de su familia, claro, no le hizo nada de gracia.

Britney Spears

Tanto le gustan los cuerpos y fuerzas de seguridad a Britney Spears que han acabado pasándole mucha factura. La cantante se encaprichó de uno de sus guardaespaldas y quiso ir más allá de lo que el joven deseaba. Fernando Flores demandó a Spears por acaso sexual, alegando que la cantante se había desnudado varias veces delante de él y había dejado caer objetos al suelo para recogerlos e insinuarse. Y ya que estaba, también declaró que la cantante era muy mala madre y no trataba bien a sus hijos. Al final, llegaron a un acuerdo y ahí acabó la historia.

Heidi Klum

Tras divorciarse de su marido, el cantante Seal, Heidi Klum encontró refugio, literal, en los brazos de su guardaespaldas. La modelo buscaba alguien para curarse las heridas y acabó fijándose en el que tenía más cerca. Martin Kirsten llevaba tiempo trabajando para ella pero el cambio de situación sentimental hizo que aflorara la pasión. Pero el romance tampoco fue tan intenso. Después de año y medio juntos, Klum rompía con Kirsten y volvía a la soltería. ¿Fue todo cosa de verle con el uniforme de servicio o de verdad había nacido el amor?

Scarlett Johansson

Como nunca hemos tenido personal de seguridad a nuestro cargo, suponemos que donde va el famoso, debe ir también el guardaespaldas. Ahora, ¿es normal que éste también se ponga el bañador cuando se encuentra a bordo de un yate? Scarlett Johansson se fue de vacaciones a Sicilia, se tumbó a tomar el sol y su guardaespaldas, en bañador también, hizo lo propio. Evidentemente, el revuelo que se formó fue poco. Los representantes de la actriz tuvieron que salir al paso para declarar que solo era su guardaespaldas y que no había nada más. Tendremos que creerlo, claro.

Kim Kardashian

Antes de la llegada de Kanye West, hubo vida en casa de Kim Kardashian. Ahora parece imposible, pero la socialité tuvo unos cuantos romances antes de conocer al rapero. Uno de ellos fue Shengo Deane, su guardaespaldas, con el que acabó intimando allá por 2011. Tanta seguridad y tanto uniforme hicieron que Kim perdiera la cabeza, pero la relación duró muy poco, ya que Deane no pudo aguantar la presión mediática y prefirió volver al anonimato. No pasa nada. Lo que le esperaba en el futuro iba a ser mucho mejor.

Rocío Carrasco

En España somos mucho más modestos y tradicionales. Aquí no queremos saber nada de guardaespaldas y demás miembros de seguridad privada. Nosotros vamos a lo grande, a las fuerzas y cuerpos del Estado. Rocío Carrasco quiso innovar el clásico romance entre toreros y folclóricas y acabó casándose con un guardia civil. Eran jóvenes, estaban enamorados y se compraron los peores vestidos de boda de la historia. ¡Quién les iba a decir que, años después, ni se hablarían! Antonio David abandonó el cuerpo y fichó por la farándula. Tanto que fue Rocío la que se alejó de la fama para dejarle a él su sitio. El claro precedente del romance de Paloma Lago y su policía. Más vale que vaya con cuidado, no sea que le salga un Antonio David y acabe contando sus miserias en prime time...

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