“Quiero cumplir 50 en Mujeres y hombres y viceversa”, decía Emma García a principios de verano. Desde su privilegiado puesto en las escaleras, la presentadora observa con atención cómo se comportan los integrantes de ese pequeño universo que ha conseguido crear en Telecinco. Emulando al Dios de la creación, la presentadora dirige las vidas de los seres que se reúnen cada día en plató, organizando sus citas, controlando sus reacciones e incidiendo en los momentos más polémicos de su día a día.
A sus faldas,-o mejor, pantalones de campana-, la presentadora ha conseguido crear la tribu urbana más masiva del momento: los tronistas. Hombres y mujeres a los que les gusta un buen bronceado, unas buenas prótesis, una depilación integral y bailar ritmos electrolatinos hasta la madrugada. Nunca nadie había ejercido tanta influencia en el mundo real desde un programa de televisión. Ni siquiera en Jersey Shore.
Desde su llegada a Telecinco hace trece años, Emma García ha conseguido posicionarse como una de uno de los referentes de la cadena. Dispuesta a asumir todo tipo de retos -incluso algunos abocados al fracaso antes de su nacimiento como el pseudoreality Ex, ¿qué harías por tus hijos?-, la presentadora ha ido soltándose, lidiando con las situaciones más complicadas que hemos podido ver en televisión -mucho hablamos de Sálvame ahora, pero lo que ocurría en A tu lado no tenía nada que envidiarle- y evolucionando en sus peculiares estilismos.
Podríamos hacer una guía de la década de los 2000 tan solo con los atuendos que ha ido llevando la presentadora. Tendencias que no han pasado por las páginas de las revistas, y que, posiblemente, ahora tampoco aterrizarían en los blogs de moda, pero que han calado tanto en los espectadores que forman ya parte de la historia de España. ¿Alguien imagina a la presentadora sin los trajes de raya diplomática de El juego de tu vida?
La influencia de estilística de Emma García puede dividirse en tres grandes grupos, coincidentes con sus programas estrella. Tres momentos de la televisión materializados en la figura de una de las presentadoras que más tiempo lleva triunfando en Mediaset -lo mismo podría hacerse con Jesús Vázquez, pero remontándonos directamente a la década de los 90-. Tres escenarios que consiguieron atraparnos y convertirnos en miembros de la secta del 'power vasco', adoradores de Emma García por encima de todo.
A tu lado
Antes de que Jorge Javier Vázquez se llevara a Karmele Marchante, Mila Ximénez o Kiko Hernández a su cortijo de Sálvame, Emma García ya los tenía sentados en los silloncitos de A tu lado. También pasaban por ahí Raquel Bollo, Carmina Ordóñez, Lydia Lozano y todos los ex concursantes de Gran Hermano habidos y por haber.
La Emma que aterrizó para convertirse en la reina de las tardes llevaba el pelo planchado, botas altas, falda, tops de tirantes y estaba más delgada que la Reina Letizia. El perfilador de labios y de cejas era su gran amigo y los collares, un complemento indispensable. Estábamos ya en plena década de los 2000, pero los 90 se resistían a abandonarnos.
El juego de tu vida
Cinco años se mantuvo Emma García en la franja de tarde hasta que la dirección de la cadena decidió darle un descanso definitivo a A tu lado. ¿Y ahora qué? Pues, ni más ni menos, que El juego de tu vida, uno de los formatos más recordados y que más alegrías nos han dado en los últimos tiempos.
Los concursantes se enfrentaban a veintiuna preguntas sobre su vida, de lo más sórdidas y sorprendentes, con el objetivo de ganar 100.000 euros. Eso sí, siempre que no mintiesen y el polígrafo lo detectase. Nunca entendimos su funcionamiento pero el estilismo de Emma nos cautivó a la primera.
Nos encontrábamos en horario nocturno así que la presentadora apostó por estilismos más elegantes, más atrevidos y sí, más imposibles. Pantalones de campana de mil colores, chaquetas y unas prendas superiores que no sabemos ni cómo clasificarlas. La plancha continuaba haciendo acto de presencia en el peinado y, de vez en cuando, nos sorprendía con un recogido. Ojalá volviesen a emitirlo.
Mujeres y hombres y viceversa
Siete años lleva Emma García sentada en las escaleras de Mujeres y hombres y viceversa. Siete años en los que ha cambiado el plató, han evolucionado los participantes -no mucho, pero algo sí, que ya no vemos tantos Rafa Mora en plató- y también la presentadora.
Emma ha encontrado su estilo. Fiel a los complementos, ha reducido el ancho de los pantalones, se ha soltado la melena rizada y ha rejuvenecido casi una década. De vez en cuando se le va la mano con el iluminador y el antiojeras, pero se le perdona todo.
¿Es posible que alguien esté mejor con 42 que con 32? Sin duda. Emma ha conseguido parece mucho más joven que sus propios tronistas, veinte años menores que ella. ¿Cuál será su truco? ¿Será el mismo que el de Ana Rosa? A ver si, al final, va a ser trabajar en Telecinco, que te rejuvenece y te pone las carnes en su sitio.