¿Quién no ha soñado con trabajar unos pocos minutos a la semana y ganar una buena cantidad de dinero? Por mucho que esa sea la reforma laboral que estábamos esperando, tan solo unos pocos elegidos han sido bendecidos con el don de la celebridad. Mientras los pobres mortales pasamos interminables horas delante de un ordenador -y eso teniendo suerte-, los famosos pueden permitirse el lujo de dejarse caer unos minutos por un evento y facturar más que cualquier pyme. Basta con arreglarse, sonreír y ejercer de imagen para una de las marcas del mercado. No importa si hablamos de ropa, de materiales de limpieza, de pastillas para adelgazar o de bañeras antideslizantes, lo importante es encontrar el producto perfecto, o, en su defecto, el que pague el mejor caché.
Cada semana asistimos a decenas de eventos que cuentan con el reclamo de un rostro popular para atraer al público. Notas de prensa plagadas de tópicos y frases recurrentes con la única excusa de generar el morbo suficiente para que los medios se animen a acudir a la presentación. ¿En calidad de qué se contrata a Blanca Suárez para promocionar planchas para el pelo? ¿De peluquera? ¿O de joven actriz con vida sentimental ajetreada? Tras las dos preguntas de rigor sobre el producto, los periodistas y reporteros sacan la artillería pesada y pasan a indagar en las cuestiones de actualidad del personaje, que para algo ha ido con remuneración incluida. Es el precio que hay que pagar para poder llegar cómodamente a fin de mes sin tener que arremangarse demasiado.
Hay celebrities que han conseguido convertirse en referente multimarca. Profesionales de la imagen que tan pronto te anuncian una crema como un suplemento alimenticio, y todo lo hacen con la misma naturalidad y la misma entrega. Esas son las más afortunadas y aquí tenemos una buena representación:
Martina Klein
Durante una época, la televisión fue de Martina Klein. La modelo puso cara a decenas de productos, desde deliciosos chocolates a complementos nutricionales para personas mayores, porque claro, Martina es especialista en todo eso. Tantos anuncios llegó a protagonizar que saturó su imagen como nunca antes había pasado -¿cuántas veces al día se puede ver la cara de la modelo sin causar daños irreparables en el cerebro?-. Imaginamos que generó una buena cantidad de ingresos que le han permitido alejarse una temporada de la publicidad. Se lo agradecemos.
Carolina Cerezuela
Ejercer como jurado de un concurso de talentos debe ser agotador. Trasladarse hasta el plató, grabar durante unas horas y luego volver a casa sin desmaquillar ni nada. Cuando Carolina Cerezuela tuvo a su última hija decidió retirarse de la televisión y centrarse en un trabajo menos exigente y más cómodo para criar a tanto niño: promocionar productos. Su especialidad es todo lo relacionado con el cuidado infantil, pero tampoco le hace ascos a productos de limpieza o de belleza. Así, con cuatro ratos al menos, cubre el expediente y contribuye al mantenimiento de la familia -y, de paso, le abre el mercado también a su marido, el extenista Carlos Moyá-.
Iker Casillas
Lo mejor de contar con Iker Casillas como imagen de marca es que transmite credibilidad. Y bueno, que tampoco tiene muchos reparos a la hora de aceptar trabajos. El futbolista promociona seguros, cervezas y champús con la misma soltura. ¿Qué tiene que rascarse la cabeza como si tuviera una caspa infernal? Pues lo hace. ¿Qué tiene que cantar para vender seguros? Pues sin problema. A Iker le hemos visto haciendo de todo, desde quitarse la barba hasta utilizar desodorante, y suponemos que todavía le queda mucha vida publicitaria por delante. El próximo paso es protagonizar una campaña a dúo con Sara Carbonero. Al tiempo.
Anne Igartiburu
No son buenos tiempos para Televisión Española. Anne Igartiburu ha sido, durante muchos años, una de las caras más visibles de la cadena pública, pero desde hace un tiempo su reinado hace aguas, y eso, sin duda, afecta al presupuesto mensual. Por lo que la presentadora no ha dudado en ejercer de madrina de unos relojes y una marca de café. Total, ¿quién no se toma un cafecito de vez en cuando? ¿Y quién no consulta la hora en un precioso reloj? Como no le den más programas, Anne acabará recurriendo a los clásicos de la publicidad: los yogures y los productos para la flora intestinal. Y eso son palabras mayores.
Rafa Nadal
Debe ser que el tenis no da tanto dinero como pensamos. Rafa Nadal, uno de los deportistas más exitosos de todos los tiempos, necesita completar sus duros meses de entrenamiento con algunos ingresos extra para caprichillos. De ahí que no le importa promocionar productos para el cabello, entidades bancarias o aseguradoras. Rafa es un chico sencillo, de barrio, como tú y como yo, y solo por eso hay que hacerle caso. Si él confía su abultada fortuna en un banco, debe ser porque es bueno, ¿no? O al menos, eso deben pensar los creativos cuando deciden contar con su presencia.
Isabel Sartorius
Haber estado emparentado con la Familia Real abre muchas puertas. Y si no, que se lo digan a Isabel Sartorius, que lleva veinticinco años viviendo de haber sido novia del entonces príncipe Felipe. La socialité y amiga de los Reyes no tiene reparos en prestarse para anunciar productos para adelgazar, tras haber reconocido que cogió algún que otro quilo de más. A la prensa, como se imaginan, le interesa mucho la opinión de Isabel sobre las marcas que anuncia y por eso le preguntan constantemente sobre... Letizia. ¿De qué va a hablar si no?
Jesús Vázquez
¿Son también de los que piensan que ya no pueden ver más veces a Jesús Vázquez promocionando clínicas dentales? Y quien dice clínicas dentales, dice compañías telefónicas. El presentador es una opción perfecta para cualquier publicista. Tiene buena imagen, es cercano, controla las cámaras y seguro que lo dice todo perfecto y en una única toma. Pero lo que está bien, está bien. Si ya tenemos bastante con verle todas las semanas en La Voz, no es necesario que también protagonice las pausas publicitarias. Un poco de contención.
Mónica Cruz
La carrera artística de Mónica Cruz tampoco es que pase por sus mejores momentos -si es que alguna vez los ha tenido-. La hermana de Penélope combina sus apariciones en series de televisión con la faceta de diseñadora y, como no, el anuncio de productos varios y diversos. Desde que tuvo a su hija, Mónica ha querido adentrarse en el fructífero mundo de las marcas especializadas en cuidados de bebés y no le ha ido mal. No en vano, es la segunda mejor opción tras la propia Penélope -es como tener a la actriz pero sin Oscar-. Luego dirán que si no es lista...
Terelu Campos
No hay mejor profesional de la promoción que Terelu Campos. La musa de nuestro repaso semanal a la crónica social es la favorita de las marcas que rodean el universo Sálvame. Terelu lo promociona todo, desde pastillas para mejorar el tracto intestinal hasta milagros para rejuvenecer la piel. Y de ahí a los yogures, las pastillas de caldo o los supermercados. Ponga a una Campos en el anuncio y será un éxito. El único problema que puede tener es que la contraten como imagen de un producto adelgazante y no consiga perder ni un gramo, pero eso es ya mucha casualidad...