El guapo Pedro Sánchez prometía una renovación en el PSOE cuando sus compañeros le eligieron como nuevo secretario general. Y parece que lo va consiguiendo. No por el cambio, que de momento es escaso -¿cuántas veces ha tenido que recular en sus alegres afirmaciones?- sino por las nuevas formas de ganar votos. Si a Pablo Iglesias o a Alberto Garzón les ha funcionado lo de salir en televisión, Sánchez no va a ser menos. Pero no piensa conformarse con los debates políticos, ni con los programas de actualidad. Él mea más alto y aspira a hacerse un Deluxe.
Desde luego, no habría nada mejor para los ciudadanos -seguro que Jorge Javier consiguió sacarle más información en aquellos diez minutos al teléfono que Gloria Lomana en toda la entrevista en prime time-. Pero ¿qué otros políticos deberían arremangarse los prejuicios y sentarse en la silla del Deluxe? ¿No nos gustaría ver desfilar a cada uno de los responsables del futuro de este país por el polígrafo de Conchita? Soñemos un ratito...
Esperanza Aguirre
La ex presidenta de la Comunidad de Madrid ha sido la primera política en retirarse de la política para ejercer la política. Sí, una paradoja de la que sólo podría haber salido airosa ella misma. Aguirre se ha paseado por casi todos los programas de televisión, o al menos por los que considera que son dignos de su presencia, pero tiene una espinita clavada: hacerse un Deluxe. Seguro que le encantaría sentarse delante de María Patiño y Mila Ximénez y, seguramente, les plantaría cara como nadie. Luego le darían una sorpresa en forma de Mario Vaquerizo y Jorge Javier la despediría con una sonrisa de oreja a oreja. Ese día no estaría invitada Rosa Benito, que le roba planos.
Albert Rivera
Contando que el líder de Ciutadants debe estar en plantilla de Telecinco, no le cuesta nada esperarse un ratito tras la mesa de actualidad de El programa de AR y hacerse un Deluxe. Jorge Javier aprovecharía los primeros minutos de entrevista para recordarle el posado desnudo que utilizó como campaña electoral y pedirle que se quitara la camiseta. Rivera no lo haría, pero le prometería hacerlo luego, detrás de las cámaras. Posiblemente Kiko Hernández recibiría alguna información en directo y Jorge Javier le preguntaría al político: '¿Sabes quién es Alberto Isla? ¿Qué le dirías para que votara a Ciutadans?'. Rivera terminaría la entrevista con un gran aplauso.
Rosa Díez
Sinceramente, no podemos esperar para ver a Rosa Díez y Karmele Marchante compartiendo plano. ¿Alguien las ha visto juntas? Porque tenemos la intuición de que son la misma persona. La líder de UPyD acudiría al Deluxe a regañadientes. Ella se considera una política seria, que no está para espectáculos y, claro, eso levantaría la ira de los colaboradores. Poco a poco se relajaría, pero el eje del mal no se lo pondría sencillo. Imaginamos una llamada en directo de Esperanza Aguirre para desmentir a Díez y, de paso, arrancarse por Marinero de luces. ¿No nos digan que esto no sería una maravilla?
Fátima Báñez
El paso de la ministra de empleo por el Deluxe sería muy breve. A los diez minutos, Belén Esteban entraría en plató, dispuesta a cantarle las cuarenta en nombre de los parados. Báñez no sabría responder nada, la de San Blas se crecería y todo terminaría con Jorge Javier dando paso a publicidad y la ministra abandonando el plató. Un clásico en Sálvame.
María Dolores de Cospedal
Ante el éxito de audiencia de Esperanza Aguirre, María Dolores de Cospedal se animaría también a pasar por el Deluxe. La número dos del Partido Popular se relajaría durante la entrevista con Jorge Javier en el íntimo, contándole su infancia, lo duro que es el mundo de la política y tratando de bromear sobre el fichaje de Chabelita pero sin demasiada gracia -Cospedal siempre llega tarde-. El problema es que el enfrentamiento con los colaboradores se le iría de las manos. Cospedal le mandaría un mensaje a Rajoy para que entrara por teléfono y le echara un capote, pero el presidente tendría el móvil desconectado y no vería el programa hasta varios días después. Al final, volvería a llamar Esperanza Aguirre, que seguro que no se pierde ningún viernes.
Mariano Rajoy
Sí, sabemos que estamos soñando, y mucho. Si el presidente del gobierno es incapaz de hacer una comparecencia con preguntas, ni dar un discurso sin leerlo, no va a acudir al Deluxe. Pero sería el mejor gesto que podría tener con los ciudadanos. En una época donde la mentira está a la orden del día, la corrupción va que vuela y nadie da explicaciones de nada, Rajoy debería someterse al polígrafo de Conchita. No sólo para responder a las preguntas sobre política, sino también a grandes clásicos como “¿Te arrepientes de haberte dejado grabar practicando sexo mientras freías unas croquetas?”. Una vez terminada la entrevista, ya podría convocar elecciones anticipadas.
Sin duda, el Deluxe es la última oportunidad que tienen nuestros políticos. Que tomen nota. Y que lo hagan cuanto antes. También Pablo Iglesias, aunque nos da que no acudiría.