La gala de los Globos de Oro siempre es mucho más entretenida que la de los Oscar. Para empezar, las presentadoras de las últimas ediciones, Tina Fey y Amy Poehler, han supuesto un divertido soplo de aire fresco en las interminables y encorsetadas ceremonias de entregas de premio -en España hemos decidido confiar la ingrata tarea de presentar los Goya a Dani Rovira y estamos ya temiendo que nos deleitarán con unos 'sorprendentes' números musicales-.
Pero es que, además, los Globos de Oro se entregan en un hotel, con su cena, sus copas y su ambiente distendido. Nada comparable al tedio de soportar los premios secundarios en una incómoda butaca de un teatro -tal vez debería tomarse nota de esto para los Goya, ya que nos pasamos las ediciones copiando tarde y mal-. Ahora, si creen que los actores no tienen ganas de marcha cuando termina la gala, están muy equivocados.
Algunas celebrities únicamente acuden a las fiestas posteriores a los Globos de Oro.
En cuanto se entrega el último premio, los presentes corren a dividirse entre las diversas fiestas que organizan los canales de televisión y productoras. Y ahí es cuando aparecen las estrellas que no han tenido suerte en el reparto de invitaciones de la gala, pero sí han podido colar su nombre en las listas de la puerta. Suertudos en toda regla.
¿Y a quién nos encontramos este año? ¡A Paz Vega y a Verónica Echegui! Las actrices aprovecharon su estancia en Los Ángeles para dejarse ver, posar en el photocall y codearse con lo más granado de Hollywood, aprovechando que Penélope Cruz se había quedado en casa y había dejado libre la cuota de actrices españolas.
Pero, como en todo, hay clases y clases. Mientras Paz Vega hizo gala, una vez más, de su impecable estilismo, con cambio radical de peinado incluido, a Verónica Echegui se le fue la mano prácticamente en todo -¿quién la vistió y peinó?- y todavía no entendemos como no la echaron de la fiesta por intrusa.
Las verdaderas estrellas internacionales
Junto a nuestras estrellas -no nos atrevemos a poner la coletilla de 'más internacionales'-, también se lo pasaron bomba Taylor Swift, que suponemos que continuará con su promesa de no encadenar un novio tras otro, Cara Delevingne, emocionadísima y abrazadísima a la cantante Rita Ora, las modelos Naomi Campbell -que no se pierde un sarao- y Bar Refaeli, aprovechando que Leo DiCaprio no se dejó ver en ningún momento.
La presencia más sorprendente entre las estrellas fue la de Monica Lewinsky.
Pero si algo nos inquietó hasta decir basta fue la presencia de Monica Lewinsky. La becaria más famosa del mundo ejerció de celebrity por una noche y paseó su desparpajo entre estrellas de cine. ¿Qué le preguntarían? ¿La reconocerían? ¿Le pedirían que les firmara un autógrafo en un vestido negro, para recordar sus viejos tiempos?
Menos mal que la top Alessandra Ambrosio apostó por un vestido transparente con ropa interior al aire -debe ser moda, viendo las Campanadas de la Pedroche-, para desviar un poco la atención y eclipsar la presencia de Cressida Bonas, la ex del príncipe Enrique de Inglaterra.
Aun así, si tenemos que coronar a la celebrity que mejor se lo pasó en la fiesta, esa es, sin duda, Jennifer Lopez. La cantante se cambió de vestido -pasó del escote y se enfundó un vestido blanco con poca tela y mucha sugerencia- y se dedicó a hacerse fotos con todos los famosos de la fiesta. ¿Encontraría un nuevo toy boy que sustituyera a Casper Smart?
Además, tenía que aprovechar que la única Kardashian de la noche fue Khloé y no corría el riesgo de que le quitaran el puesto como 'el culo de la noche'. No ganó ningún premio, no estaba nominada a nada, pero, sin duda, J.Lo. fue la vencedora de los Globos de Oro. Al menos, de la parte más divertida. ¿Con quién amanecería?
