A pesar de lo malos tiempos que corren para la infanta Cristina y su familia, ésta debió pensar que 50 años no se cumplen todos los días y lo celebró con una fiesta a lo grande en un reconocido restaurante a las afueras de Ginebra. Al convite asistió su marido, Iñaki Urdangarin, sus cuatros hijos, su madre –la reina Sofía-, la infanta Elena, sus primas Cristina y Victoria de Borbón-Dos Sicilias y su gran amiga Rosario Nadal. Un total de 25 invitados asistieron al 50 cumpleaños de la infanta.
Según ha comentado una de las colaboradoras de El programa de Ana Rosa, Sandra Aladro, este año “han tratado de ser muy cautos en las cuentas”. Sin embargo, el coste de la celebración ascendió a “unos 6.000 euros” y tuvo lugar “en un restaurante a las afueras de Ginebra donde estuvieron desde las 8 de la tarde a la una de la mañana. Unas cinco horas de sobremesa”, explicó la periodista. De este modo, la infanta tuvo un cumpleaños de lujo en una de las mejores zonas de Ginebra, conocida como el ‘Beverly Hills’. Los invitados degustaron un menú de 240 euros por persona compuesto de un primer plato a elegir entre tartar de salmón, ensalada o raviolis; de segundo había entrecot de buey, filete de bacalao, lubina o solomillo de buey; más los postres.
Parece que la infanta Cristina prefiere hacer caso omiso de todos los acontecimientos que están ocurriendo. A la revocación de su título de duquesa de Palma hay que sumar el juicio por el caso Nóos, donde será juzgada como presunta cooperadora en dos delitos fiscales supuestamente cometidos por Iñaki Urdangarin. Sin embargo, la infanta se mostró desafiante ante los medios en la celebración de su cumpleaños y cuando los periodistas le preguntaron si el rey le había felicitado, respondió muy seca con un “he hablado con todos”. Ésta era su primera aparición pública tras conocerse la noticia de que su hermano Felipe VI le dejaba sin el título de duquesa de Palma.