Iñaki Urdangarin, más preocupado por su mujer
La situación judicial del yerno del rey es ciertamente delicada. Imputado desde 2011 por los delitos de malversación, fraude, prevaricación, falsedad y blanqueo de capitales en el Caso Nóos, ahora está más preocupado por la situación de su esposa, la infanta Cristina, que por la suya propia, más complicada si cabe. La hija del rey Juan Carlos conocía hace unos días la decisión del juez José Castro de imputarla por segunda vez. En esta ocasión por los supuestos delitos de blanqueo de capitales y fraude fiscal, que habría cometido a través de su empresa Aizoon. Todo el mundo está pendiente de su declaración y de si, como ya hiciera su marido en dos ocasiones, bajará la conocida como cuesta de la vergüenza de Palma.
Aunque todavía no hay fecha definitiva para el juicio, el juez ultima ya la fase de instrucción, por lo que previsiblemente la vista oral comenzará a finales de este año, en el mejor de los casos en otoño. En esa vista declararán casi 300 testigos. Es uno de los juicios más esperados y mediáticos, por la repercusión y, sobre todo, por la condición real de varios de sus implicados.
Si bien tendremos que esperar algunos meses para ver a Urdangarin sentado en el banquillo de los acusados, antes tiene otra cita con la justicia, concretamente en el mes de marzo: el juicio por la difusión de sus correos electrónicos. Hay que recordar que el duque de Palma interpuso una demanda contra su exsocio Diego Torres y varios medios de comunicación por presunta vulneración de su derecho al honor.
Javier Merino y sus polémicas empresas
El marido de Mar Flores fue condenado, el pasado año, a un año de cárcel y a una multa de 1,54 millones de euros por el uso de información privilegiada. El recurso de Javier Merino le permitirá alargar el proceso. Pero éste no es ni de lejos el único problema judicial al que ha de hacer frente, pues está implicado también en el caso Astapa, un escándalo de corrupción urbanística vinculado al Ayuntamiento de Estepona en el que están imputadas más de cien personas. Un lustro de investigación que algunos apuntan podría llegar a su fin este 2014, cuando por fin se celebre la vista oral.
Oscar Pistorius o la confusión de un ladrón
El atleta paralímpico Oscar Pistorius también tiene graves problemas con la justicia. En su caso, podría ser condenado a cadena perpetua esta primavera, justo un año después de que disparara mortalmente a su novia, la modelo Reeva Steenkamp. A lo largo de casi un mes, declararán más de 100 testigos entre policías, forenses, expertos en armas, amigos de la pareja y vecinos del lujoso complejo en el que se alojaban ambos cuando ocurrieron los hechos. La Fiscalía acusa a Pistorius, que se encuentra en libertad bajo fianza previo pago de 85.000 euros, de asesinato premeditado y violación de la ley de armas. El velocista conocido como Blade Runner siempre ha mantenido que disparó a su novia al confundirla con un ladrón que había entrado en la casa y se había encerrado en el lavabo.
Ribéry y Benzema, prostitución de menores
Pero el velocista no es el único deportista que se verá las caras con la justicia este 2014. Los futbolistas Karim Benzema (Real Madrid) y Franck Ribéry (Bayern Múnich) consiguieron un aplazamiento del juicio que se inició contra ellos por un caso de prostitución de menores, un delito penado en Francia con hasta tres años de cárcel y 45.000 euros de multa. El 20 de enero comenzó una nueva vista y las defensas están haciendo uso de todas las herramientas legales que tienen a su alcance para minimizar las consecuencias legales de sus defendidos. Esta historia tiene visos de convertirse en interminable.
Los quebraderos de cabeza de Ortega Cano
Las cosas tampoco pintan demasiado bien para el torero José Ortega Cano y su hijo José Fernando. Ambos vivirán también muy pendientes de la justicia. Mientras el que fuera marido de Rocío Jurado espera a ver cómo se resuelve la petición de indulto que efectuó al Ministerio de Justicia –si se lo deniegan entrará finalmente en la cárcel-, comprueba impotente cómo a su hijo las cosas no le van mucho mejor: José Fernando lleva dos meses en prisión provisional, por su implicación en la agresión y posterior robo a un joven en noviembre del pasado año. De aceptarse la petición de la acusación particular, el hijo del torero podría ser condenado a una pena que va desde los cinco a los ocho años de prisión por los delitos de robo con violencia, daños, hurto de vehículo, incendio y contra la seguridad vial y falta de lesiones. La juez de instrucción ya ha dictado el auto de apertura de juicio oral y el juicio podría celebrarse a finales del mes de febrero.