Bien es cierto que el foro imponía, el Círculo Ecuestre. El club más antiguo de España que requiere una cuota de entrada de 12.000 euros, que al menos cuatro socios te avalen y que la junta de adminisiones no te ponga un pero. De hecho, hay muchos que lo califican como el club más snob de la Ciudad Condal refugio de la alta burguesía catalana. La que de verdad decide el destino de esta zona levantisca o no, según a quién preguntes.
Esperanza acudió con el color institucional de Madrid en su ropa y de la mano de su jefe laboral, el cazatalentos Luis Conde. Durante 50 minutos de comida y cóctel ‘Espe’ atendió y departió con todos los asistentes obviando que no hace mucho se quejaba de que Gas Natural comprara Endesa porque le parecía poco española.
Arrancó la presidenta madrileña recordando que ella tiene familia catalana, como si los que no la tenemos no pudiéramos hablar de este preocupante asunto y se fue mimetizando poco a poco con el entorno. Dijo que hay que catalanizar España, cuando aún resuenan los ecos de la frase del Ministro Wert por la cual casi se lo cepillan políticamente, estuvo muy conciliadora con el tema fiscal que según ella penaliza a Cataluña (yo recuerdo en este punto que ahora cobra la señora Aguirre de una empresa catalana) y afirmó que para secesionarse habría que cambiar antes la Constitución y se interesó por el proceso escocés aunque aclaró que no eran términos comparables con lo que vivimos aquí.
En cualquier caso los fans de Aguirre sólo gozaron de su esencia cuando denunció el adoctrinamiento que sufren los niños catalanes desde hace 35 años (fue Ministra de Cultura). Dijo que nunca es tarde para parar la ola independentista parafraseando a Einstein y advirtió de que estamos en un precipicio a punto de despeñarnos. Hizo una broma incluso sobre el señor Millet, el gerente del Palau, que era tan golfo que pagó con dinero público la boda de su hija, anécdota que despertó las risas de un público bastante sieso pero muy preparado.
'España contra Cataluña'
50 medios de comunicación la grababan y 250 prohombres y mujeres la observaban minuciosamente. El título del simposio en el que participaba ya era una declaración de intenciones; ‘España contra Cataluña’ y trató de una forma inteligente y light con sus palabras, de luchar contra la cultura de la ruptura y la secesión.
Es norma de educación, más en la alta sociedad, no desairar a tu anfitrión y en ése espíritu hay que enmarcar su controvertido parlamento. Lo absolutamente cierto es que aunque ‘Espe’ acudía para hablar a la gente de la Diagonal, se encontró con un público que estaba menos entregado de lo que cabía esperar lo cuál me lleva a hacer la siguiente reflexión; de plantearse la endemoniada consulta, ¿seguro que se votaría la permanencia de Cataluña en España? ¿se ha hecho ya un daño irreparable para unir los puentes que nos mantienen juntos? Este solo planteamiento me hace zozobrar.
En fin, entre los asistentes pudimos ver a su homóloga en Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho que ya sólo acude a comidas multitudinarias porque las privé le dan sustitos. Borja García Nieto fue el encargado de introducir a la invitada y atemperar los intentos de discursos que hacía cada uno de los que cogían el micro. Borja es el presidente del Club Ecuestre, aunque ya no ofrece equitación a sus socios, y preside la sociedad de valores Riva y García. También podemos destacar entre los comensales al presidente del Club de Polo de Barcelona, Eudaldo Bonet, de los bonet de toda la vida, al compañero de trinchera política de Esperanza, Santiago Fisas, a la presidenta del Festival de Peralada, Carmen Mateu de Suqué, al presidente de Freixenet, José Ferrer (que tanto sufrió en sus carnes la borricada del boicot al cava) y al empresario hotelero Pau Guardans, por poner sólo algunos ejemplos.
Esperanza tenía que coger un AVE de vuelta y su salida del Palacete fue rápida y ordenada entre aplausos de los asistentes. Nunca pensó que la llegada a su hometown fuera sin embargo, más fría y reprochona.