Con el fin de semana ha arrancado también el mes de agosto e igual que otros hacen cola en las autovías para llegar a la costa, los Borbones-Grecia aterrizan en Mallorca para dar por inauguradas las vacaciones de los reyes, su familia y el resto de descendientes de Juan Carlos y Sofía, aunque desde el gran cisma cristino las presencias y las ausencias resultan mucho más significativas que antes. Incluso más desde que Felipe ostenta la jefatura del Estado y la familia real se ha visto por tanto reducida oficialmente a los reyes y sus dos hijas, junto a Juan Carlos y Sofía.
Atrás han quedado los interminables encuentros familiares en Marivent: la idea que se trasluce de sus idas y venidas en 2014 y lo que llevamos de 2015 es la de que, con el ascenso al trono, Felipe y Letizia han ‘heredado’ la casa de verano y aunque las visitas de los hijos de sus hermanas sean bienvenidas, no lo son tanto las largas estancias. Elena, cada vez más en un papel similar al que la infanta Pilar ejercía en la etapa de su padre, sigue visitando Marivent, pero Cristina e Iñaki ya no aparecen por allí: el año pasado no estuvieron en el palacio, dicen que por indicación real, y este año su presencia resultaría aún más incómoda, después de que el rey le retirara el título de duques de Palma hace solo unos meses.
Juan Carlos no está y, si hace lo mismo que en 2014, no aparecerá por Marivent.
Este fin de semana es, sin embargo, el del reencuentro de los primos Borbón-Marichalar-Urdangarin-Ortiz. Los mayores, como Froilán, sí que llegaron a vivir algunos de esos veranos de posados oficiales, pero para todos ellos Marivent ya se ha convertido en el recuerdo casi lejano de unas vacaciones infantiles con la abuela: solo pasan por allí estos primeros días del mes en compañía de Sofía y una vez cumplido el protocolo real emigran a otros lugares de vacaciones, puede que no tan lujosos pero sí más alejados del foco de la prensa. Este fin de semana están en Marivent Froilán y Victoria Federica junto a la infanta Elena y los cuatro hijos de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, Juan Valentín, Pablo Nicolás, Miguel e Irene.
Juan Carlos no está y si hace lo mismo que el año pasado, tampoco aparecerá por allí en todo el verano. Quien no se mueve del palacio es la reina Sofía, que parece sentirse cómoda en el papel de matriarca que se ha reservado para sí misma en el entramado público-privado que son cada año las vacaciones mallorquinas de los Borbones. Ha llegado a Marivent antes que la propia reina Letizia –el año pasado fue la primera en aterrizar allí y la última en irse– y durante unos días, con todos sus nietos a su alrededor, vuelve a tener la voz de mando. Felipe llegó este viernes, aunque el comienzo de su estancia estuvo cargado de visitas institucionales y este fin de semana tenía previsto surcar las aguas baleares en el Aifos antes de la Copa del Rey de vela, que comienza el lunes, por lo que estos días no está demasiado pendiente de sus hijas.
Será ese mismo día, el lunes, cuando las habitaciones de Marivent comiencen a vaciarse de nuevo, aunque el rey mantendrá su limitada agenda agosteña con el encuentro semanal con el presidente del Gobierno y una cena de gala en el palacio de la Almudaina donde estará acompañado de Letizia, la gran ausente de Marivent hasta el momento. La reina ha vivido un complicado final del mes de julio con el fallecimiento de su abuelo materno, Francisco Rocasolano, y no ha sido vista en toda la semana, aunque estaba prevista su llegada a Mallorca en algún momento del fin de semana. Con ella en la isla, sin cuñados a punto de ir a juicio y con los suegros de retirada, los Borbón-Ortiz ya tendrán completo mando en plaza.
