Ni una semana sin su reality correspondiente en Mediaset. La cadena amiga se ha especializado en generar contenidos a través de programas pensados para aupar a la fama a rostros anónimos. Gracias a los productos -porque al final son eso, puros productos- de estos shows de convivencia, consiguen rellenar las escaletas del resto de programas de la parrilla. Es la mejor fábrica de televisión que hemos conocido nunca. Y todo a un precio mucho más razonable que apostar por la ficción propia o contratar estrellas de renombre. Para que luego digan que no se arriesga en el audiovisual español. ¿Qué otro país crearía monstruos como Aída Nízar, Bea la legionaria o Maite, la conductora de autobús más alocada de la historia?
En nuestro corazoncito quedan ya la decimosexta edición de Gran Hermano -que termina la semana que viene-, los desnudos de Adán y Eva, los cocineros con ganas de televisión de Top Chef o las aventuras en la última y poco difundida entrega de Alaska y Mario -el problema de la mudanza de MTV a los canales de pago-. Pero en televisión no podemos quedarnos en el pasado. Los ritmos son frenéticos y encumbramos tan pronto como olvidamos. Ahora toca el turno de llenar nuestros muros de facebook y twitter con nuevas estrellas, nuevos protagonistas que mitiguen las largas horas que pasamos tumbados en el sofá. ¡Qué nervios! Esto es como la Noche de reyes pero sin regalos debajo del árbol.
¿Quieren saber qué nos espera en 2016? Pues aquí tienen un adelanto. Y ya les avisamos que algunos nos apetecen más que otros...
Gran Hermano VIP
Todavía no ha terminado la edición anónima de Gran Hermano y ya tenemos ganas de que empiece la VIP. Es lo que pasa cuando la audiencia se deshace de los mejores concursantes durante las primeras semanas. La única esperanza que nos queda es que, después de las Navidades, la casa de Guadalix de la Sierra tendrá nuevos inquilinos y, esta vez, serán famosos. El boom de la última edición de GH VIP, con la locura de Belén Esteban, fue tan exitosa que el listón está muy alto. Para tratar de cubrir el expediente, Mediaset ha vuelto a contratar a Rosa Benito, a ver si consigue a atraer al mismo público que en Supervivientes. A nosotros ya nos tienen ganados. Solo nos falta que confirme Terelu y ya caemos en coma.
Un príncipe para 3 princesas
Vuelven los realities de Luján Argüelles a Cuatro. Son ya un clásico que esperamos con ganas. De hecho, nos importa bien poco el contenido siempre que sea Luján la encargada de contárnoslo. Eso sí, si tenemos que elegir, el de las princesas es el que menos nos interesa. ¿Quién quiere casarse con mi hijo? es una maravilla que nos ha regalado momentos impagables de la televisión. El extinto Granjero busca esposa tenía tantos fans que deberían plantearse una versión deluxe. Pero a las secuelas de Un príncipe para Corinna nos han dejado fríos. Ya la primera edición pecó demasiado de postproducción y falta de credibilidad de sus integrantes, pero lo de ahora es ya de juzgado de guardia. Aun así, somos fieles a Luján, haga lo que haga.
Got Talent
Llámenle concurso de talentos, llámenle reality. En Gran Hermano no cantarán, pero sus tramas no distan mucho de las de cualquier otro programa con gente 'haciendo cosas'. Las productoras y las cadenas ya se han dado cuenta de que el público no es tan inocente como en la primera edición de Operación triunfo -ahora veríamos hasta el edredoning de Chenoa y Bisbal- y aprovechan el mal rollo reinante para captar audiencia. Este Got Talent, sin duda, nos sobra. Estamos ya hartos de ver a gente anónima bailando, haciendo malabarismos o contando chistes. Lo peor es que luego se inventarán una versión con niños y ya tendremos que saltar por la ventana. Esta vez el reclamo es Jorge Javier Vázquez como jurado. ¿Funcionará? Seguro.
Masterchef
Como en el caso de Gran Hermano, todavía no ha terminado la edición junior y ya tenemos anuncios de la próxima temporada con adultos -el casting está abierto, por si saben cocinar y les gusta la televisión-. Las ventajas de Masterchef es que no decepciona. Sabemos perfectamente a lo que vamos, ya que todas las ediciones, sean de niños o no, están calcadas. Los mismos perfiles de concursantes, las mismas pruebas, los mismos jurados, la misma presentadora y los mismos invitados. Y aun así, la factura es tan perfecta que engancha. No sabe la suerte que tiene Eva González. En otra cadena, no sabemos ya dónde estaría.
Supervivientes
Aquí es muy sencillo pillarse los dedos. Supervivientes es un producto caro, mucho más que la edición VIP de Gran Hermano, con lo que nunca se sabe cuando van a emitirlo. Teóricamente, este año vuelve a tocar, si hacemos caso al reality Pasaporte a la isla, ese fracaso veraniego destinado a elegir a los primeros concursantes de la próxima edición de Supervivientes. Esto no quiere decir nada. La pobre Chiqui se tiró una vida hasta que Mediaset decidió organizar una nueva temporada pese a que sabía que sería 'la primera concursante' desde hacía lustros. Ojalá no nos equivoquemos y volvamos a Cayos Cochinos para ver morir de hambre a famosos de medio pelo. ¡Debería ser un derecho reconocido en la Constitución!