La llegada de diciembre implica desempolvar la memoria y recuperar la tradición de hacer listas. En cuestión de semanas, y antes de que empiecen las celebraciones navideñas, los medios se inundan de repasos a lo mejor del año. Desde películas o canciones, a meteduras de pata, éxitos deportivos o programas de televisión, todo es susceptible de hacer un ranking. El problema es que la memoria humana es corta y selectiva -y más desde el auge de las redes sociales, las reinas de la inmediatez-. ¿Quién se acuerda a estas alturas de lo que nos impactó en enero? Si nos preguntaran a cada uno, seguramente nombraríamos eventos o personajes recientes, pertenecientes al último trimestre, pero para algo están los profesionales. De entre todas estas listas, una se lleva el gato al agua. Se trata de la revista Time y su nombramiento del personaje del año, el nombre con el que pasará a la posteridad este 2013. Muchas son las especulaciones que revolotean alrededor de este título y, como en todos los premios, casi siempre con poco fundamento.
Los encargados de elegir a esta persona del año son los propios editores de la revista. No obstante, desde el año 98, se organiza, de forma paralela, una encuesta online para captar la opinión de sus lectores. Evidentemente, esta encuesta no tiene ninguna virtualidad, pues los editores no la tienen en cuenta, pero siempre genera un importante revuelo y este año no podía ser menos. Los lectores lo tuvieron claro enseguida. En poco tiempo, Miley Cyrus se desmarcaba de los demás candidatos, ocupando cómodamente la primera posición. El mundo, entonces, empezó a preguntarse: ¿Puede una cantante de 21 años ser la persona más influyente de 2013? Y, desde luego, no iban mal desencaminados. Este ha sido el año de Miley Cyrus.
Del twerking a los porros
La actuación en los Video Music Awards de la MTV, el twerking con el cantante Robin Thicke, el vídeo de Wrecking ball donde aparecía desnuda y bajo la dirección del no menos polémico Terry Richardson, las fotografías con la lengua fuera -una lengua ya casi tan famosa como la de Mick Jagger-, el porro en los European Music Awards, las declaraciones de su padre, el ex cantante country Billy Ray Cyrus, las fotos en Instagram, los cambios de peinado, todo lo que ha protagonizado Miley Cyrus ha sido noticia este año. Hemos visto como esta estrella infantil dejaba atrás su imagen de chica Disney y se convertía en la mujer más polémica del momento. Y a eso hay que unirle el éxito de ventas y el récord de visitas en youtube. “El poder no es solo político. Puede ser cultural o espiritual”, decía Nancy Gibbs, la editora jefe de Time, sobre Cyrus. “En esta época en que vivimos en una constante explosión de exhibicionismo y dónde todos llevamos una cámara encima todo el tiempo, ella es un símbolo de nuestra forma de vida”.
Aun así, la polémica continuaba. Dos informáticos, llamados Gains y Marek, admitían haber hackeado la encuesta de la revista y haber manipulado los votos de Miley -no era la primera vez que ocurría, el año pasado ya consiguieron situar al líder coreano Kim Jong-un en lo más alto por el mismo método, y pese a que Time cambió el sistema de votación para 2013, tan solo les costó una hora volverlo a hackear-. Cyrus, en cuanto se enteró de que habían falseado los votos, pidió a todos sus seguidores de Twitter -casi 16 millones- que le votaran, con lo que con trampas o sin trampas, continuaba en primera posición.
De Barack Obama a Jeff Bezos
A principios de mes, la revista desveló los 10 candidatos oficiales elegidos por sus editores. Entre ellos podíamos leer nombres como Bashar Assad, presidente de Siria; Barack Obama, que ya ganó el año pasado; Hassan Rouhani, presidente de Irán; la activista LGTB Edith Windsor; el ex-empleado de la CIA Edward Snowden, que sonaba con mucha fuerza; el papa Francisco; el senador americano Ted Cruz, Kathleen Sebelius, secretaria de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos; el fundador de Amazon Jeff Bezos y, como no, Miley Cyrus. No obstante, los editores lo tuvieron claro. El papa Francisco se imponía como la persona del año, seguido por Snowden y la activista Windsor.
Parece que para los editores la elección del Papa no ofrecía dudas. “En un período muy breve, una audiencia amplia, global y ecuménica ha mostrado ansias de seguirlo”, argumentan desde la revista, “por haber trasladado el pontificado del palacio a las calles, comprometer a la mayor religión del mundo a enfrentar sus necesidades más profundas y equilibrar el juicio con la misericordia”. Por una vez, Miley ha tenido que conformarse con un triste segundo plano, aunque viendo cómo se las gasta y contando que todavía quedan unos días para terminar el año, tendremos que esperar a ver cuál será su próximo movimiento.