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Mémesis

No. Los hombres no necesitan separar las piernas al sentarse por culpa de sus genitales #manspreading

Un biólogo desmonta por completo en redes sociales la teoría de que los hombres ocupan más espacio sentados para poder 'airear' sus genitales y así conservar el poder reproductivo. Una de las excusas que esgrimen ciertos hombres para relativizar el movimiento anti #manspreading.

  • Un biólogo desmonta el argumento fisiológico

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Se hace llamar Rafa de la Rosa, @dragon_mecanico en Twitter, tiene 24 años es biólogo y está preparando la tesis en neurobiología. Rafa ha explicado perfectamente en un hilo de Twitter por qué no hay cuestión fisiológica para justificar el #manspreading o el 'hombre despatarrado', esa práctica asociada más a los hombres de sentarse con las piernas abiertas en el transporte público.

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Y es que la reciente campaña en Change.org de la asociación Mujeres en Lucha y Madres Estresadas para solicitar medidas contra el despatarre ha llevado el debate más allá del ayuntamiento de Madrid. Sin competencias en el Metro, el Consistorio va a incluir la señalización pedagógica en toda su flota de autobuses de la EMT.

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Como era de esperar ha sido en las redes donde el debate se ha calentado más, con argumentos y 'posturas' para todos los gustos: 

Algunos comentarios

Uno de los que más ha circulado ha sido la cuestión fisiológica. Los hombres tienen 'derecho' a despatarrarse porque de ello depende la calidad de sus espermatozoides.

https://twitter.com/roberbox/status/872076502321516544

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Nada más lejos de la realidad. No hay razones biológicas que están por encima de la educación y el respeto:

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Es cierto que el aparato reproductor masculino, a diferencia del femenino, está fuera del cuerpo por una razón fisiológica y evolutiva. Necesita una temperatura menor que la del cuerpo. La ideal para la producción y conservación de los espermatozoides se sitúa entre 35,5 y 36 grados, por encima de la cual "se puede alterar el control de calidad en el epitelio de los túbulos seminíferos del testículo".

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Pero esto no significa que tengamos que sentarnos como si tuviéramos un caballo entre las piernas. De hecho, si esto fuera así también tendríamos  que ir andando con las piernas separadas por la calle pues el problema térmico sería el mismo.

Anatómicamente, como bien explica Rafa de la Rosa, el saco escrotal se encuentra en el pubis, no en el sacro. No es una prolongación de la columna sino una curva a casi 90 grados. Si estuviera colgando no podríamos caminar.

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Con la posición de las piernas juntas no se roba espacio a los genitales. Esto es así porque la postura coital en los primates es frontal y los genitales masculinos se enfrentan a los femeninos por delante del cuerpo, no por debajo.

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Por lo tanto no hay debate biológico en el #manspreading. La separación de piernas e invasión de los espacios laterales no tienen tanto que ver con nuestra anatomía como sí mucho con la falta de educación y respeto.

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Y sí, la practica del despatarre es eminentemente masculina. Para ser exactos cinco veces más másculina. Un reciente estudio de la Universidad de Nueva York que examinó a 5.000 pasajeros en 21 líneas del metro de NY concluyó que el 26% de los hombres abren las piernas demasiado en el transporte público, por solo el 5% de las mujeres.

Aunque esas mujeres puedan llegar a alcaldesas.

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