"Advertencia. La lectura de este hilo puede provocar ira, arcadas o estrés... entre otros síntomas. Rogamos leer con precaución"

Así empieza la colección de más de mil Tweets que Mel —@PatataDaltónica en Twitter— inició el 1 de enero de 2017 y sigue ampliando día a día. Un aviso a navegantes que puede parecer exagerado pero que te prepara para una experiencia inolvidable. Un viaje a la cruda realidad de lo más rancio y arraigado del menosprecio a la mujer en redes sociales. 

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Cuando se habla de machismos se teoriza mucho sobre conductas y actitudes que 'se dan', 'algunos han visto' o 'pasan miles de veces'. Los 'mil de Mel' son un compendio de casos prácticos que ponen en evidencia incluso a las predicciones más pesimistas. La realidad es aún peor de cómo se pinta. Hasta tal punto que Mel recibe amenazas de muerte por el simple hecho de ser el personaje que hace este retrato social digital.

La colección de Mel incluye los tópicos manidos del manual del perfecto machista, del homófobo y, en general, del fabricante de odio de género. Razonamientos ingenuos asimilados por contagio en una sociedad infectada desde hace tiempo.

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Pero lo peor [o mejor] de toda la colección son aquellos que se exhiben para fabricar un argumentario cómico imposible que provoca la carcajada del sentido común. Ahí Mel se explaya y es donde más disfruta:

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Esta lista de cafres incluye también a medios o periodistas que se apuntan a las modas y cosifican para atraer el clic fácil. Prueba triste de que hay una inmensa demanda esperando la carnaza para gemir.

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Hablamos con Mel para que nos cuente cómo y por qué empezó a montar este zoológico. Un personaje interesantísimo que trae de cabeza a sus haters. Mel esconde su identidad (y hasta su género) para desviar la atención de las réplicas. "Lo dices porque eres mujer", "Si no fueras trans...".  Un juego al despiste que alimenta en su curiouscat y que ayuda a poner el foco en la denuncia, no en el personaje.

A pesar de ello los ataques son constantes. Tanto que la recopilación de Mel se retroalimenta sola. Machista llama a machista y se cuelga inocente del mismo hilo que le retrata. Por eso esto no tiene fin.

Mel tiene 23 años y es de algún lugar de Andalucía. Se define como demisexual, vegan y genderfluid y nunca, nunca habla de su género o genitales si no es para hacer humor y para evitar el misgendering. Cuida los adjetivos y las formas verbales por respeto a lo que es solo suyo... su intimidad:

"Empecé por curiosidad. Fue un: 'A ver cuantas machistadas tengo que leer a lo largo del año' (añadiéndole a veces un poco de humor) y decidí que solo aceptaría aquellas que fuesen escritas en 2017. Empecé el 1 de enero con 5 tweets pero ahora la media está en algo más de 10 al día. No esperaba, ni por asomo, la repercusión que ha tenido, de hecho pensaba que iba a pasar desapercibido. ¿Quién quiere leer un hilo recopilatorio de cosas machistas que dicen otras personas por twitter? Pues por lo visto mucha gente."

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Mel busca y denuncia. Tampoco tiene que escarbar mucho para llegar al fango. Tanto ha crecido el hilo que ahora son sus lectores los que le envían capturas misóginas o transfóbicas por sus mensajes directos abiertos. 

"Pues lo cierto es que no busco. Al principio sí que me abría a propósito los comentarios de los tweets de activistas con muchos seguidores para ver si encontraba alguna perlita pero, actualmente, el hilo está formado principalmente por otros activistas que me pasan capturas o los tweets por mensaje directo."

Esta comunicación abierta a todo el mundo le permite estar al día en la denuncia pero también es una ventana a las amenazas, los insultos y, como era de esperar, a las clásicas fotopenes.

El hilo de Mel es más una soga muy gruesa imposible de soslayar. Más de mil pruebas de que estamos muy lejos de lo que algunos quieren aparentar. Sobredosis de realidad.

Van unos cuantos:

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217 "no es posesividad, es pedir respeto y que haga lo que yo quiera" pic.twitter.com/s7iYIk37dQ

— Melrose (@PatataDaltonica) February 1, 2017

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