No habrá, por tanto, ayudas a la adquisición de coches con motores diesel o gasolina, e incluso quedan fuera los híbridos “convencionales”, es decir, aquellos que no tienen enchufe para recargar sus baterías. Por tanto, los 20 millones que el Gobierno ha destinado a subvencionar la compra de turismos afecta sólo a aquellos propulsados por Gas Natural (GNC, GNL) o bifuel gasolina-gas, Autogás (GLP), Eléctricos, híbridos enchufables y aquellos impulsados por pila de combustible.
Unas ayudas a las que pueden acceder tanto particulares como autónomos, PYMES, grandes empresas y administraciones públicas. En función del tipo de vehículo y la energía que lo impulse, las ayudas pueden ser de entre 500 y 18.000 euros por vehículo.
Además, destina otras 15 millones de euros a subvencionar la instalación de nuevas infraestructuras de recarga eléctrica. Los beneficiarios en este caso pueden ser administraciones, empresas públicas y privadas y serán para gastos en la instalación de infraestructuras de recarga tanto para uso público en aparcamientos, hoteles, centros comerciales, etc… así como como para uso privado en zonas de aparcamiento de empresas privadas y en la vía pública.
Un nuevo plan, por tanto, que no viene a ser una continuidad de los anteriores PIVE, que sirvió para renovar más de un millón de vehículos antiguos, sino para tratar de impulsar el desarrollo de las energías alternativas e incrementar la cuota de mercado de este tipo de vehículos, que hoy apenas es un 0,5%. Sin embargo, desde diversos organismos se estima que es una cantidad insuficiente para impulsar definitivamente este tipo de turismos alternativos.