Skoda tiene previsto lanzar al mercado en menos de dos años su primer turismo movido por un motor exclusivamente eléctrico. Para ello, ha desarrollado sobre la base del Octavia Combi el Green E Line, un modelo todavía en fase experimental del que se han puesto en circulación diez unidades para comprobar su viabilidad en una situación real. Desde principios de año, se han cubierto ya más de 140.000 kilómetros en busca de un máxima optimización del complejo sistema de propulsión, analizando así el rendimiento que ofrece en un uso cotidiano.
Todas las unidades incorporan sensores especiales que permiten un control continuo de los parámetros más importantes del coche y del uso de los modos de conducción, la aceleración o la posición en cada momento. Todos los datos se transmiten automáticamente vía UMTS a los especialistas del desarrollo técnico de Skoda, que pueden analizar el uso del vehículo eléctrico y la carga real del sistema eléctrico en funcionamiento. Estos datos también muestran cómo afecta la recarga de las baterías a su vida útil.
140.000 km recorridos han servido para comprobar que el primer Skoda eléctrico es toda una realidad. En dos años estará a la venta
Para su desarrollo se prefirió optar por la versión familiar del Octavia, pues ofrecía mejores opciones de cara a situar las baterías en la parte trasera, baterías que pesan 315 kilos y que restan cerca de 115 litros de volumen al maletero. El motor eléctrico situado bajo el capó mueve las ruedas delanteras y rinde nada menos que 115 CV y un par máximo de 27,5 mkg. Para optimizar el rendimiento de las baterías, se han dispuesto tres modos distintos de funcionamiento y dos de recuperación de energía. Así, la caja de cambios automática cuenta con dos posiciones, D y B, la primera de ellas el modo normal de funcionamiento y, la segunda, va permanentemente recuperando energía y está pensada para una conducción cien por cien urbana.
Tanto en posición D como en B, el motor eléctrico ofrece tres modos de actuación, «Normal», «Eco» y «Range». El modo normal permite alcanzar la velocidad máxima de 135 km/h y utilizar libremente del aire acondicionado. El modo Eco limita la potencia a 82 CV y su velocidad máxima a 120 km/h, mientras la climatización funciona con cierta restricción. El objetivo, no es otro que alargar la autonomía de la batería. Para ello, queda el modo más ecológico, Range, en el que la potencia máxima se limita a 70 CV y la velocidad a 95 km/h. Aunque esté activado, cuando se acelera con decisión en busca de más potencia, el sistema cambia automáticamente de modo para activar el modo normal y aprovechar los 115 CV.
Una potencia que permite al Skoda Green E Line acelerar de 0 a 100 km/h en sólo 12 segundos. Las mejoras que han ido efectuando en el desarrollo han permitido que, en la fase actual, el tiempo de recarga de la batería de litio conectada a una toma de corriente sea de apenas dos horas y media, ofreciendo además una autonomía máxima de 150 kilómetros, suficiente ya para cubrir las necesidades de una utilización diaria en ciudad y alrdedores.