Ciencia

Egipto descubre tres nuevas tumbas bajo la sombra de las pirámides de Guiza

A pocos kilómetros al sur de las pirámides de Keops, Kefrén y Micerinos, una misión arqueológica egipcia ha descubierto tres nuevas tumbas en el desierto de Guiza, entre las que

  • Un arqueólogo egipcio trabaja en un sarcófago en el sitio del cementerio descubierto este sábado

A pocos kilómetros al sur de las pirámides de Keops, Kefrén y Micerinos, una misión arqueológica egipcia ha descubierto tres nuevas tumbas en el desierto de Guiza, entre las que se encuentra una que comparten dos sacerdotes de hace más de 4.400 años.

En el desierto de Guiza, el Ministerio de Antigüedades egipcio ha presentado este sábado las tumbas de los nuevos inquilinos de la necrópolis, Behen Wi Ka y Nuwi, dos sacerdotes de la V dinastía (2500-2350 a.C).

"Al principio pensábamos que íbamos a encontrar tumbas del periodo tardío (s.VII a.C.), pero encontramos una tumba del Imperio Antiguo de Egipto, de la V dinastía. Estamos hablando de una tumba de 4.400 años", dijo a Efe Mostafa Waziri, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades egipcio.

Waziri explica que la misión empezó el pasado agosto y, tras remover más de 450 metros cúbicos de escombros, descubrieron tres tumbas y, para su sorpresa, una de ellas repleta de sarcófagos de madera y fragmentos en perfecto estado de conservación pertenecientes a los dos sacerdotes de la V dinastía. 

Ambos fueron enterrados en la misma tumba: Behen Wi Ka ostentaba siete títulos y era el sacerdote de la purificación del faraón Kefrén, mientras que Nuwi tenía cinco títulos, entre ellos el de sacerdote de Maat, la diosa de la justicia y la verdad, de acuerdo con la mitología egipcia. 

Las tres tumbas fueron mostradas a decenas de periodistas tras una rueda de prensa en la explanada de las pirámides, a la que asistió el ministro de Antigüedades de Egipto, Jaled al Enani.

Las tumbas, separadas por pocos metros, se esconden bajo las dunas y tras puertas de piedra caliza, un indicador del poder de los sacerdotes, ya que para obtener tal material era indispensable "el permiso del mismísimo rey", aseguró a Efe Waziri.

Las puertas guardan estrechos pasillos decorados con grabados jeroglíficos y pueden verse sarcófagos de madera intactos que conservan los colores originales y que actualmente se están restaurando dentro de las mismas tumbas.

"Los sarcófagos están en perfectas condiciones porque estaban bien pintados, bien coloreados y bien decorados. Los vamos a exhibir en nuestros museos egipcios, como los de Sharm el Sheij o Hurgada", anunció Waziri, después de la visita al yacimiento.

El conocido egiptólogo Zahi Hawas, quien asistió a la presentación de los nuevos descubrimientos, aseguró a Efe que está "muy contento" porque las escenas de los grabados y las estatuas "también pueden fechar esta tumba a la dinastía XXVI" (664-525 a.C), última antes de la conquista persa.

"Detrás de la gran esfinge encontramos grandes tumbas de sacerdotes de Kefrén y, esas personas de las que hemos descubierto sus tumbas, están conectadas a los sacerdotes de la dinastía XXVI de detrás de la esfinge", argumentó Hawas a Efe.

"Este descubrimiento es muy importante porque promueve el turismo a Egipto. El ministro fue capaz de traer las herramientas para (fomentar) el turismo. Y las herramientas para promover el turismo son descubrimientos arqueológicos", explicó Hawas ante los medios.

El arqueólogo, emocionado por el descubrimiento, advirtió de que este descubrimiento "demuestra" que hasta ahora se ha encontrado "solo el 30 %" de los monumentos del Antiguo Egipto y "todavía el 70 % está enterrado bajo la arena".

"El Egipto moderno está construido encima del Antiguo Egipto. Puedes excavar en el patio de tu casa y encontrar algo. Esto es lo que hace a Egipto único", sentenció. 

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