En el año 1926 el Museo Postal de La Haya recibió un arcón cargado con 2600 cartas del siglo XVII sin abrir que suponía un auténtico tesoro para los historiadores. Las cartas pertenecían a Simon y Marie de Brienne, una de las parejas más influyentes y mejor conectadas de la sociedad neerlandesa de la época y estaban protegidas por una técnica de plegado (“letterlocking”) que se utilizaba en el Renacimiento para evitar que nadie abriera las misivas y echara un vistazo al mensaje antes de llegar a su destinatario. De aquel conjunto de cartas enviadas entre 1680 y 1706 conocido como la colección Brienne, muchas se han abierto y estudiado, pero 600 de ellas se han mantenido sin abrir para no dañar el patrimonio y a la espera de alguna técnica que permitiera examinar su contenido sin tener que dañarlas. Ahora, un equipo internacional de investigadores han encontrado una forma de hacerlo y para ello han utilizado técnicas que se usan habitualmente en odontología.
“Hemos aprendido que las cartas pueden ser mucho más reveladoras cuando se dejan sin abrir”
En un trabajo publicado este martes en la revista Nature Communications, el equipo de Jana Dambrogio y Amanda Ghassaei explica cómo han utilizado una técnica de microfotografía con rayos X para hacer una reconstrucción en 3D y descifrar su contenido. La clave está en la alta intensidad de esta radiación que permite detectar los pequeños restos de metal presentes en la tinta y examinar el texto escrito. “Diseñamos nuestro escáner de rayos X para tener una sensibilidad sin precedentes que nos permitiera localizar el contenido mineral de los dientes, lo que es muy valioso para la investigación dental”, explica Graham Davis, investigador de la Universidad Queen Mary de Londres y coautor del estudio. “Pero esta alta sensibilidad ha hecho también posible revelar determinados tipos de tinta en papel y pergamino. Es increíble pensar que un escáner diseñado para mirar los dientes nos haya llevado tan lejos”.
Gracias a este sistema, los autores del estudio pudieron revelar el contenido de una carta fechada el 31 de julio de 1697 que permanecía sin abrir. Se trata de una petición de Jacques Sennacques a su primo Pierre Le Pers, un comerciante francés en La Haya, para que le entregue una copia del certificado de defunción de Daniel Le Pers. El contenido de la misiva, aseguran los autores, nos permite adentrarnos en las vidas y preocupaciones de los habitantes de esta ciudad y de esta época de la historia de un altísimo valor para los historiadores.
Descifrando el patrón de plegado
Además de la microtomografía para revelar el texto, los investigadores desarrollaron un algoritmo que les permitiera reconstruir, a partir de las imágenes del escáner, el patrón que se había seguido en el plegado de seguridad y la disposición física de las diferentes capas de papel. Una forma, aseguran, de comprender mejor esta técnica que podría considerarse como una versión primitiva y física de la criptografía.
“Este algoritmo nos lleva hasta el corazón de la carta bloqueada”, aseguran los investigadores. “A veces el pasado se repite al escrutinio. Podríamos simplemente haber cortado estas cartas para abrirlas, pero en lugar de ello nos tomamos el tiempo para estudiarlas por su carácter secreto, oculto e inaccesible. Hemos aprendido que las cartas pueden ser mucho más reveladoras cuando se dejan sin abrir. Utilizar el desplegado virtual para leer una historia íntima, que nunca ha visto la luz del día - y nunca llegó a su receptor - es verdaderamente extraordinario”.
Referencia: Unlocking history through automated virtual unfolding of sealed documents imaged by X-ray microtomography (Nature Communications) DOI 10.1038/s41467-021-21326-w