La semana pasada hice un sondeo entre los colaboradores de la sección de Cultura de Vozpópuli para preguntar si se les ocurría algún buen artículo para el quinto aniversario de la insurrección independentista del 1 de octubre. La respuesta fue unánime: hace tiempo que el asunto provoca una pereza enorme y todos consideramos que es una batalla ganada. También da un bajón infinito atender a personajes como Antonio Baños, exlider de la CUP, que ahora está de actualidad por negarse a hablar castellano ante un tribunal (considera el español la lengua del enemigo). Ya nadie puede ser tan ingenuo como para pensar que desde el bando separatista quedan líderes que defiendan una Cataluña culturalmente plural.
Dato clave: Baños fue la cara más visible de Súmate, plataforma ciudadana que pretendía incorporar a los castellanohablantes a la causa de la secesión. En su momento, muchos dijimos que aquella era la iniciativa más reveladora de la lógica clasista del independentismo: confirmaba que las élites del Procés no querían compartir ningún espacio con aquellos a quien consideran “ñordos”, “charnegos” y “colonos” -léase españoles-, ni siquiera cuando estos asumían completo su relato nacional. Sumáte fue el equivalente a cuando le dijeron a Rosa Parks que podía ir en el mismo autobús que los blancos, pero siempre sin rozarles en los asientos. Baños confirma ahora con su gesto ante la jueza que Súmate fue un pequeño apartheid político, felizmente fallido como todos los proyectos que coordina. No consiguió que nadie o casi nadie celebrase ser tratado como ciudadano de segunda.
La oposición al Procés ha contado muchos héroes políticos inesperados. Manuel Valls de Ciudadanos se ganó el respeto izquierdista votando a Ada Colau para impedir que un ‘indepe' fuera alcalde de Barcelona (una decisión incómoda, por lo tanto de gran mérito). Inés Arrimadas logró seducir a votantes de barrio obrero hasta el punto de ganar las eleciones catalanas de 2018. Josep Borrell cosechó admiración entre la derecha al derrotar sin paliativos a Oriol Junqueras en un debate televisivo sobre las mentiras del independentismo. Joan Coscubiela, líder del campo podemita, recibió aplausos de diputados de Ciudadanos y el PP al defender en un discurso brillante en el Parlament la dignidad los catalanes menospreciados por el bloque separatista. "No quiero que mi hijo Daniel viva en un país donde la mayoría pueda tapar los derechos de los que no piensan como ella”, explicó con elocuencia. Nuestro columnista Alejo Vidal Quadras aguantó el lanzamiento de huevos y tuercas durante la tensa Diada de 1995.
Antonio Baños, campeón de la causa española
Todos ellos contribuyeron a educarnos y darnos esperanza, pero solo Antonio Baños ha logrado desprestigiar al separatismo veinticuatro horas al día, siete días a la semana (desde el más puro delirio que exhibe en su cuenta de Twitter, con más de doscientos mil seguidores). Procedente de ambientes hípsters de la Ciudad Condal, es uno de esos progresistas que nació sobrado, como si se hubiese caído de pequeño en la marmita de la superioridad moral. No sabe hablar sin dar lecciones, ni salir tres noches sin meter la pata en público. Igual se burla en público del acento andaluz (“Pisha, explícanos el embrollo catalufo”) que atiende a la prensa al filo de la una de la mañana en Los Huevos de Lucio, para luego decir que él no ha dado entrevista alguna y obligar al periodista a compartir los audios (quedando Baños en evidencia por enésima vez). Allí firmó proclamas altamente psicódelicas como que Cataluña es un milagro educativo por su capacidad de integrar españoles y migrantes sin conflictos reseñables. Cuando una tarde se aburre, igual comparte un meme donde se llama nazi a Salvador Illa.
Todos hemos notado en las protestas y huelgas la ausencia significativa de canis y de nuevos inmigrantes", escribía en 2013
Lo peor (para Baños) y lo mejor (para el unionismo) son sus constantes exhibiciones de desprecio a las clases populares, por ejemplo en el artículo “¿A quién emancipamos?”, publicado en 2013 en La Marea. Ya desde el título, nuestro querido autor se muestra incapaz de sentir la más mínima fraternidad con un migrante o un joven de clase trabajadora que no haya militado nunca en la izquierda. Como tantas veces, Baños se autoerige en paradigma moral: “Muchos crecimos dentro de la sólida cultura obrera. Entre los mártires de Chicago, la huelga de la Canadiense y la aversión al crédito bancario”, presume. Luego deja claro que el populacho nunca estará a su altura: “Todos hemos notado en las protestas y huelgas la ausencia significativa de canis y de nuevos inmigrantes. Y vemos cómo frente a la Play y a las Nike, ni Marx ni Galeano tienen nada que hacer”. Incluso llega a preguntarase solemne “¿Cómo se emancipa un cani?”, como si fueran mascotas a las que tiene que enseñar a hacer pis.
Con semejante voltaje elitista, más de una vez he sospechado que es un agente del CNI encargado de que el independentismo no llegue a nunca a cuajar en capas populares de Cataluña. Fuentes fiables me juran que Baños nunca ha cobrado ningún sueldo del deep state de Madrid. No queda, entonces, más remedio que agradecerle la constancia en el trabajo y pedir a Dios que le conserve la salud el mayor numero de años posible. Cuando Baños se negó a hablar español ante la jueza, recibió el apoyo inmediato de Josep-Lluís Carod-Rovira, el político ladró a los manifestantes del 15-M que “se meen en España”. Baños le contesta ahora con cinco emoticonos felices y besucones. Cualquier día Baños manda "a mear a España" a los próximos chavales que organicen una protesta porque Cataluña es la única comunidad autónoma que recortó el gasto social desde que empezó el Procés.
Yomismo
¡A este fulano ni en pintura!
Urente
Este charnego Tío Tom sacando a pasear su supremacismo xenófobo, a ver si así hace méritos ante sus amos de ocho apellidos autóctonos. Un tuit suyo: "Son catetos. Estructuralmente. Toda esa morralla cis M30 sigue anclada en Arévalo y los chistes de gangosos. Catetos Boina roscachapa en RNE. Lo que me extraña es el silencio de los defensores de la españita fraterna, la buena gente de catalunya y Madrid podrá ser nuestra capital" La verdad es que ese sentimiento de superioridad por parte de semejante cavernícola casi da risa. Casi más que al Tío Tom, recuerda al mayordomo de "Django desencadenado".
Bartleby
¿Qué eso de "unionista"?. Esto no es el Ulster señor articulista, ya está bien de tragarse la terminología peyorativa que el supremacismo etnicista catalán pretende imponer a todo el mundo.
Ganuza
Me ha gustado, y mucho, el artículo. Solamente le pediría que no caiga en la utilización de los términos implantados por los supremacistas del nacionalismo catalán. Busque, seguro que lo encuentra, un sustituto a "unionistas" que es el que les gusta a la matonería intelectual indepe.