Opinión

Ayuso nos cuida... un buen lema para Toni Cantó

Si los tertulianos de postín no debieran una parte de sus ingresos al vasallaje que ejercen hacia su partido, dejarían claro en sus intervenciones que esto no es una cuestión

  • Toni Cantó

Si los tertulianos de postín no debieran una parte de sus ingresos al vasallaje que ejercen hacia su partido, dejarían claro en sus intervenciones que esto no es una cuestión de unos pocos, sino que es sistémica. Si la publicidad institucional no fuera recibida en los medios de comunicación como cáliz de salvación, los editoriales de estas empresas serían certeros en sus análisis sobre el terrible efecto sobre las vidas de los ciudadanos que causa la partitocracia en todas sus manifestaciones.

Son varios años los que ha dedicado Toni Cantó a señalar las tropelías que comete el caciquismo patrio con el dinero que los ciudadanos ponen en sus manos, procedente del sudor de su frente. Lo de este ex-actor cantaba a la legua, dada su errática trayectoria política, pero fueron muchos quienes celebraron sus mensajes y demostraron fe en su figura. Arturo Pérez-Reverte, hace unas semanas, celebraba en sus redes sociales un afilado discurso pronunciado en el parlamento por el político valenciano.

Pero, como ocurre con todo en la vida, el desencanto aparece tarde o temprano. El Consejo de Gobierno de Madrid ha aprobado este miércoles la creación de un chiringuito que encabezará Cantó, cuyo gran mérito para acceder al puesto ha sido el de cometer una infidelidad política -a Ciudadanos- para beneficiar al Partido Popular, que aspiraba a conseguir los votos de centro moderado que, desencantados, emigraron unos años atrás hacia la formación naranja. Isabel Díaz Ayuso y su equipo consiguieron su objetivo, pero, por razones legales, Cantó no pudo formar parte de la lista electoral, lo que le dejó a la intemperie.

A partir de ahora, encabezará una oficina en defensa del español que tiene entre sus objetivos la promoción de Madrid como la capital europea de este idioma, cosa necesaria si se tiene en cuenta la amenaza que suponen ciudades como París, Berlín, Roma o Varsovia en este sentido.

“También se buscarán sinergias con entidades culturales internacionales para realizar acciones de puesta en valor del español, y se gestionarán informes y encuentros que fomenten el debate en torno a la potencialidad del español”, añade el Gobierno autonómico, que con esto intenta camuflar la evidencia: que hacía falta colocar a Cantó tras haber servido de ayuda a 'la organización' y que eso ha obligado a buscarle un trabajo con cargo a los Presupuestos.

Ayuso cuida a Toni Cantó

Lucen varios bares de la madrileña calle de Ponzano un cartel desde hace algunos meses: “Ayuso nos cuida”, dice. Ese lema lo podrá recitar el político valenciano a partir de hoy, al igual que tantos otros que, durante años, han secuestrado instituciones a costa de garantizarse cuotas y sueldos. España es actualmente un país en el que no quedan muchos espacios libres de las consecuencias de la batalla partidista, lo que explica su decadencia y la negrura de su horizonte. Esto no es algo que pueda asignarse a un único partido. Esto forma parte del ADN político español y es grave y degenerativo.

Curiosamente, la colocación de Cantó se ha anunciado el día en el que Hacienda pasaba el cesto entre los españoles a quienes les salió a pagar la declaración de 2020. La causalidad tiene un componente poético escrito en forma de drama. O de burla. Porque mientras los ciudadanos son sometidos a un infierno fiscal, hay una partitocracia que gasta sin rubor y que paga favores y coloca a sus amigos con el dinero de todos.

Es la que quebró las cajas, fomentó la burbuja, agravó las crisis y ha hipotecado a los bisnietos la generación contemporáneo con una deuda que crece sin control. Eso sí, que al Cantó de turno no le falte un buen asiento. Si preguntan, decimos lo de siempre: que los otros también hacen esas cosas. Así se tapan y así se extiende el gran cáncer de la España actual.

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación Vozpópuli