Este trabajo es una actualización del artículo publicado el pasado 9 de mayo de 2020 en Vozpópuli, sobre la polémica suscitada ante la negativa del Gobierno a facilitar la identidad de los expertos del equipo de Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alarmas y Epidemias Sanitarias (CCAES).
Ha de precisarse en primer término que los expertos epidemiológicos nada tienen que ver con el Comité para elaborar el plan de la 'desescalada' creado por el presidente del Gobierno, cuyos miembros comparten la ideología "progresista" (socialista radical y neocomunismo) y parten de la premisa de que es preciso acabar con el “capitalismo neoliberal” para sustituirlo por una sistema social y económico socializador que consagre la absoluta primacía de lo público y reduzca lo privado a la mínima expresión.
La lista de los nombrados apareció el 1 de mayo de 2020 en diversos miembros de comunicación. El comité está compuesto por Raquel Yotti Álvarez; Manuel Cuenca Estrella; Carlos Cuerpo Caballero; Manuel Muñiz Villa; Ángel Alonso Arroba Pérez Arenas; Diego Rubio Rodríguez; Diego Martínez Bello; Carmen Artigas Brugal; José Fernández Albertos; Ana María García; Antonio Plasencia Taradach; Miguel Ángel Hernán; Miguel Otero Iglesias; Borja Barragué Calvo y Bruno Sánchez-Andrade Nuño. Con independencia de sus méritos académicos y profesionales, hay que decir que la mayor parte han desempeñado cargos en los gobiernos socialistas o se caracterizan por su amistad con el presidente Sánchez; dos son colaboradores de El País y otros dos están vinculados a Unidas-Podemos. Quizás en el trabajo de este comité esté la clave de lo que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias entienden como “nueva normalidad”, que podría constituir un avance hacia la anormalidad antidemocrática.
Tampoco hay que confundir el equipo de Simón con el Comité de Científicos, que tiene un carácter consultivo y fue creado el 21 de marzo de 2020. Está compuesto por seis expertos españoles de los distintos ámbitos de la ciencia y la salud de Barcelona. Valencia, Madrid y Estados Unidos, a cuyo frente está el propio Fernando Simón. Se trata de Antoni Trilla García, Hermelinda Vanaclocha Luna, María Teresa Moreno Casbas. Agustín Portela Moreira, Inmaculada Casas Flecha y Miguel Hernán.
El Centro de Coordinación de Alertas
La lucha contra las epidemias está encomendada a un organismo del Ministerio de Sanidad denominado Centro de Coordinación de Alertas y Epidemias Sanitarias (CCAES), cuya función principal es coordinar la gestión de la información y respuesta ante situaciones de alerta o emergencia nacional o internacional que supongan una amenaza para la salud de la población. Es por tanto a este Centro, que dirige Fernando Simón, a quien corresponde elevar al ministro de Sanidad, Salvador Illa, las propuestas de resolución de las solicitudes de las Comunidades Autónomas sobre entrada en las diversas fases en que se ha decidido realizar la 'desescalada' del estado de alarma.
El equipo de Simón
En su habitual comparecencia diaria ante los medios de comunicación, el pasado 6 de mayo el jefe del CCAES se negó a facilitar el nombre de los expertos que resolvían las solicitudes relativas a las fases de 'desescalada'. La razón esgrimida fue que “en este proceso, las presiones que sufre cualquier persona de la que se da el nombre por parte de la sociedad en general y de los medios de comunicación en particular acaba haciendo muy difícil que pueda trabajar con la suficiente libertad (…). Lo mejor es que hagan su trabajo correctamente y de la forma más independiente posible”. La única información que el Sr. Simón ofreció fue la de que ese comité está compuesto por 12 técnicos “ que trabajan en la Dirección General de Salud Pública”. Estas palabras fueron inmediatamente ratificadas por el ministro de Sanidad.
El caso es que la negativa a dar los nombres es absurda pues hay documentos elaborados y difundidos por el propio CCAES que los da a conocer, como a continuación se demostrará. Probablemente el jefe del Centro no recordaba que su identidad se contiene en un par de documentos firmados por él mismo y que se han publicado en la web.
Desde el 20 de enero de 2020 toda la información que emana del Centro de Coordinación de Alertas y Epidemias Sanitarias se ha venido insertando en la página web del Departamento de Defensa Nacional, adscrito al Gabinete del Presidente del Gobierno, cuyo titular es Iván Redondo. No se ha explicado cuáles son las razones de seguridad nacional que justifican que el Gabinete del Presidente sea quien haga públicas tales informaciones, como no sea porque de lo que se trata es de controlar y, censurar en su caso, con un criterio estrictamente político, unos informes que deben estar a disposición de toda la sociedad española y han de revestir total solvencia e imparcialidad.
Pues bien, el 10 de febrero de 2020 se publicó en dicho portal un documento titulado 'Informe Técnico. Enfermedad por coronavirus, COVID-19'. En estos momentos ya no es posible encontrarlo pues el portal presidencial lo ha hecho desaparecer. Estaba firmado por las personas del propio Centro dirigido por Fernando Simón que habían colaborado en la redacción del informe, es decir, por su equipo de expertos.
El 6 de marzo de 2020 se reproduce con escasas modificaciones el referido Informe Técnico pero el documento que aparece al día de hoy cuando se consulta en la web del DSN se advierte de que el Informe reproducido es una “actualización” que el CCAES había llevado a cabo el 9 de marzo, es decir, al día siguiente de la manifestación del 8-M.
En estos momentos ya no se encuentra en la web de la “Fundacion IO”. Así te lo dice: “¡Vaya! Es página ya no se puede encontrar”, a pesar de ser una organización científica de naturaleza fundacional, independiente, sin ánimo de lucro, que nace con vocación de servicio, de ser útil a la sociedad, dedicada al estudio y control de las Enfermedades infecciones en el mundo, zoonosis emergentes y medicina tropical y del viajero”.
En cambio puede encontrarse ahora en Internet bajo el mismo epígrafe: “Informe Técnico. Enfermedad por coronavirus, COVID-19”, en la web del ministerio de Sanidad. Pero con una ligera variante. No se reproduce ni se puede acceder al informe inicial ni a la versión 2 publicada el 6 de marzo actualizada el 9 de marzo 2020. Lo que aparece en pantalla es una versión actualizada al día 17 de marzo de 2020. Bien entendido que en esta última han corregido la reproducción chapucera del índice en la versión de 6 de marzo cuyo primer epígrafe titulado 'Resumen de la situación y aportaciones de actualización' conducía a un texto de varias páginas que había desaparecido, En el de la versión del día 17 de marzo el índice identifica correctamente el primer epígrafe del Informe que ya no tiene nada que ver con el original. En esta ocasión, los duendes de la manipulación han sabido cumplir su misión sin equivocarse.
Como ya hemos dicho, fue el 6 de mayo de 2020 cuando el Sr. Simón, con el respaldo del Sr. Illa, se negó a facilitar el nombre de los expertos de su equipo encargados de dar respuesta a las solicitudes de las Comunidades Autónomas que reclamen pasar de la “fase 0” en el camino hacia la 'desescalada' plena. Dio no obstante un dato muy importante. Los expertos eran funcionarios, 11 o 12, adscritos al CCAES. Inmediatamente recibió el respaldo a su postura por parte del ministro de Sanidad, Luis Illa.
El 9 de mayo de 2020 sería el propio presidente Pedro Sánchez quien defendió el secretismo, aunque proporcionó otra información muy relevante: "…son los funcionarios del CCAES (Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias) y funcionarios” del ministerio de Sanidad quienes elevan la “propuesta técnica” que remiten al ministro del ramo, Salvador Illa, y es éste "quien publica la decisión en una orden ministerial". Se trata, según el presidente, de "un procedimiento reglado".
El 10 de mayo del 2020, el ministro Illa reiteró su negativa a revelar el secreto pero siguiendo la estela del presidente dio más detalles. Los expertos son “técnicos, profesionales, funcionarios” que trabajan en el CCAES.
Hipótesis sobre el secretismo
Quizás la razón de este secretismo de la identidad de los expertos radique en que la mayoría de los componentes del 'equipo' del Sr. Simón, expresión esta ultima utilizada por el propio jefe del CCAES, carecen en general de la experiencia necesaria y, en algunos casos, de la formación precisa, para afrontar una pandemia de la magnitud de la covid-19. Hay que recordar que al licenciado Simón se le presentó desde un principio como número uno de los expertos españoles en materia epidemiológica. Luego es evidente que quien en la práctica resuelve qué propuestas de medidas han de elevarse al ministro de Sanidad (incluidas las relativas a las Comunidades Autónomas para el cambio de fase para la 'desescalada') es el propio director del Centro, superior jerárquico de todo su equipo. En él no hay prácticamente nadie con autoridad suficiente para discrepar de su criterio.
A su vez, el Sr. Simón depende del ministro de Sanidad y, por tanto del Gobierno. Así se explica cómo el gran experto se ha prestado a bailar la yenka a la perfección, siempre al son del Gobierno (izquierda, izquierda, derecha, derecha, adelante, detrás, un, dos tres) con un total sometimiento a los dictados políticos del Ejecutivo que le ha llevado –y ahí están las hemerotecas para demostrarlo– a mantener sin solución de continuidad una cosa y la contraria, provocando el desconcierto general. Por otra parte, no se puede olvidar que validó con sus informes la postura del Gobierno para que pudiera celebrar la manifestación del 8 de marzo, a pesar que desde la segunda quincena de enero de 2020 tanto él como el Gobierno sabían que una de las claves para prever la extensión del coronavirus era evitar las grandes aglomeraciones. Tampoco urgió al ministro de Sanidad para que sin tardanza y a la vista de la expansión del coronavirus por los países asiáticos y su salto a Europa, proveyera a toda la sanidad pública española, por el medio más rápido y eficaz, del material indispensable para el personal sanitario. Material que debía consistir en el abastecimiento de batas impermeables, guantes de nitrilo, mascarillas quirúrgicas, respiradores amen de incrementar la capacidad para hacer test masivos.
Ya se ha olvidado que Pedro Sánchez desde Beja (Portugal), el 1 de febrero de 2020, ante el primer caso de coronavirus registrado en España que coincidió en el tiempo con el primer contagiado en Alemania, declaró que “preocupar, preocupa”, pero que nuestro sistema nacional de salud pública era “fantástico”, No contento con ello envió un tuit en el que afirmaba que “España tiene un sistema sanitario fuerte y red de alerta y detección con expertos profesionales que desde el primer minuto trabajan siguiendo las recomendaciones de la OMS”. Y tampoco es ocioso recordar ahora que la declaración de pandemia por la OMS, que se produjo el día 11 de marzo, y en la que Sánchez se escuda para justificar su pasividad hasta ese momento, es objeto de una torticera interpretación del presidente, pues tal declaración que no supone ninguna alteración en las medidas recomendadas por la Organización desde que se tomó en serio en enero de 2020 el brote epidemiológico de Wuhan. Se trata tan solo de la constatación de que lo que comenzó como una epidemia china se había extendido ya por los cinco continentes.
La identidad de los expertos
Esta es la composición del equipo de expertos del CCAES a la que se había referido el presidente del Gobierno el 19 de mayo pasado. Al frente del mismo se encuentra Fernando Simón. Ya hemos dicho que sus componentes aparecen en un “Informe Técnico. Enfermedad por coronavirus, COVID-19”, de 10 de febrero y 6 de marzo, adscrito al Gabinete del Presidente del Gobierno, fecha en la se publica por el Departamento a las órdenes de Iván Redondo la versión “actualizada” del 9 de marzo..
La identidad de los firmantes del Informe Técnico, pertenecientes al equipo CCAES, el 10 de febrero era la siguiente:
Fernando Simón Soria (director del CCAES);
Laura Díez Izquierdo (Médica residente de Medicina Preventiva y Salud Pública);
Montserrat Gamarra Villaverde (Técnica superior de apoyo contratada por Tragsatec a través de encomienda del Ministerio de Sanidad);
Lucía García-San Miguel Rodríguez-Alarcón (funcionaria interina en el Cuerpo de Médicos Titulares concurso de méritos 2017);
Pello Latasa Zamalloa (investigador galardonado en 2016 con el premio de la Sociedad Española de Epidemiología por una comunicación sobre la efectividad de la vacuna celular frente a la tosferina en la Comunidad de Madrid);
Susana Monge Corella (Técnico superior de apoyo, contratada por TRAGSATEC a través de encomienda del Ministerio de Sanidad);
Lina Parra Ramírez (Técnica superior de apoyo, contratada por Tragsatec a través de encomienda del Ministerio de Sanidad);
Jesús Pérez Formigó (Técnico superior de apoyo contratado por Tragsatec a través de encomienda del Ministerio de Sanidad);
Óscar Pérez Olaso (técnico superior del Cuerpo de Médicos Titulares del Ministerio de Sanidad, convocatoria 2019);
Lidia Redondo Bravo (Técnica superior de apoyo, contratada por Tragsatec a través de encomienda del Ministerio de Sanidad);
María José Sierra Moros ( jefa de sección en la Dirección General de Salud Pública y Consumo dentro de la Subdirección General de Promoción de la Salud y Epidemiología); Berta Suárez Rodríguez, funcionaria del Centro.
En la actualización del 6/9 de marzo no participan Laura Díez Izquierdo. Montserrat Gamarra Villaverde y Jesús Pérez Formigó mientras se unen a los firmantes Eva Fernández Bretón (Médica Interna Residente de Medicina Preventiva y Salud Pública) y Adriana Román Vidal (Médica Interna Residente de Medicina Preventiva y Salud Pública), Angélica Ortega Torres (Médica Interna Residente de Medicina Preventiva y Salud Pública). Esto quiere decir que la incorporación de las tres últimas al equipo tuvo que producirse con anterioridad al 9 de marzo.
Pedro Sánchez conocía el riesgo
El 4 de marzo por la tarde, Moncloa difundió un comunicado de prensa sobre la visita realizada por el presidente Pedro Sánchez, acompañado del ministro Luis Illa, al Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. Allí explicó las explicaciones de su director, Fernando Simón, sobre la evolución del coronavirus en España. Además, había agradecido la labor de los profesionales: “A todos los que estáis detrás, muchas gracias”. Elogió los trabajos de los expertos, pues su labor “transmite calma y seguridad a la sociedad”. Sánchez manifestó que seguirían “trabajando de forma coordinada entre las distintas administraciones y la UE” frente al brote del nuevo coronavirus.
Cuando se dirige a “los que están detrás” el presidente se refiere a los expertos del equipo de Simón, que en el reportaje fotográfico y video facilitados por Moncloa aparecen a la espalda de Sánchez, Illa y Simón. Ellos son los expertos, que bajo la batuta de su director, elaboran las propuestas relativas a las diversas fases de la 'desescalada' motivo por el que podrían ser objeto de presiones, según entonaron casi a coro los tres citados. Dado que conocemos sus nombres porque constan en el 'Informe Técnico. Enfermedad por coronavirus, COVID 19', versiones de 10 de febrero y 6/9 de marzo, no sería difícil poner nombre a cada una de las caras que salen en la foto y si coinciden con los firmantes del informe se habría resuelto el enigma que tanto ha dado que hablar en las últimas semanas.
Dos días después, el 6 de marzo, el informe del CCAES reconoce que “España es el cuarto país de la UE con más casos. Los nuevos casos registrados en las últimas 24 horas se concentran en una Comunidad Autónoma, concretamente en dos núcleos de transmisión bien identificados. El riesgo de trasmisión comunitaria no ha aumentado significativamente. Del total de los casos existen 12 situaciones en las que, por el momento, no se tiene identificado el vínculo”.
Según palabras de Fernando Simón, los informes CCAES no reflejan las cifras de los contagiados y fallecidos del mismo día de su publicación pues la tarea de recopilar los datos recibidos de las Comunidades Autónomas puede tardar como mínimo uno o dos días. Por ese motivo el 4 de febrero de 2020 el ministro Illa, por boca del jefe de CCAES, tenía que saber que España era el cuarto país de la UE con más casos y tal vez trasladó su preocupación al presidente Sánchez que decidió visitar personalmente a Simón en su propio Centro. Salvo que le mintiera descaradamente, algo totalmente descartable, el presidente del Gobierno sabía el 6 de marzo que el número de fallecidos en España ascendía a 17 de los que 8 habían muerto en Madrid. La Comunidad Autónoma madrileña era la de mayor número de contagios y en ella ya se tenían controlados dos núcleos de infección. Celebrar la manifestación feminista era una locura, pero Sánchez prefirió complacer a la sección femenina radical de su Ejecutivo.
Ministras de baja
La otra gran pregunta es saber si uno de esos dos centros que Simón tenía controlados estaba situado en Moncloa. Esto sólo podría verificarse si se conocieran los informes médicos en los que se anota la fecha del contagio. Sabemos que la ministra Irene Montero anunció su baja por coronavirus el 12 de marzo justificando así su incomparecencia en el Consejo de ministros que se reunió al punto de la mañana. La esposa del presidente, tenía también síntomas, aunque no se hizo público hasta después del Consejo de ministros. Si los síntomas se manifiestan unos cinco días después del contagio, cabe concluir que cuando ambas acudieron a la manifestación ya estaban infectadas. Y lo mismo podía haberles ocurrido a las ministras que flanqueaban a Begoña Gómez, como Carmen Calvo, Isabel Celáa, Arancha González Laya y Carolina Dairias. Que algo ya se temían lo demuestra que al acudir entrar en la manifestación del 8-M se les proveyera de guantes y mascarillas.
Lo escandaloso es que Irene Montero no haya presentado su inmediata dimisión al conocerse hace unos días que el 9 de marzo en los momentos anteriores a la entrada en un plató de ETB para una entrevista había confesado a su entrevistadora que el Gobierno conocía el riesgo que implicaba la manifestación del 8-M, que en otros países de Europa ya se habían tomado medidas y que tuvo que aguantar los toquiteos, besos y abrazos de sus fans en la manifestación algo que comentó en tono despectivo.
Es un hecho probado que el Gobierno consintió la celebración de la manifestación del 8M a sabiendas del gravísimo riesgo que podía suponer para la población española
Sea lo que fuere, lo cierto es que Pedro Sánchez se lió la manta a la cabeza y respaldó con total contundencia la celebración de la manifestación del día 8-M. El 6 de marzo publicó un tuit en el que animaba a las mujeres a participar en ella: “Os acompañamos en esta lucha para lograr la igualdad real entre mujeres y hombres. Sin descanso. Porque sin feminismo no hay futuro, sin igualdad no hay democracia”. Y no contento con ello, el tuit presidencial insertaba un vídeo del Instituto de la Mujer, dependiente la ministra de Igualdad, Irene Montero, pagado con fondos públicos, que invitaba a participar en la marcha feminista. También se sumaron a ese aluvión de llamamientos, Carmen Calvo, que llegó a animar a las mujeres dubitativas por el coronavirus, que debían acudir a la manifestación porque “les va la vida en ello”. También de forma vehemente se pronunciaron Pablo Iglesias e Irene Montero.
Está pues archidemostrado que Sánchez y su Gobierno eran plenamente conscientes, al menos desde el 31 de enero de 2020, del riesgo de la extensión por España de virus que venía de China. Es un hecho probado que el Gobierno consintió la celebración de la manifestación del 8-M a sabiendas del gravísimo riesgo que podía suponer para la población española, decisión que impedía suspender como hubiera sido imprescindible la infinidad de actos multitudinarios de aquel fin de semana en Madrid y “en provincias”. Y es incuestionable que si el Gobierno no hubiera estado tan negligentemente inactivo y no hubiera perdido por lo menos seis semanas en la tarea de dotar al “fantástico” sistema nacional de sanidad del material sanitario preciso para hacer frente al coronavirus, el número de fallecidos en España no hubiera alcanzado cifras tan astronómicas que contrastan con las de países como Alemania, Dinamarca, Portugal y Grecia, que detectaron al mismo tiempo que nosotros la invasión del virus y contemplaron también igual que nosotros cómo desde Milán se propagaba por toda Europa. A pesar de todo, los informes de Simón señalaban que el riesgo para España hasta el 24 de febrero fue bajo y pasó a moderado, y no se movió de ahí, hasta el 14 de marzo, cuando el número de fallecidos había crecido exponencialmente.
Ya que en el Parlamento el Gobierno social-comunista cuenta con mayoría suficiente para impedir cualquier exigencia de responsabilidades políticas, sólo queda esperar al veredicto de los Tribunales de Justicia, bien entendido que los auténticos autores del desaguisado se irían de rositas si se convierte al delegado del Gobierno ante la Comunidad de Madrid en chivo expiatorio de las responsabilidades penales en que sus superiores hubieran podido incurrir.