Las generaciones de la primera mitad del siglo XX hicieron dos guerras mundiales o dos guerras civiles, como se quiera. La consecuencia, murieron diez millones de personas en la primera y veinte millones fueron heridos o mutilados. Y en la segunda, más de cincuenta millones de muertos. En el período que fue de la primera a la segunda guerra mundial, las clases dominantes y las élites conservadoras de Europa, sobre todo en los países más importantes, tal vez asustados por la radicalización que comenzaron a ver en la clase obrera como consecuencia de la revolución bolchevique en Rusia, se alinearon con las nuevas fuerzas políticas ultraconservadoras, xenófobas, racistas y nacionalistas. Las instituciones liberales de gobierno entraron en barrena y la democracia se debilitó con el triunfo de dos totalitarismos: el comunismo y el fascismo. Por el contrario, la generación de la segunda mitad del siglo XX, expandieron la democracia y la fortalecieron; en esa ocasión las élites conservadoras apostaron por la colaboración con la socialdemocracia y con los liberales creando el más largo proceso y progreso y periodo de tiempo de estabilidad democrática. De lo dicho extraigo la siguiente conclusión: la estabilidad y fortaleza de la democracia en Europa no depende tanto de las amenazantes fuerzas extremistas tipo Le Pen o Trump o Abascal, sino de la actitud que adopten las élites conservadoras en relación con los partidos populistas, racistas, xenófobos que están apareciendo por doquier.
Y depende también, para que no quede a nadie fuera, de que la socialdemocracia no se amilane y acompleje frente al discurso de la extrema derecha que, como ha pasado en Francia, consigue que su discurso antiinmigración obtenga el voto obrero en aquellas zonas donde se ubican los inmigrantes que abaratan el mercado de trabajo y compiten laboralmente con los nativos.
Se puede llegar a la conclusión -errónea desde mi punto de vista- de que todos los que votaron Le Pen son partidarios del discurso lepenista
Que nadie crea que el populismo se combate fácilmente. El nacional populismo de Le Pen acaba de obtener un amenazante 42% de votos en las elecciones presidenciales francesas. Cuatro de cada diez votantes se han decidido por una opción ultraderechista. Se puede llegar a la conclusión -errónea desde mi punto de vista- de que todos los que votaron Le Pen, son partidarios del discurso lepenista de que “los franceses primero y no queremos más inmigrantes”. No me creo que todos esos votantes acepten el discurso homófobo, machista, antisemita del tipo que revelan frases como “No podemos perder un minuto en la lucha contra la inmigración y el comunitarismo” o “El matrimonio está reservado para una mujer y un hombre” o la promesa de “reducir el aporte anual del país a la UE y retirar las ayudas sociales a quienes lleven más de un año sin empleo”. Una cosa es que voten a Le Pen y otra cosa es que su voto está relacionado, más que con el lepenismo de extrema derecha, con la situación de gran desigualdad que cada día más se apodera de la vida de los franceses y de tantos ciudadanos en los países europeos.
Ayer mismo, la prensa española se hacía eco de los sueldos de los altos ejecutivos de las empresas del Ibex y su relación con la masa salarial media de cada empresa. El presidente de Iberdrola recibió en 2021 un sueldo total de 13,2 millones de euros. El sueldo medio de los empleados de esa empresa fue de 77.000 euros. Quienes defienden que tienen que existir diferencias salariales entre las responsabilidades de unos y otros deberían hacer saber en cuanto calculan que puede oscilar esa diferencia entre los ejecutivos mejor pagados y la masa salarial media de la empresa. ¿10 veces? ¿50? ¿Parecería exagerada una diferencia de 100? Pues en este caso estamos hablando de una diferencia de 171 veces. Si un empleado de esa empresa gana 6000 euros al mes, el alto ejecutivo percibe 1,1 millón de euros. En CIE Automotive, el alto ejecutivo percibe 558 veces que la masa media de sus empleados: el primero recibe 9,2 millones de euros anuales y 17.000 es el sueldo medio de sus empleados. Quienes defienden que el mérito tiene que ser correspondido salarialmente, deberían decirnos si no es descabellado que existan diferencias tan brutales entre unos y otros. Viendo esa situación, no es extraño que el votante tradicional de la izquierda decida dar la espalda a aquellos partidos que tendrían la obligación de defender una política de igualdad que permita que se acorten esas insultantes diferencias para que los trabajadores puedan llegar, si no en condiciones de igualdad al final del camino, si a tener una vida digna, que en eso consiste la igualdad que debe defender la socialdemocracia. No igualdad por abajo a la manera comunista, sino igualdad por arriba para que la vida pueda sonreírles a todos. Nadie necesita ganar un salario de 1 millón de euros al mes para tener una vida digna. Quienes ganan eso afrentan a sus trabajadores, los alejan de los partidos democráticos y, además, no deben tener tiempo para gastarlo. Tendrán que comer cinco jamones de Dehesa de Extremadura al día, comprarse un lamborghini cada semana, un yate al mes, al estilo de lo que hicieron los altos comisionistas del Ayuntamiento de Madrid.
¿A alguien le extraña que ante este estado de desigualdad quienes la padecen busquen consuelo en su voto? Y de esa situación se beneficia el patriotismo peligroso, machista, casposo, nacionalista, racistas, xenófobo y homófobo.
Kj26
"En CIE Automotive, el alto ejecutivo percibe 558 veces que la masa media de sus empleados: el primero recibe 9,2 millones de euros anuales y 17.000 es el sueldo medio de sus empleados. " Este comentario pone de manifiesto el desconocimiento total de Rodriguez Ibarra de en qué consiste en dirigir una empresa de éxito. Sr. Rodriguez, si el que recibe una nómina de 9,2 millones no hiciera bien su trabajo, no habría empleo a 17000 eur/año. De gracias a que alguien tiene la inteligencia de gestionar bien una empresa para que esta sobreviva. Sr. Rodriguez, usted habla pero desconoce el negocio de CIE Automotive.. Hace años las empresas fabricantes de coches producían la mayoria de sus componentes. Hoy, la producción de componentes para el automovil se ha externalizado. Empresas como CIE Automotive se especializan en la fabricación. Pero en este sector solo pueden sobrevivir si mantienen los costos de los componentes muy bajos, lo cual implica salarios para los trabajadores bajos. A la vez, las exigencias de los fabricantes de coches son draconianas, sus líneas no pueden parar porque el paro sería muy costoso. Organizar la fabricación de componentes, su logística es extremadamente complicada. De hecho los directivos de estas empresas están sometidos a un estrés desconocido para un político.
Kj26
"El presidente de Iberdrola recibió en 2021 un sueldo total de 13,2 millones de euros. El sueldo medio de los empleados de esa empresa fue de 77.000 euros. " Lo realmente llamativo es que el empleado medio de Iberdrola cobre 3 veces el salario medio de un español. El comentario sobre el sueldo del directivo de Iberdrola es de 'mala baba' como dicen en mi pueblo. Tiene Rodriguez Ibarra alguna idea de lo que supone gestionar una empresa de suministros como Iberdrola? Si Iberdrola estuviera gestionada al estilo podemita o del PSOE, cuando no hubiera tendidos eléctricos, no tendríamos energía suficiente, o la infraestructura se caería por falta de mantenimiento. Eso sí la culpa siempre sería de otro.
Wesly
El concepto de igualdad adecuado es el que exige ausencia de privilegios para individuos, colectivos y territorios. El Sr. Rodríguez Ibarra se escandaliza por los sueldos de los directivos de las empresas del Ibex. Estos sueldos son aprobados por los accionistas de estas empresas privadas. Ni yo ni nadie tiene que tener la potestad de intervenir en una decisión privada y voluntaria. Si un trabajador o un accionista no está de acuerdo puede irse de la empresa o vender sus acciones. Donde sí está justificado, y mucho, muchísimo, intervenir es en el sueldo y en los privilegios que los políticos se autoadjudican y que obligan a pagar obligatoriamente, lo acepten o no, a todos los ciudadanos. Los ciudadanos no podemos vender las acciones de España. Pero, al parecer, este escándalo no preocupa demasiado al Sr. Rodríguez Ibarra, político beneficiario de elevados sueldos y escandalosos privilegios que recibió (y sigue recibiendo) pagados obligatoriamente por todos nosotros, nuestros hijos y nietos (a los que se exigirá pagar la deuda pública que les adjudican sin su consentimiento).
Alfonso
No entiendo la razón de dar "recado de escribir" en Vozpopuli a un personaje inculto y caudillista como Rodríguez Ibarra, responsable del atraso y subdesarrollo de Extremadura desde 1983 hasta hoy. Alfonso Ambrosio desde Cáceres
Alfonso
Por más que me lo pregunto no encuentro respuesta para la incomprensión que me zahiere la razón de que el señor editor de Vozpopuli le haya entregado "recado de escribir", y quizás pago, al personaje inculto y caudillista que "entronizó" aquí Alfonso Guerra, y que es elmáximo responsable del atraso y subdesarrollo de Extremadura desde 1983. Alfonso Ambrosio desde Cáceres
Adar
Nos hablas de desigualdad, en un país que tiene varias Comunidades Autónomas con un pib de 34.000 euros y Extremadura 18.000….por favor,socialista de pacotilla….por si no se me nota, soy del país Vasco.