Opinión

'Los Borbones, a los tiburones' o Felipe VI el Demócrata

El regreso inminente del Emérito -si es que no lo ha hecho ya- precipita los 'gestos' desde Casa Real: publicar su patrimonio, un decreto para fiscalizar las cuentas de Zarzuela... Todo para lograr el imposible perdón de una parte del Gobierno que hace meses gritaba "Los Borbones, a los tiburones"

  • El Rey Felipe VI (i) saluda acompañado del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

"Felipe VI ya ha dado pasos para hacer más transparentes las cuentas de la Casa del Rey, pero aún queda la publicación del coste total de la institución y el patrimonio de sus miembros. Las medidas adoptadas por el Rey para proteger su continuidad institucional deben continuar". Este era el aviso a navegantes que el diario El País lanzaba en su editorial el pasado 9 de marzo. Dicho y hecho.

Poco más de un mes después, Felipe VI hace público su patrimonio y el Gobierno anuncia que el Consejo de Ministros aprobará un Real Decreto para "reformar la estructura y el funcionamiento de la Casa de SM el Rey", todo para reforzar "la transparencia, la rendición de cuentas, la eficiencia y la ejemplaridad en la Casa Real, en línea con los principios que han presidido desde su inicio el reinado de SM Felipe VI". De Juan Carlos I el Campechano, a Felipe VI el Demócrata.

¿Por qué ahora? A nadie se le escapa que el inminente regreso del Emérito ha acelerado este ejercicio de "transparencia" y que los tiempos, entre Casa Real, parte del Gobierno y sus terminales mediáticas, están perfectamente engrasados para hacer más "digerible" a parte de la opinión pública, y sobre todo a la parte morada del Gobierno, el anuncio de que Don Juan Carlos regresa a España.

A nadie se le escapa que el inminente regreso del Emérito ha acelerado este ejercicio de "transparencia" y que los tiempos, entre Casa Real, parte del Gobierno y sus terminales mediáticas, están perfectamente engrasados para hacer más "digerible" a parte de la opinión pública

Sin causas judiciales abiertas en España -aún está viva la de Londres por Corinna Larssen- el Gobierno y Felipe VI debían afrontar el regreso del Emérito. El 7 de marzo -una vez archivadas las causas-, la Casa del Rey difundió un comunicado que, en realidad, era una carta medida y pactada por Felipe VI y su padre en la que éste anunciaba a su hijo que "me parece oportuno considerar mi regreso a España, aunque no de forma inmediata" junto con su deseo de volver "con frecuencia a España, a la que siempre llevo en el corazón, para visitar a la familia y amigos". Además, anunciaba que no volvería a vivir en Zarzuela -"tanto en mis visitas como si en el futuro volviera a residir en España, es mi propósito organizar mi vida personal y mi lugar de residencia en ámbitos de carácter privado" - y volvía a entonar el mea culpa: "Soy consciente de la trascendencia para la opinión pública de los acontecimientos pasados de mi vida privada y que lamento sinceramente".

Cuarenta y ocho horas después de que Felipe VI desvelara a la opinión pública esta carta 'privada' de su padre, se publicaba el editorial de El País: no era suficiente. A Felipe VI, desde la prensa más cercana a Moncloa, se le exigía más: "La ciudadanía espera que en algún momento el Monarca se pronuncie explícitamente sobre el comportamiento de su padre. Seguramente también espera que nadie —ni la Casa del Rey, ni instituciones, ni medios de comunicación— vuelva a incurrir en el futuro en los errores cometidos con el rey emérito. Faltan las explicaciones explícitas del propio interesado". Y proponía, entre otras medidas para 'democratizar' la Corona "la publicación del coste total de la institución y el patrimonio de sus miembros".

Esto es lo que ha hecho Felipe VI. Ha publicado su patrimonio personal: 2,57 millones de euros. De este patrimonio acumulado desde 1998, 2,26 millones son depósitos bancarios y fondos de inversión y 305.450 euros son objetos de arte, antigüedades y joyas de carácter personal. El Rey, asegura la Casa, no tiene bienes inmobiliarios, ni tampoco dinero en el extranjero.

Según Zarzuela, este striptease busca "dar cumplimiento a su compromiso de renovar la monarquía para un tiempo nuevo". Y recuerda también que no ha informado de ello a ERC, Junts, Bildu, BNG y la CUP, por ser Grupos "contrarios a la Constitución de 1978". Unidas Podemos -cuyos miembros, hoy en el Gobierno, como Irene Montero, gritaban "los Borbones a los tiburones", o Alberto Garzón, que se refiere a Felipe VI como "ciudadano Felipe"- sí ha sido informado por la Casa.

En esta coreografía de gestos entre Zarzuela, Moncloa y las terminales mediáticas del Gobierno para ir modulando la opinión pública, el Gobierno anuncia un Decreto -con la colaboración tácita del nuevo PP de Alberto Núñez Feijóo- en el que Sánchez equipara la rendición de cuentas del Rey a la de un alto cargo de la Administración. En respuesta al 'gesto' de Zarzuela.

¿Por qué todo se precipita ahora? Es evidente que desde Abu Dhabi, el Emérito ha exigido ya su deseo de regresar a España aunque sea de manera temporal. Él, entiende, ha cumplido con la 'pena' de un exilio que no tiene sentido una vez que se han archivado las causas judiciales. Todo estaba preparado para su regreso este fin de semana a uno de sus lugares favoritos, San Xenxo. No son pocas las fuentes que aseguran que allí ha estado, a resguardo de miradas indiscretas en uno de los barcos Bribón...

El regreso del Emérito es inevitable y este Decreto del Gobierno, que supone que el Tribunal de Cuentas acabe fiscalizando los ingresos y gastos de la Casa Real así como la decisión de Felipe VI de publicar su patrimonio personal parecen las ¿últimas? y decisivas exigencias desde el Ejecutivo a Zarzuela. Unas exigencias "profilácticas" que se suman al veto a que resida en Zarzuela, la retirada de la asignación anual de casi 200.000 euros y a la renuncia de cualquier herencia que le correspondiera a Felipe VI y a la Princesa de Asturias.

Pero, cuidado: la democratización de la institución monárquica -sancionada y votada por la mayoría de los españoles en la Constitución de 1978- no puede hacerse vía decretos y para calmar los deseos de una parte minoritaria del Gobierno que no cree en la Carta Magna y para quienes el único futuro de la Monarquía es su derrocamiento. Pablo Echenique, portavoz de Unidas Podemos, lo ha dejado claro: "Ningún maquillaje puede tapar lo que significa una jefatura del estado hereditaria por encima de la ley". Si el Emérito quiere regresar, que lo haga ya. Pero que Felipe VI no se haga perdonar por quienes quieren echarle a los tiburones.

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