Anda el viejo de aquí para allá, decrépito, engañado y melancólico; que si los barcos, que si los nietos, que si los juicios, que si las aburridísimas arenas del desierto

En España, la Restauración con mayúscula y por antonomasia es la borbónica. Ignoro si los libros de historia de nuestro Bachillerato siguen hablando de ella, si bien me figuro que

Juan Carlos de Borbón se presentó en la oficina de su gestor de fondos, Arturo Fasana, con un maletín cargado de billetes. Tantos, que no queda muy claro si fueron un millón setecientos mil dólares o euros

Inés de Borbón y Borbón reconoce en la Audiencia Nacional tener desde hace más de diez años una cuenta en el Lombard Odier de Ginebra, aunque asegura que regularizó sus fondos en 2012. Acusa a su gestor de haber realizado los dos movimientos bancarios que permitieron a una empresa 'fantasma' de Francisco Granados y David Marjaliza 'lavar' fondos y ponerlos a salvo en el país helvético.