Opinión

Queda decretada la persecución del español

Hasta ahora no hay manera de conocer con precisión el dinero público destinado a las políticas de inmersión y, lo que es peor, a la persecución del español

  • Manifestación por el castellano en Cataluña -

Ya no es una cuestión de preservar la lengua, sino de embutir hasta el hartazgo uno de los dos idiomas propios de los independentistas, el menos útil. Y la perversión se ha generalizado tanto que hasta hay quienes, contrarios a todo principio moral, empiezan a ver con buenos ojos que el catalán se inyecte en vena, que es algo hasta cierto punto admisible, pero contrario al derecho de quienes ni quieren ni pueden aprenderlo.

Las lenguas que sirven como vehiculares o francas no son muchas porque sirven como instrumento natural de la humanidad. Desde la profundidad de los tiempos ha sido así. Y cuando las lenguas crecieron y ganaron en cultura, gracias al crecimiento intelectual de sus hablantes, se alzaron en elegancia y se difundieron, y llegaron a ser instrumentos del pueblo, no solo del originario, sino todos los pueblos que se beneficiaron de ella sin más intención que la de la de mejorar la intercomunicación.

Sin que nadie lo diga, la lengua de los Juegos Olímpicos de la capital de los franceses fue el inglés. Nada que ver con cuando nos metieron el catalán por los ojos y por las orejas en el 1992

Los usuarios de una de las cuatro de lenguas del mundo más habladas, el hindi, se sienten orgullosos de ser ambilingües con el inglés de la misma manera que los catalanófonos lo son con el español. Unos y otros, gracias a ello, pueden conectarse con sus vecinos hablantes de otras lenguas, y también en su proyección cultural e internacional. No solo unos cuantos hablantes de hindi sino la totalidad dispone de recursos más o menos desarrollados para servirse del inglés en su vida social y culta.

Tienen fama los franceses de chauvinistas, pero en los Juegos Olímpicos la diversidad lingüística pasó desapercibida. El francés casi no estuvo, pero sí la lengua útil. Sin que nadie lo diga, la lengua de los Juegos Olímpicos de la capital de los franceses fue el inglés. Nada que ver con cuando nos metieron el catalán por los ojos y por las orejas en el 1992 para hacer visible su lengua al mundo, algo que el mundo olvidó en cuanto se clausuraron los Juegos. También los nuevos ricos, torpes para ocultar sus rudos modales, alardean de sus supuestos bienes.

Los japoneses, respetuosos, educados y elegantes con el mundo, han elegido como única la lengua que más y mejor se entiende, el inglés, aunque el japonés tenga más de cien millones de hablantes. Toda veneración y agradecimiento por la humildad de esa nación tan inteligente como generosa.

La lengua oficial de Irlanda es el irlandés, pero eso no impidió que la Constitución fuera redactada en inglés y luego traducida al irlandés. Y si necesitan modificarla, acuden al texto inglés y luego lo traducen. Bastante normal. Los hablantes, que no somos tontos, elegimos el medio más eficaz.

Un paseo por las ciudades más pobladas de Cataluña (Barcelona, Hospitalet, Tarrasa, Badalona, Sabadell, Tarragona, Mataró…) permite comprobar que la lengua de Cataluña es el español

Dos futbolistas catalanes de la selección olímpica se han pavoneado estos días de no saber español, como si dijeran que no saben geografía, que seguro que tampoco. Uno de ellos, jugador del FC Barcelona, manifestó sus dificultades para ser entrevistado en español, gesto que infla como pavo real al independentismo. ¡Pobre cateto! Es como si se vanagloriara de arar con bueyes y rechazara el tractor. Igual de estúpido. Djokovic concede entrevistas en siete idiomas.

El otro es jugador del Paris Saint Germain. Con pose chulesca y despreciativa eligió el camino contrario al que usaría cualquier persona lista cuando dijo que habla mejor francés que español. Al tonto de turno le han dicho que es bueno despreciar lo español. Lo decía el clarividente escritor Josep Pla: «El catalán es un español cien por cien al que le han dicho que tiene que ser otra cosa».

En España, el progresismo ya es solo un eufemismo de regresismo, y mucho más con las medidas aberrantes de implantación del catalán que esperan a un gobierno PSC-ERC. Tomadas una a una son una verdadera usurpación de los derechos elementales de los hablantes con el único fin de hacer de la lengua el elemento diferenciador con el resto de España.

Un paseo por las ciudades más pobladas de Cataluña (Barcelona, Hospitalet, Tarrasa, Badalona, Sabadell, Tarragona, Mataró…) permite comprobar que la lengua de Cataluña es el español. Es verdad que no sucede lo mismo en Vic, ni en Palafrugell, pero en ambas ciudades no saber español sería una tara social. A pesar de todo el nuevo presidente de la Generalitat, Salvador Illa, más parecido a un empleado de pompas fúnebres que a un político con agallas, no ha dicho ni una sola palabra en su discurso como presidente en la lengua mayoritaria de sus destinatarios. Y aunque pertenece al partido del Gobierno, ni siquiera aparece la bandera de España en la decoración. ¡Qué menosprecio…!

Si un estudiante de Almería se va de Erasmus a Praga no lo van a intoxicar en checo, recibirá clases en inglés que es también la lengua que los checos utilizan en los estudios universitarios

La discriminación lingüística que impone el acuerdo de gobierno alcanzado por el partido de Sánchez e Illa con ERC es paralela a la discriminación fiscal. Según el compromiso adquirido, los alumnos de grados universitarios de CC. de la Salud, Derecho, Comunicación, Educación… tendrán que adquirir el nivel de catalán C2. ¿Para qué? Si un estudiante de Almería se va de Erasmus a Praga no lo van a intoxicar en checo, recibirá clases en inglés que es también la lengua que los checos utilizan en los estudios universitarios. ¿Y no sería mejor que le exigieran el C2 en historia?

Otras medidas llevarán el catalán a los prospectos farmacéuticos, a las exigencias para cualquier plaza sanitaria pública y así hasta las 2.514 propuestas. Todo ello en coherencia con lo celebrado por los independentistas: “Cataluña tendrá la llave de la nación, que es la lengua”.

Para colocar a Salvador Illa al frente de la Generalitat, y que Sánchez permanezca en la Moncloa, el PSOE-PSC se apropian del independentismo. Si nada lo tuerce, tendrán la llave de la caja del dinero y el arsenal armamentístico, el catalán. Al sanchismo no le importa robarle a unos la lengua o el dinero para dárselo a otros para que lo apoyen.

Es sabido que Cataluña necesita mejorar sus infraestructuras en la distribución del agua para controlar la sequía. Destinarán 119 millones para reciclarla. Para desplegar aún más a la que ellos llaman falsamente lengua propia, como si la otra fuera ajena, destinan 200 millones. ¿No indignará esta medida a la mayoría castellanohablante de los votantes del PSC?

En busca del monolingüismo

Está claro que la intención no es promocionar al catalán, que hasta ahí sería decente, sino prohibir el uso del español en los pasillos y patio de los centros de enseñanza, en las salas de espera de los centros sanitarios, en las conversaciones en los gimnasios, en los cuchicheos en las tiendas y en los ascensores… ¿Suprimirán el uso del castellano en Internet? ¿Y en las palabras de amor entre enamorados? ¿Prohibirán la venta de libros en castellano y la publicación de periódicos? ¿Entrarán en las cocinas a ver en qué lengua hablan las madres a sus hijos?

Los manuales de adoctrinamiento independentista ensalzan las ventajas profesionales, culturales, sociales y económicas de vivir con la lengua propia del territorio vinculado al ascenso social y al bienestar. Cualquiera puede deducir que están hablando del castellano, así que en realidad no hace falta invertir más. Hasta ahora no hay manera de conocer con precisión el dinero público destinado a las políticas de inmersión y, lo que es peor, a la persecución del español. Probablemente la cifra económica más alta destinada a la construcción nacional sea la que corresponde a política lingüística. A ver cómo invierten para que los niños silencien el español en los pasillos, en el patio, en el botellón, en las discotecas y en los juegos infantiles.

Lengua común y única

Por supuesto que se va a continuar la lucha contra los padres que soliciten que sus hijos se escolaricen también en castellano, se van a mantener las sanciones a los comercios que no rotulen, etiqueten y atiendan en catalán. Triunfa la perversión a cambio de poder. A ver si de una vez los votantes se dan cuenta de cómo benefician el bienestar de los líderes independentistas y sacrifican el propio. Recordaré, aunque no haría falta, que la lengua común y única de la ciudad de Madrid es el español. La lengua única común en San Sebastián, Barcelona o La Coruña es también el español. En mi pueblo pasa lo mismo.

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