Opinión

La desintegración inevitable del PSOE

El PSOE será sustituido por múltiples pequeñas balsas territoriales de supervivencia, contradictorias entre ellas en sus credos políticos

  • El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este sábado en un mitin del PSOE en Gijón (Asturias) -

Alberto Núñez Feijóo pide a los barones socialistas que reseteen al PSOE para que recupere su sentido de Estado. No es posible. En la etapa del post- sanchismo que se acerca no existirá tal cosa. Negociar con los socialistas de Extremadura no tendrá ningún valor para los de Navarra, ni lo que se acuerde con los de Castilla-La Mancha será aceptado por los de Cataluña. Los electores socialistas ya saben que votan proyectos diferentes según dónde voten. El despiece del partido en múltiples porciones es ya un hecho. Es el legado de Pedro Sánchez.

En una entrevista de El Mundo, Javier Lambán enumera con detalle los desastres provocados por el Gobierno, pero no propone ninguna alternativa para el futuro de su partido. El presidente aragonés se limita a levantar acta del final de la aventura sanchista. Es la hora del sálvese quien pueda, como evidencia la exhibición de relatos enloquecidos, absurdos, desde La Moncloa. En la semana loca del cambio de sede de Ferrovial, han llegado a pasar en minutos de calificar a Holanda como un país de la máxima “presión fiscal” (Patxi López) a “paraíso fiscal” (Nadia Calviño).

El Partido Socialista no tiene enmienda. Lo demuestran los constantes cambios de estrategia electoral. Hasta hace unos días, el mensaje era el distanciamiento de los socialistas con respecto a sus socios, en la ley del sí es sí o en el apoyo a Ucrania. Se iba imponiendo -con dificultades de adaptación para la tropa de propagandistas- la nueva narrativa monclovita: “la culpa es de Belarra”. En los últimos días, de golpe, sin solución de continuidad, cambio de discurso. Ahora toda la coalición unida de nuevo; contra la codicia empresarial, contra el capitalismo insaciable. Vuelven los tambores de la lucha de clases.

En Dinamarca, donde el apoyo a la internacionalización de las empresas es dogma para los sindicatos, en el país de la flexiseguridad laboral, da lecciones el que esconde 315.000 parados con la “trampa Yolanda Díaz”

Si Sánchez y el PSOE sentenciaban a la familia Del Pino como enemigos de la patria y enfermos de codicia, otros, con más galones anticapitalistas, no podían quedarse ahí. Entre ellos, el ex becario Íñigo Errejón, que habló directamente de “comportamiento ladrón”. Nadia Calviño y José Luis Escrivá al lado de Irene Montero y Gabriel Rufián se dirigen unidos a las barricadas. Sirven en el mismo ejército contra los Amancio Ortega (Inditex), Juan Roig (Mercadona), Ignacio Galán (Iberdrola) o Patricia Botín (Banco Santander). Desde el Partido Comunista y Podemos, Yolanda Díaz y Ione Belarra, califican a los principales empresarios españoles como “piratas”. El gobierno de España convertido en el oasis anticapitalista de Europa, ahora que la vamos a presidir.

Había que ver la expresión de asombro de la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, al oír a Sánchez en la rueda de prensa conjunta darle estopa a Ferrovial. Ella, una socialdemócrata que ha expulsado de su gobierno a izquierdistas que son Teresa de Calcuta al lado de los de Unidas Podemos, conoció en directo las “tesis” contra el neoliberalismo de los socialistas españoles -los de arriba, los de abajo-. En Dinamarca, donde el apoyo a la internacionalización de las empresas es dogma para los sindicatos. En el país de la flexiseguridad laboral, da lecciones el que esconde 315.000 parados con la “trampa Yolanda Díaz”, desmontada por el Observatorio de BBVA y Fedea.

Campaña gratis de Sánchez a favor de los países competidores. El mensaje es que no se les ocurra invertir en España, que aquí les esperan los que improvisan decretos para que “devuelvan hasta el último euro”. Lo cierto es que las empresas huyen de populismos como el que está practicando la coalición que coordina el PSOE. Ocurrió en el Brexit, en el Procés y, si el sanchismo suma, en 2024 se producirá una estampida de emprendedores. ¿Alguien lo duda?

Además, frente a tanta verborrea contra los ricos, ofrecen la gestión de la crisis que más desigualdad ha provocado, como demuestra el Banco de España. La degradación populista del gobierno de Sánchez se evidencia cuando alguien como Escrivá, con un prestigio ganado en la presidencia de la AIReF, actúa como un hooligan –“¡codicia!”- a la hora de los insultos a la familia Del Pino. Añádase, en línea con el desastre Calviño, una de las peores gestiones ministeriales, que ya es decir. A él se deben las colas de la Seguridad Social, la gestión catastrófica del ingreso mínimo o el retraso inaceptable para Bruselas de la reforma del sistema de pensiones. Todo un síntoma.

No se podrá contar con la vieja alternativa de centroizquierda para llegar a acuerdos de Estado. Al contrario, la herencia sanchista serán los “estallidos sociales”

Para el tiempo que viene, desgraciadamente, el PSOE será sustituido por múltiples pequeñas balsas territoriales de supervivencia, contradictorias entre ellas en sus credos políticos. No se podrá contar con la vieja alternativa de centroizquierda para llegar a acuerdos de Estado. Al contrario, la herencia sanchista serán los “estallidos sociales” promovidos por el activismo que ahora está en el Ejecutivo. Aún dentro del gobierno, dispuestos ya para su rol de partidos-protesta.

Están preparados para “recibir” a Núñez Feijóo. Como se comprobó en la relevante entrevista de VP, la preocupación del líder del PP por el crecimiento del riesgo país disparado con Sánchez está plenamente justificada. No encontrará un clima político civilizado. ¿El PSOE? Ni está ni se le espera.

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