Opinión

'El País', Rebordinos y el espantajo electoral

El progresismo cultural agita odios del siglo XX desde sus puestos de privilegio

  • José Luis Rebordinos, director del Festival de San Sebastián -

Hace pocos días, Jordi Amat firmó una de las columnas más tramposas del periodismo español, titulada “Vota a Vox, vota a Franco”. Amat es una de las firmas estrella de Opinión de El País, por tanto sabe de sobra que la comparación no funciona: Georgia Meloni no ha vuelto a imponer las leyes de Mussolini y la opción electoral preferida de la comunidad gay francesa en las últimas elecciones fue el partido de Marine Le Pen, ya que intuyen que es quien mejor va a defenderles de la homofobia del islamismo radical. Sostener que nada ha cambiado en la derecha europea desde los años treinta es intentar engañar a los lectores, una táctica tan burda como sostener que votar Yolanda Díaz equivale votar a Fidel Castro y Stalin. Algo parecido ocurre con José Luis Rebordinos, director del festival de cine de San Sebastián, que ha proclamado la enésima alerta antifascista desde el sector cultural. ¿Qué habrá hecho Rebordinos después de su encendido discurso? Lo que no escuchó nadie fue el anuncio de la suspensión de la próxima edición del festival por miedo a la situación política. Seguramente lo que siguió -o lo que estará haciendo ahora- es llamar a sus subordinados para confirmar que se han hecho todas las reservas necesarias en el hotel María Cristina para las estrellas que llegan en septiembre y también que no hay problema con todos los menús degustación en Arzak. Cuando gritas "qué viene el fascismo" por la mañana y mandaa a cepillar el esmoquin por la tarde es que mucho miedo al futuro no tienes (aunque se lo quieras meter a los demás). 

https://twitter.com/pepecampostruji/status/1680223034458746880?t=wjjUgULaz-hCYewjILfIHg&s=19
E

El fascismo es la plebe

Lo mismo podemos decir de Amat, que seguramente después del editorial preparó sus vacaciones, pagó su hipoteca con el salario de Prisa -varias cuotas de golpe- y apuntó en un la tablet estrategias periodísticas para crujir al gobierno que viene a partir de otoño. Lo que no hicieron ninguno de los dos es aprender a manejar un arma ni comprar uniformes de camuflaje. Saben que lo que llaman fascismo, con gesto hiperventilado, no es algo que vaya a sacarles de su zona VIP. Sus proclamas incendiarias se parecen, sobre todo, a cuando Alfonso Guerra agitaba la cartilla de racionamiento ante los miles de personas que acudían a los mitines del PSOE de los ochenta. Se trata de un recurso asustaviejas, destinado a impresionar a los votantes progresistas más ingenuos, que atendiendo a los datos son un sector menguante. 

España progresa adecuadamente, debe de pensar Amat, y el único obstáculo para el paraíso progresista son los agricultores y currantes de mono azul que no entienden de alta política

Dicho esto, hay algo inquietante en este guiñol político, sobre todo en las líneas de la columna donde Amat se imagina quién es el sector social al que se dirige Vox: "El sujeto que ha de encarnar esta renovada grandeza de España es el agricultor o el ganadero castigado tanto por las políticas medioambientales como por las directrices comunitarias. Él simboliza mejor que nadie la oposición al Pacto Verde Europeo y a la Agenda 2030 y a la agenda globalista, un fantasma ideológico que es la translación perfecta del contubernio judío masón". No se puede hablar más claro: votar a Pedro Sánchez es votar globalismo contra los quejicas trabajadores locales, incapaces de entender que los tecnócratas de Bruselas y Davos saben mejor que ellos lo que les conviene. España progresa adecuadamente, debe de pensar Amat, y el único obstáculo para el paraíso progresista son los obsoletos campesinos y currantes de mono azul que molestan explicando cómo les asfixian. Hablamos de esa plebe que solía votar al PSOE y que han dejado de hacerlo, síntoma inequívoco de que se han vuelto fascistas.

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación Vozpópuli