España destrozada ante la DANA mientras en el Congreso Yolanda Díaz no sabía cómo carallo zafarse de las preguntas que le hacían sobre el errejonazo. Aquello no podía ser y la sesión debía suspenderse. Lo propuso el portavoz popular, Miguel Tellado, como obligaba la más mínima noción de humanidad. Y lo secundó el PSOE pero, ¡ay!, dijeron que había que votar lo del consejo de RTVE. Ante tamaña villanía, PP, VOX y Compromís -al fin y al cabo son valencianos- abandonaron el hemiciclo, en este caso “hemicirco” como lo denominó en su día Pich y Pon.
Pero las poltronas, como el estofado, si se enfrían no valen nada. Así que indiferentes a la desgracia, alejados del Rey, que comparecía en uniforme de faena y decía lo que hay que decir con una cara de pesar sin afectación alguna, pasaron de todo. Otra cosa fue el discursito de Sánchez, que prometió que iba a ayudar a las víctimas por tierra, mar y aire. Si procede igual que con las de La Palma, que todavía esperan casas, dineros y van finos. Es lo que tiene la izquierda. Mucho pico y poca pala.
Pero como del Consejo de la Espantosa se trata me permito incidir en dos perfiles entre los elegidos. Por ser tanto ellos como yo catalanes -aunque quizá a mí no me reconozcan tal condición-, los conozco como si los hubiera parido. Empecemos por el conocido en los ambientes como Sergi Sol. El muchacho fue jefe de gabinete de Oriol Junqueras cuando la cosa del procés, pero el chiquillo ya tenía un pasado. Sol estuvo vinculado con la organización terrorista catalana MDT durante la década de los ochenta, y detenido y encarcelado por un tribunal militar debido a su postura de insumisión a la hora de hacer el servicio militar. Es decir, mili no, MDT sí. Hay armas y armas. Ni que decir tiene que en mi tierra es la mahonesa de todos los pescados porque está en tertulias, escribe en todos los diarios escribibles y defiende, como ya imaginarán, el separatismo a capa y espada. Su bestia negra es Pilar Rahola -y viceversa- con la que tenía unas riñas tumultuarias en un programa de la extinta 8TV que presentaba el ex director de TV3 Vicent Sanchis.
Miguel Calçada, el niño mimado convergente siguió con su “espíritu crítico” consistente en burlarse de todo lo que oliera a España y alabar todo lo que fuese pujolismo
Siempre son los mismos en el pastel audiovisual catalán. El otro es Miquel Calçada -se apellidaba Calzada pero se catalanizó el apellido -, niño bonito del pujolismo al que le han dado todo: programas de radio, televisión, frecuencias radiofónicas, columnas en los diarios más importantes, en fin, la leche. Mikimoto – su nom de guerre - fue la voz que inauguró Cataluña Radio, el precursor de los late night en TV3, el enfant terrible del pujolismo. Precursor en el uso del tono despectivo y chulo piscinero de los separatas, en 1994 se mostró grosero en antena con la Infanta Elena llegando a tal punto, inadmisible en cualquier televisión pública respecto a cualquier persona, que Pujol tuvo que presentar excusas ante Zarzuela. No pasó nada, obviamente. El niño mimado convergente siguió con su “espíritu crítico” consistente en burlarse de todo lo que oliera a España y alabar todo lo que fuese pujolismo. Y a cobrar, que hoy es día de paga. En el 2015 fue en la lista de Junts pel Sí a las catalanas y en el 2016, partidas las peras entre ERC y los neo convergentes.
Si me preguntan, la mejor elección es Rosa León, porque una mujer que canta “Todas las brujerías del brujito de Gulubú se curaron con la vacú, con la vacuna luna luna lú” me parece buena gente. Es una opinión, pero no me negarán que “Debajo un botón, tón tón, que encontró Martín, tin, tin” es mejor que Els Segadors.
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