Opinión

Independencia sí, violencia no

Una noche negra, una noche terrible en la historia de Cataluña y de España. Su principal impulsor se niega a condenar los episodios violentos que arrasaron Barcelona

  • Torra hace pucheros ante los medios extranjeros: "Ahora viene una ola de represión"

Cualquier pacifista, sea del color político que sea, lamentará y condenara la violencia que se está viviendo en Barcelona, los independentistas presos ya lo han hecho via tuit, también ERC, también la alcaldesa Ada Colau, pero lo grave es que el máximo responsable, el president Quim Torra, no sólo no lo ha hecho, no solo evita pronunciarse a preguntas de los periodistas, sino que su primera aparición ante la sociedad es en una de las marchas que se han convocado en Cataluña por la libertad sin decir ni 'mu'. Aparece con una frialdad aplastante, sonriente, como si nada hubiera pasado en la Cataluña que jamás ha gobernado. Una total irresponsabilidad por su parte y por parte de todos los que le dan su apoyo.

Viví cómo por el centro de la ciudad -a las ocho de la tarde- la gente se manifestaba pacíficamente en contra de una sentencia que no les representa, algo totalmente legítimo, y viví muy de cerca y tristemente sorprendida, analizando lo que estaba sucediendo desde Betevé, la televisión de Barcelona, la violencia en las calles.

Vimos pendientes, durante cinco horas, cómo calles tan conocidas como el Paseo de Gracia -lo que es en Madrid la Milla de Oro- estaban sitiadas por violentos, barricadas, fuegos, lanzamiento de botellas, de piedras, de vallas metálicas, disturbios incesantes, cargas policiales y actuaciones de los bomberos. Una noche negra, una noche fatídica en la historia de la ciudad, de Cataluña y de España. Durante el análisis de lo que sucedía, esperaba que los convocantes de la manifestación hicieran un llamamiento a la calma y a poner fin a los disturbios. Jamás lo hicieron.

En Cataluña no necesitamos ni el 155, ni menos aún el 116, ni el "apretad, apretad" de Torra. Necesitamos cordura, calma y dialogo

Si bien se manifestaron pacíficamente, lo que sucedió después -es decir, la violencia- vino acompañada por el silencio por respuesta tanto de Ómnium Cultural como de la ANC. Lamentable cuando los primeros que deberían condenar cualquier actuación violenta y antidemocrática son los independentistas. ¿O son acaso las barricadas, los fuegos y los desórdenes públicos libertad de expresión? La violencia jamás construye; destruye y eso es lo que está pasando en Barcelona. Pero en lugar de condenarlo, se critica la actuación policial y se quiere hacer servir al conseller como cabeza de turco cuando por primera vez en mucho tiempo se vio organización y coordinación entre los mossos y la Policía Nacional.

Si alguna cabeza debe rodar es la de aquel que utiliza la máxima institución catalana como es la Generalitat para llamar a la desobediencia civil y, cuando tiene incendiadas las calles y se va de rositas en lugar de hacer una comparecencia pública e institucional y pedir el cese de la violencia y calmar los ánimos: Independencia sí, violencia no, sépalo usted president Quim Torra.

En Cataluña no necesitamos ni el 155, ni menos el 116 y el "apretad, apretad" de Torra. Necesitamos cordura, calma, dialogo y entendimiento por parte de todos, de constitucionalistas e independentistas. Basta ya de incendiar con la palabra, basta ya, ya tenemos la sentencia de la vergüenza que ha sido dura y lamentable, apostemos ahora por encontrar soluciones entre lo que desean unos y otros. Dejen nuestros políticos de utilizar a los ciudadanos como marionetas.

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