La matanza de 40 niños en el kibutz de Kfar Aza en Israel quedará para siempre en la historia de la infamia de España por el tratamiento que los principales prescriptores y medios de comunicación de izquierda han dado a este episodio. Es quizá el mayor libelo de sangre contra el pueblo hebreo desde el Santo Niño de La Guardia, a finales del siglo XV, y un recordatorio de la difícil relación de España con los judíos en general e Israel en particular.

Los libelos de sangre han sido una de las manifestaciones antisemitas habituales en Europa a lo largo de los siglos. Estos episodios vinculaban asesinatos y desapariciones aparentemente inexplicables con la obtención de sangre para siniestros rituales judíos, que por supuesto no existen. Una de las mentiras más extendidas era la preferencia por la sangre infantil. España, potencia mundial de aquellos tiempos, lidera la clasificación de estas fake news de la época.

España tiene una relación muy difícil con el pueblo judío. No hemos hecho las paces con nuestro pasado. Ha habido tímidos avances, sí. El rey Juan Carlos pidió perdón por la expulsión de los judíos. La ley que Alberto Ruiz Gallardón (PP) impulsó para dar la nacionalidad española a los descendientes de los judíos sefardíes fue un paso muy relevante. Pero la deuda contraída con aquellos españoles desterrados es imposible de subsanar. Por ejemplo, nuestro mundo académico apenas se ha preocupado por rehabilitar el legado cultural de los sefardíes; dueños, entre otras costumbres, de un idioma –el ladino- que es un castellano congelado en el tiempo del que nada se estudia y nada se ha investigado a gran escala para recuperar y poner en valor sus obras, escritos y tratados.

Muerte en Kfar Aza

En un país en el que izquierda y derecha se enfrentan por todo, es impresionante comprobar cómo se dan la mano a la hora de rechazar todo lo que venga de Israel. Solo hay que ver la coincidencia entre lo que está diciendo lo que queda de Podemos y lo que queda de Falange española sobre el conflicto en Oriente Próximo. Es injusto generalizar. Lo es. Pero más injusto es retratar un crimen como menos abyecto porque a los menores les ejecutaron y no les cortaron la cabeza.

¿Cuántas personas murieron asesinadas por Hamás en Kfar Aza? Ni siquiera el Ejército israelí lo sabe. Se habla de cientos de personas. El kibutz tenía una población estable de 750 habitantes. Algunos están desaparecidos y las autoridades consideran que forman parte de los secuestrados. Los supervivientes, que los hubo, se refugian ahora en hoteles alojados por el Gobierno. Se sabe que hay 40 niños muertos a manos de Hamás de una forma tan cruel que hace dudar de la naturaleza humana de sus asesinos. Israel tuvo que publicar unas fotos de bebés tiroteados y quemados para contener las dudas de la opinión pública, que se extendían, por supuesto, más allá de España. Varios testigos afirman que había menores con sus cabezas cortadas sin precisar una cifra.

Asesinaron a 40 niños. 40. Pero han querido presentar este crimen como menos abyecto porque dudan que decapitasen a todos"

Matanza de civiles inocentes

¿Cuántas personas murieron asesinadas por Hamás en Kfar Aza? Entre 60 y 70 civiles adultos y, al menos, 40 niños fueron ejecutados en la aldea, lo que convierte este episodio en uno de los más graves de los últimos 100 años. Por la cantidad de víctimas se sitúa a la altura de la matanza de Lídice, en la actual República Checa, durante la Segunda Guerra Mundial en la que murieron más de 80 niños. Y guarda una gran similitud por las características de los hechos a las limpiezas étnicas de Yugoslovia, en las que los menores eran ejecutados junto a la población adulta como en Sebrenica, Bosnia.

¿Cuántas personas murieron asesinadas por Hamás en Kfar Aza? Existen decenas de artículos dedicados a desmontar la decapitación de los menores. Algunos de ellos con argumentos tan sólidos como que uno de los militares israelíes que hizo declaraciones es un reconocido “ultraderechista”. Y se quedan tan anchos. Es de suponer que para estos autores la etiqueta asignada les niega la condición de seres humanos de forma automática.

¿Cuántas personas murieron asesinadas por Hamás en Kfar Aza? El primer testimonio de una periodista sobre el terreno dijo que el Ejército israelí -“ultraderechista” según la Inquisición- había denunciado la aparición de bebés con su cabeza cortada entre las víctimas del kibutz. Sin embargo, cuando uno busca Kfar Aza en Google, los artículos mejor posicionados; es decir, algunos de los primeros que va a leer un usuario medio; ni siquiera recogen en su titular que hubo una matanza de civiles de proporciones inasumibles:

• “El objetivo de la mentira de los 40 niños decapitados”.
• “Los bebés decapitados que nadie vio, pero alguien usó”.
• ¿Decapitó Hamás a 40 niños y bebés en un kibutz de Israel?

El peor libelo de sangre

La Inquisición recurrió a los libelos de sangre en multitud de ocasiones. Y fueron un elemento más del caldo de cultivo creado en España para la expulsión de los judíos en 1492. El caso más conocido, pero no el único, sucedió en el municipio de La Guardia, en Toledo. La Inquisición culpó a un grupo de conversos, que –como dicen las crónicas- “judaizaban en secreto”, del secuestro y asesinato de un menor. Torquemada supervisó personalmente el Auto de Fe que condenó a muerte a los acusados. El Santo Niño de La Guardia es todavía hoy venerado como mártir.

Cuando se pensaba que el ataque perpetrado por Hamás había empezado en la zona fronteriza donde se celebraba una fiesta rave, la Inquisición moderna nos alertó de que había gente que buscaba emociones fuertes en esa zona. No hablaron sobre los vídeos, que existen y que los principales medios internacionales no se han atrevido a emitir, en los que se ve a terroristas de Hamás lanzando varias granadas a un refugio antiaéreo en el varios jóvenes se escondían del ataque. Uno de ellos lo grabó con el móvil y vivió para contarlo. Decenas de ellos no corrieron la misma suerte. Sus cuerpos estaban descuartizados. Fue una carnicería.

Cuando días después se descubrió que una columna de terroristas entró a Kfar Aza y mató a centenares de personas, 40 de ellos niños, se nos habló de una gigantesca operación de propaganda porque alguien dijo que "algunos de los menores habían sido decapitados". Nos han hecho creer que lo importante no era el qué sino el cómo. Y no es así. Menos mal que eran miembros de una comuna y no malvados colonos sionistas, porque entonces lo hubieran justificado.

Se puede dudar de todo. Es bueno hacerlo. Pero cuando dudas siempre de los mismos aparece gente que cuestiona la propia existencia del Holocausto. Los nuevos papas de la moral infalible siempre tienen un hueco para denunciar el genocidio de la conquista de América. Pero no se les recuerda mención alguna a la expulsión de los judíos de España. Torquemada estaría orgulloso.

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