La historia ha reconocido siempre a aquellos líderes que son capaces de tomar las decisiones y retos que ella misma les demanda, y solamente ellos serán capaces de colocar a sus pueblos en el lugar que les corresponde. Después están otros tipos de líderes, aquellos que constantemente filosofan, divagan, critican y persiguen el objetivo de no hacer nada, son líderes “avestruz”, entierro la cabeza en la tierra y que pase el temporal. Por último, están los líderes que mantienen silencio, asumiendo que no pintan nada y cuya única opción es tratar de unirse al grupo que le propine menos golpes.
El primer tipo de líderes son los que comandan los países que dominan el mundo, el segundo grupo de líderes comandan los países destinados a ser comparsas de los primeros y los terceros comandan los países que están destinados a ser vasallos de unos y otros. Esto parece duro, pero es el fiel reflejo de la dinámica de la historia que fue, es y será siempre igual.
Por último, están los líderes que mantienen silencio, asumiendo que no pintan nada y cuya única opción es tratar de unirse al grupo que le propine menos golpes.
Al final tendremos que reflexionar y pensar si fue primero el huevo o la gallina, si los dirigentes que tenemos son el fiel reflejo de nuestras sociedades y nuestro tiempo, o si nuestras sociedades son el fiel reflejo de los líderes que nos dirigen. Mientras nos centramos en resolver este enorme dilema se van sucediendo día a día cuestiones que tenemos que identificar, procurar analizar y así llegar a una reflexión propia que nos ayude a comprender lo que ocurre y a huir de las acciones de los desinformadores.
Se preguntarán por qué motivo hablo de “desinformadores” y es fácil la respuesta, porque la desinformación es uno de los grandes males de nuestras sociedades. Las redes sociales han creado un universo completamente distinto en cuanto a la comunicación entre los seres humanos, con muchas ventajas y posibilidades, pero también con muchos problemas añadidos. El principal problema es la sobreinformación, no siendo capaces nuestros cerebros de asumir tamaño volumen de información y derivando en el segundo gran problema, la incapacidad de discernir entre información real y falsa. Este es el escenario en el que los desinformadores se sienten como pez en el agua, el terreno en el que pueden difundir sus mentiras y hacernos creer que la realidad es distinta a la que estamos observando.
En este escenario, y refiriéndonos a la invasión de Ucrania, allí se está dirimiendo parar al Zar Putin, el iluminado líder ruso que ha nacido, o al menos eso piensa él, para llevar a Rusia al lugar que le corresponde en el mundo y a recuperar las posiciones que un día ocupó. Pero también se está combatiendo para que su sistema de vida, su modelo económico o su modelo social no avance. Estamos en un momento histórico en el que China y Rusia quieren cambiar el orden surgido tras la finalización de la II Guerra Mundial, el orden que ha definido nuestro modelo de vida, nuestros avances, nuestras mejoras, un período de paz prolongado y que ahora puede cambiar y derrumbarse sobre nuestras cabezas.
El que no vea que Ucrania es el primer paso de un proceso creo, en mi humilde opinión, que no está en este mundo. Rusia está avisando de sus intenciones, tal y como lo hizo Hitler mientras los gobernantes de la época no prestaban la atención debida y filosofaban sin tomar medida alguna, con el resultado que todos conocemos, pero parece que se nos ha olvidado.
Frente a todo esto es muy habitual la postura de los buenistas de nacimiento, aquellos que no entendiendo que en el mundo hay personas malas, muchas, y esto es una realidad, están convencidos de que su posición buenista les salvará de tener que tomar una decisión. En este grupo están los amantes de la neutralidad, aquellos que afirman que Ucrania está muy lejos, que no es un problema nuestro, que nada pintamos allí y muchos otros argumentos al final nos indican que la mejor de las soluciones es la neutralidad.
Frente a todo esto es muy habitual la postura de los buenistas de nacimiento, aquellos que no entendiendo que en el mundo hay personas malas, muchas, y esto es una realidad, están convencidos de que su posición buenista les salvará de tener que tomar una decisión
Pero vamos a ver señores neutrales, que la neutralidad ante la agresión no existe, es cobardía, es miedo, es querer tapar el Sol con un dedo. ¿Se nos ha olvidado el precio que hemos pagado por nuestra neutralidad en la II Guerra Mundial?. Es verdad que no pusimos muertos en el campo de batalla, pero lo pagamos con muertos de hambre, miseria, piojos y atraso para nuestro país. ¿Se nos ha olvidado nuestra triste historia?. ¿Se puede ser neutral ante el agresor?. ¿Pudimos ser neutrales ante ETA?. La realidad es que eso no funciona, que vuestra neutralidad no es seria, que si el agresor está dispuesto a atacarnos solamente nos queda defendernos.
Lo único que puedo pensar, ya que es imposible que todos ustedes se equivoquen, es que su posición y el intento de que nosotros nos adhiramos a sus postulados tiene una intención, y no puede ser otra que intentar defender al agresor. Ser neutrales y no enviar armas o apoyar a Ucrania sería lo mismo que defender a Rusia, sería lo mismo que defender al agresor, sentando un terrible precedente que los rusos solamente entenderían como un signo más de debilidad de nuestras sociedades. Sería aportarle también un elemento de análisis de que va por el camino correcto hacia la victoria.
He podido leer afirmaciones de todo tipo de mis queridos “neutralistas”, que ayudar a Ucrania nos debilita porque es el país más pobre de Europa, que son un país corrupto, de esto sin duda los españoles podemos darles algunas lecciones, que esta postura nos costará mucho dinero y cientos de argumentos más que solamente nos llevan a tener que ser inteligentes, eso dicen ellos, y asumir la neutralidad. En medio de estos mensajes, para que la respuesta sea más rápida, nos anunciaron numerosos apocalipsis como la rápida derrota ucraniana, el posible ataque nuclear de Rusia si continuamos apoyándoles, el descalabro económico y la crisis insalvable, asunto que he percibido esta Semana Santa, la muerte de miles de europeos de frío y hambre por no tener calefacción y un largo etcétera de inventos.
Lo que no tengo duda es que si tanto os esmeráis en intentar convencernos a los demás es porque las cosas no pintan bien para los que así pensáis, ya sea motu proprio o porque alguien os lo ordena. Yo os diré lo que pienso sobre el asunto, por apuntar una idea distinta a la vuestra. Creo que Ucrania tiene muchos problemas, como los teníamos nosotros cuando comenzamos nuestro recorrido democrático, pero tienen muchas cosas que ofrecer a la Unión Europea como es su capacidad de trabajo y sacrificio, algo que todos podemos percibir al ver como defienden su tierra, sorprendiéndonos a todos al ser capaces de plantar cara a un enemigo mucho más poderoso, o al menos eso parecía. Claro que lo hacen con el armamento aliado, por supuesto, pero no olvidemos que ellos ponen lo más importante, lo más dramático, los muertos.
Y saben por qué debeos ayudarles, porque ellos están pagando con sangre la decisión de alejarse del dictador ruso para unirse a nosotros, para tener un mejor futuro para sus hijos. ¿Han cometido algún error?, ¿deberían haberse sometido al agresor despiadado?. Creo que tienen todo el derecho a elegir su futuro, a elegir sus socios en libertad y eso es lo que ellos intentaron y por ello han sido y están siendo masacrados por el “matón del patio”. Si cedemos ante situaciones como esta, si no plantamos cara al agresor, si nos posicionamos en la “neutralidad”, estaremos confirmando que somos una sociedad en decadencia, que no merecemos ni uno solo de los sacrificios que este pueblo está haciendo.
Hay tantas cosas que no puedo entender. Por qué cuando un pueblo se levanta contra el opresor lo consideráis golpista, pero cuando lo hacen en la vieja Francia son los gloriosos revolucionarios que defendían la democracia contra la absolutista monarquía, o cuando lo hicieron en Rusia fueron los gloriosos miembros del proletariado que se enfrentaron al poder absoluto de la monarquía zarista. ¿Es que las revoluciones representan lo que el pueblo demanda solamente en algunas ocasiones?. Se ve que debe ser así, al menos en algunas mentes, ya que se denomina, por ejemplo, Revolución Cubana, pero el gobierno surgido de ella nos intentáis convencer todos los días para que no se denomine “dictadura cubana”, como tampoco parece que lo fuese la dictadura comunista soviética. En cambio, el gobierno de Ucrania, surgido de las urnas democráticas, en lo que en cualquier parte del mundo es la representación de lo que el pueblo decide, es fascista, antidemocrático e ilegítimo.
Nos olvidamos que Ucrania fue masacrada en el “Holodomor” (matar de hambre) donde líderes como Lenin y Stalin fueron responsables de la muerte de más de 3 millones de ucranianos, que en diciembre de 1994 Ucrania firmó el Memorandum de Budapest, junto con Rusia, Estados Unidos, China y Francia, por el que cedió todo su arsenal nuclear a Rusia a cambio del compromiso de no ser atacada y respetar su independencia política, que en el año 2014 Rusia invadió Crimea y que ese mismo año dio lugar un enfrentamiento armado en el Dombas, contra rebeldes apoyados por Rusia, el mismo país que este invierno atacó todas las infraestructuras críticas ucranianas, causando un daño a la población civil, no a los militares y, recordar también que la ONU aprobó la resolución 68/262, apoyada por más de cien países, en la que no reconocía como legal el referéndum celebrado en Crimea por los rusos y que, tiempo después, nuevamente volvió a posicionarse en contra de Rusia por los referéndum llevados a cabo en las cuatro provincias ocupadas durante la invasión.
Como última reflexión diría a los “neutralistas” si un país así debe ser beneficiado por nuestra neutralidad. Creo que es mejor que en vez de tratar de convencernos os postuléis abiertamente como pro-rusos, como defensores de ese sistema y así todo estará más claro, todos sabremos cuál es el terreno de juego en el que nos queréis hacer jugar. Dejar de intentar convencernos con las cartas marcadas, sacar las cartas de la manga y juguemos una partida sin trampas.
Norne Gaest
Bien argumentado. Pero tiene una laguna: le falta poner ejemplos de los buenistas y neutralistas actuales. A mi, en este momento, solo se me ocurren los podemitas y derivados. Bueno, también está el Pedro Baños, que no es que sea buenista, sino algo anti ucraniano y anti USA, a juzgar por lo que le he escuchado en redes sociales. Pero seguro hay más, y Vd., columnista, debería habernos ilustrado. Es más cómodo no mojarse, ya lo sé, pero cuando se escribe sobre algo se debe hacerlo.
Tamuda
Estos informantes tan informados que solo saben recitar la tesis de la “reductio ad hitlerum”, como síntesis de la gran sabiduría. Pura demagogia, sobre la neutralidad de España en la IIGM, pura demagogia en la comparación con ETA, pura demagogia en lo del agresor y el agredido. Y luego sigue esa retórica de mesa camilla, llorosa y ramplona, festoneada de épica heroica, y ya desbarra por lo ilegible. Es decir, que una crisis como la de Ucrania, con toda su complejidad de competencia entre potencias, de reequilibrios de poderes, para este sabio de la política solamente consiste en elegir “lo correcto”, en estar con los buenos en el “lado correcto de la historia”. Con informantes de este tipo, más vale no informarse.