Nuestra tarea cuando escribimos no consiste en otra cosa que intentar echar algo de luz, aunque sea con un candil, al bosque de palabras que nos cubre. La estrategia de la tensión. Un gobierno empeñado en meternos miedo. No era suficiente con el terror aún no explicado de la pandemia -¿cuándo nos enteraremos del exterminio de ancianos en las residencias?- y ahora nuestros gobernantes pujan en la escalada del siniestro futuro que nos amenaza. Desde los blindados despachos anuncian el churchilliano “sangre, sudor y lágrimas”, sin ser ucranianos. Debe haber un motivo.
No salgo aún de mi perplejidad tras escuchar a la ministra de Defensa pronosticar que “va a haber mucho sufrimiento”. Esto, enunciado por la responsable del Ejército, me acerca a la guerra, aún no sé contra quien. ¿Putin? ¿Declararemos la guerra a Rusia, ahora que se han cumplido seis meses de la invasión de Ucrania? Ya lo escribimos en su momento: se ha iniciado otra conflagración mundial y no se parece en casi nada a las precedentes, fuera de las matanzas de civiles. Pero intuyo que las cosas no van por ahí y que las guerras entre potencias poderosas tienden a cronificarse.
Enmanuel Macron acaba de anunciar “el fin de la abundancia”. Un sarcasmo para una población cada vez más empobrecida. Quizá piensa que la abundancia es un bien compartido, en el que unos disfrutan y otros sufren. ¿Vivíamos en la abundancia sin saberlo? Hago repaso del deteriorado estado de bienestar y no encuentro razones que aboguen por la sensación de vivir por encima de nuestras posibilidades. Otra cosa es que vivamos por encima de nuestras responsabilidades: el turismo vacacional se ha multiplicado, las hipotecas aún no han saltado por los aires y el vivir al día es una fórmula más parecida al romano “carpe diem” que a la sensación de tomarse un respiro ante el futuro inquietante.
Pero la consigna gubernamental que apela al sufrimiento que nos amenaza a la vuelta de la esquina, como quien dice en el invierno, me temo que responda a otros parámetros. Si se trata de una profunda e irreversible crisis económica no casa muy bien con reducir el aire acondicionado y apagar las luces. Eso no es sufrimiento, eso se limita a incomodidad, a menos que la veterana juez y ahora ministra no haya sufrido en su vida, fuera de las incomodidades del rango y la siempre engorrosa redacción de autos y sentencias.
Sea lo que sea lo que nos espera para la temporada otoño-invierno lo incontestable es que la rutina política, que suele romperse tras el verano, se ha visto salpicada por una ofensiva en todos los frentes contra Núñez Feijoo, al que dicho sea de paso no votaré nunca; tan desaforada y fuera de lugar como el sufrimiento de la ministra del ramo militar. Los medios de comunicación adictos, que son muchos y nada sufrientes, rompieron los agobiantes calores, los incendios, la “pertinaz sequía” que decía Franco, y han ido a por el hombre. Las encuestas tienen la culpa, pero el motivo es estratégico. Si no atacamos, piensan, no aguantaríamos hasta las locales y autonómicas de mayo sin sufrir, esta vez de verdad, lo que es una agonía. No les inquietan las calefacciones ni las luces urbanas ni las restricciones. Lo que les tiene sobre ascuas es la consigna: “Sin acojonar al personal no llegamos”.
Los idiotas con pocos recursos suelen decir que tenemos los gobernantes que merecemos. No es cierto del todo y nuestra malhadada historia tiene muchas pruebas de ello. Lo que sí es verdad ratificada es que un país tiene los medios de comunicación que elige y además se siente orgulloso de ellos; por buena crianza evito dar nombres. Esto viene a cuento del documento de marras sobre la renovación del Tribunal Constitucional que apareció como por ensalmo en mitad de agosto. Detengámonos en los detalles que nadie, que yo sepa, ha querido enhebrar.
El 21 de octubre del año pasado los dos muñidores de las basurillas partidarias, Bolaños y García Egea, firman un documento en el que acuerdan una salida al contencioso que mantienen sobre el Consejo General del Poder Judicial. Ni uno ni otro dicen nada a la ciudadanía, siguiendo el estilo al uso de los partidos grandes con ambiciones chiquitas. Pero abundan en sus rifirrafes como si no hubieran pactado hasta los golpes bajos. Cayeron Casado y García Egea y seguimos en el secreto. El PP eligió por exclusión a Núñez Feijóo el 1º de abril y siguió el silencio. Pero llegó agosto y la consigna –“Sin tensión no aguantamos”-. Estábamos ya en agosto. Da lo mismo, nadie iba a preguntar por el silencio desde octubre a agosto, ni por qué esperaron varios meses para filtrar la noticia. Las encuestas, las malditas encuestas. Fue entonces cuando el documento “al que ha tenido acceso El País” se hizo público.
Llamar “acceso” a la entrega fraternal y que nadie advierta del chanchullo es uno de nuestros hábitos periodísticos que viene de atrás, muy atrás. ¿Acaso nadie pregunta el por qué un documento de octubre de 2021 aparece en agosto del 22? ¿Quién lo entregó a quien, entre risas cómplices y agradecimientos soterrados? Ni una nota a pie de página, como si la manipulación informativa nos fuera tan familiar como las puertas giratorias. Entre bomberos, dicen, no se pisan la manguera.
Cuando todos los ministros con el presidente a la cabeza aseguran que debemos acojonarnos, no cabe tomarlo a chufla. Lo que importan son los efectos de la presión sobre los afectados. Escuché en una ocasión un chiste cubano que lamentablemente no soy capaz de trasmitir en su brillantez caribeña. Eran tiempos del “Período Especial”, cuando acababa de quebrar la Unión Soviética y la engañifa de la economía cubana se vino abajo para mayor quebranto de una población necesitada de todo, desde la libertad a los productos básicos. Se celebró entonces una asamblea de los animales del zoológico de La Habana. Hablaron los elefantes y propusieron el sacrificio de las especies más grandes y comedoras. Pero una hormiga de la manigua se puso a llorar ante la perplejidad de los reunidos. ¿Por qué lloras hormiguita, si sólo eliminaremos a los más gordos? Y entre sollozo y sollozo la hormiga exclamó: “¡Es que se cometen tantos errores!”
Los estrategas políticos no hacen chistes y cuando les salen no es por su voluntad sino porque convierten lo patético en una comedia. La amenaza del sufrimiento ha venido para quedarse, al menos el tiempo justo para acojonarnos y que nada sea susceptible de cambiar.
Fran2
Poderosas emociones, una de las más eficaces técnicas de manipulación social (Chomsky). El miedo, la emoción más destructora, es capaz de anular al individuo y sustituirlo por el grupo, y este, si que es manipulable. La razón neutralizada por la emoción. Y ya manipulación. De eso se trata. Véalo Ud mismo, declara a quien no va a votar sin conocer programas, sin haber siquiera convocado elecciones. La emoción sustituye a la razón en el campo donde no debería (nos pasa a casi todos)
Tony010
Es absolutamente urgente que el país persiga una Agenda España como la de VOX. Con Feijóo seguiremos cavando nuestra tumba de aterrorizados por las fuerzas globales y extraterrestres que nos van a matar a todos (ya mis hijas adolescentes dicen que se van a morir en el 2050, que es cuando el cambio climático acabe con la Humanidad)
Talleyrand
Durante el periodo conocido como del Terror durante la revolución francesa se cambió del todo un Régimen, el antiguo dando lugar a varios intentos inestables que terminaron con un imperio con estética egipcia y masones dentro. El Terror ablanda las sociedades y las prepara para lo nuevo. El pretendido cambio climático, Rusia la mala, la presión migratoria del sur y finalmente la dejadez y la engañifa manifiesta de nuestros gobernantes. Estamos ante una o varias ya grandes mentiras pero lo cierto es que cada vez somos menos ricos y algunos mucho más ricos, no hay trabajo para todos y cada vez vienen más inmigrantes…. Le podríamos llamar El gran fake. Veremos como acaba
Insensatus
Me hacen gracia los periodistas, teóricamente o en la práctica, de izquierdas cuando se meten tanto con un gobierno de izquierdas, como es el caso. En un momento dado les entra el miedo a que los tachen de derechas, e incluso fachas, y rápidamente se ponen en modo equidistante o anuncian claramente que no votarán a la derecha. Pocas opciones le van a quedar al Sr. Moran. No sería coherente votar al PSOE o a cualquiera de las opciones más a la izquierda, después de que lleva hablado. A mi solo me interesa su voto en cuanto sume para que el sin vergüenza y psicópata que nos gobierna se vaya.
JADRIV
Creo que los políticos del Partido desconocen el significado de la palabra honor, aparte de otras, como honradez, verdad, responsabilidad, patriotismo, etc. Nota: no pongo PSOE, porque las últimas tres iniciales las ha perdido ya hace mucho tiempo. Ahora es solo una estructura de poder, donde el líder supremo tiene siempre la última palabra.
unidospode0S
comprendo lo que dice el columnista, precísamente cuando alguien dice que no comprende el chiste de la hormiguita. Estará mejor o peor contado [creo que no está mal], pero que no se comprenda...
Lorenchito
Que alguien me explique el chiste de la hormiguita, que don Gregorio lo ha contado muy mal.
Perhaps
Verá usted, a mí su voto me importa tanto como a usted el mío, lo digo simplemente por su comentario sobre su elección en las urnas. Dicho esto, los políticos tienen dos formas de controlar al pueblo, o el pan y circo romano o el miedo. Está claro que este gobierno no sabe proporcionar pan y circo, así que opta por lo que queda.
vallecas
D. Gregorio. El gran asunto no es que nunca vaya a votar a Feijoo. El tema es si va a volver a votar al ACREDITADO EMBUSTERO de la Moncloa como van a hacer millones de Españoles. Este es el problema de España. Todo lo demás bla bla bla.
Thermidor
¡Hay que levantar las sanciones a Rusia cuanto antes!
MACMalayerba
Te adelantaste, pienso igual, esta a lo tonto a lo tonto ministra , y nada mas y nada menos que de hacienda. También es verdad que (como NO se enteró de los ERES), es por lo que ascendió, así que ojito.