Opinión

Perdieron todas las élites mundiales

No hubo ni una palabra para los nuevos pobres, no hubo una señal a los trabajadores

  • Fulgor y caída de Kamala Harris


Cualquier persona bien informada en USA sabía que ganaba Trump.

En Europa, la gente común no estaba tan segura, porque la mayoría de los enviados especiales del continente fueron más papistas que el Papa y se esforzaron penosamente para convencernos de que había un empate. Hoy es maravilloso verlos sangrar por la herida. Épico. Pero no había ningún empate en curso sino una campaña fallida y un grave problema en la estrategia de comunicación demócrata.

Los que asesoraron a Kamala Harris en esta ocasión nunca lo vieron, destacaba, era como ver un cura en la nieve. Pero no lo vieron. La élite demócrata se equivocó. Y perdió, llevándose con ella al precipicio público a todas las élites mundiales, porque este resultado provocará un efecto dominó, inevitablemente.

Las primeras fichas en caer han sido las élites norteamericanas. Todas. Perdieron las élites universitarias, que eran uno de los pilares históricos de la democracia norteamericana tradicional. De la élite periodística norteamericana mejor ni hablar, ha quedado hecha pedazos. Se estima en menos de un 20% los votantes a los que creen en la prensa tradicional en sus diferentes formatos y a la baja.

Han perdido aun dejando su honra intelectual por el suelo y mostrándose abiertamente sectarios, resentidos y nostálgicos de una época dorada de la manipulación mediática que ya nunca volverá. Su derrota fue patética, apenas el famoso físicoculturista Jeff Bezos se espabiló a último momento y evitó que el WSJ avalara a ningún candidato.También perdió estúpidamente la élite de Hollywood. Digo estúpidamente porque es evidente que está llena de estúpidos.

La estrella de Hollywood actual ha perdido profundidad social y si cabe, calidad moral. En el siglo pasado las estrellas de Hollywood ya vivían en bonitas casas, aunque sin las monstruosas fortunas ni la ostentación chabacana que exhiben las actuales

Los demócratas no entendieron que cuando ponen a Kamala al lado de una estrella de Hollywood, lo que ve el americano medio es a un multimillonario abrazando a un funcionario, y probablemente a dos degenerados. ¿Quién en Hollywood no ha estado en una fiestita de Diddy, o visitado la isla del finado Jeffrey? No se sabe aún.

La estrella de Hollywood actual ha perdido profundidad social y si cabe, calidad moral. En el siglo pasado las estrellas de Hollywood ya vivían en bonitas casas, aunque sin las monstruosas fortunas ni la ostentación chabacana que exhiben las actuales. Eran otro tipo de estrellas populares, conectadas a valores sociales ampliamente aceptados y nada sectarios y mínimos, como estas estrellas fugaces que hoy brillan y caen sin remedio.

Depender de la asistencia pública

Por ejemplo, Kamala hizo campaña a favor del aborto. ¿Cuántas mujeres realmente están pensando seriamente en abortar y votarán a Kamala por ello? ¿Cómo van a plantar su campaña hablándole solamente a las élites identitarias?

En fin, ahora ya saben que no alcanzán para ganar. Ignoraron el éxito estratégico de la historia de vida que contó Vance y que lo llevó a ser superventas, candidato, vicepresidente y vete tú a saber qué cosa en el futuro. No hubo ni una palabra para los nuevos pobres, no hubo una señal a los trabajadores. El idioma de las élites solo lo entienden las élites. Hace unos días escuché en la tele el comentario de un señor que decía que, hace cuatro años, una docena de huevos en USA costaba 2,80 dólares, y ahora solo cuatro años después, cuesta 6 dólares.

Esto la élite no lo siente. El americano medio, ya sea viviendo en NYC (trabajando doce horas por día) o el que abunda en la USA deprimida y sufre desempleo, termina dependiendo de la asistencia pública. Es un hecho, dramatizado “in extremis” en solo cuatro largos años.

Las élites no ven eso.

Nunca habló de inseguridad, porque las élites no la sufren, ellos van con guardaespaldas y en camionetas blindadas, como los funcionarios que se encuentran con ellos para la foto

Hubo otros momentos de la historia en que los demócratas entendieron al pueblo americano. El ejemplo más cabal se dio en la elección de Bush Sr. contra Clinton. Bush no podía perder, por muchas razones simbólicas, entre otras había ido a Kuwait y había ganado. Sin embargo, perdió. ¿Y cómo le ganó Clinton? ¿Con qué frase? “Es la economía, estúpido”.

Kamala nunca habló de ningún problema del americano promedio, hablaba de lo trans, el feminismo, la inmigración abierta, los conflictos a nivel “ivy league”, el colectivo LGTBI, el ultra feminismo, etc. Nunca habló de inseguridad, porque las élites no la sufren, ellos van con guardaespaldas y en camionetas blindadas, como los funcionarios que se encuentran con ellos para la foto. Hablarle solamente a grupúsculos identitarios, fue un malísimo negocio electoral.

Las élites no han hecho más que certificar su definición según la RAE, “minoría…” no son tantos, más bien son pocos.

El que construyó puentes en esta elección fue Trump, lo votaron mujeres, lo votaron negros viejos y jóvenes, lo votaron judíos, musulmanes, blancos ricos, blancos pobres. Mientras el partido demócrata quedó encerrado en el fascinante mundo de las élites.

Europa tiene una manera de salir de la ciénaga en que se metió, que es dejar de lado la inocencia, la idiotez y la corrupción generalizada. El problema es que nuestros representantes no parecen tener el coraje suficiente

Y las élites mundiales mordieron el polvo. Por cierto, un polvo de campeonato. Esta es la primera vez en la historia que el Partido Demócrata fue el partido de las élites. La primera vez que el Partido Demócrata fue el partido de la derecha. Porque si no te apoyan ni los latinos, ni los negros, ni los trabajadores, terminas siendo el partido de los ricos, por descarte. Y no es opinión, es dato.

Mientras tanto, Europa está temblando, sin embargo, tiene una manera de salir de la ciénaga en que se metió, que es dejar de lado la inocencia, la idiotez y la corrupción generalizada. El problema es que nuestros representantes no parecen tener el coraje suficiente, ni la voluntad. El coraje necesario deberá surgir de las bases populares votando masivamente para quitar del medio a la actual clase política europea y reemplazarla por otra.

Tranquilos, será rápido, ya están en retirada en Alemania, lo que hay que lograr aquí son unas elecciones anticipadas. No solucionaremos el problema de fondo, pero podríamos detener esta hemorragia democrática mortal.

 

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