20 de diciembre de 2015. Elecciones generales en España en las que el Partido Popular obtiene solo 123 escaños, lejos de la mayoría absoluta, y el país se enfrenta a un escenario de zozobra provocado por el bloqueo institucional de Mariano Rajoy, que a pesar de ser el candidato más votado rechaza el mandato del rey de intentar conformar Gobierno. En ese momento, Rajoy está acorralado por la corrupción y, además, en primera persona. El SMS de "Luis, sé fuerte" todavía está en la memoria de los electores. Las duras palabras de Pedro Sánchez en el debate electoral, acusando al candidato del PP de no ser "un político decente", provocan una reacción visceral del líder del PP. Desde el 2009, la Audiencia Nacional investiga el escándalo de la Gürtel en el que se bucea en la red de empresas que financiaron presuntamente de forma ilegal al PP. De esa trama cuelga el caso de la financiación ilegal del partido del Gobierno que ha llevado a Luís Bárcenas, extesorero y exsenador del PP, a la trena. Ingresó en prisión en enero de 2013 y hasta junio de 2015 estuvo entre rejas.
En octubre de 2014, el juez Eloy Velasco puso en marcha la Operación Púnica. En ella se destapó la presunta mordida que muchos políticos del PP, encabezados en teoría por Francisco Granados, se han llevado durante años de varias obras y contratos públicos. El que fuera ex secretario general del PP de Madrid y exsenador ingresó en prisión el 31 de octubre de 2014 tras ser detenido cuatro días antes. Sigue a la sombra.
La gran mayoría de los casos de corrupción que afectan al PP se conocieron antes de la sesión de investidura de Pedro Sánchez de marzo de 2016
Todos estos casos, y otros muchos más relacionados con el PP en la Comunidad Valenciana, Murcia..., se conocieron antes de la sesión de investidura de Pedro Sánchez de marzo de 2016. En aquel momento, a pesar de que el secretario general socialista presentó su candidatura a presidente del Gobierno, a Podemos no le parecía que había causas suficientes para que Rajoy no siguiese en la Moncloa.
En marzo de 2016, cuando Sánchez intentó alcanzar la Presidencia, en España había 4.094.770 parados. Hoy hay 3.461.128 personas sin empleo. En marzo de 2016, Podemos creía que Mariano Rajoy podía seguir en la Moncloa. Hoy cree que es intolerable.
Después del no de Podemos a Pedro Sánchez, en España se celebraron nuevas elecciones. El 26 de junio de 2016, el PP subió en número de votos y escaños. El PSOE bajó algunos votos, pero perdió varios escaños. Podemos, que fagocitó a IU, perdió 1.200.000 votos aunque mantuvo sus escaños. Pero la opción de desalojar a Rajoy del poder era mucho más lejana que meses antes. Y el verdadero motivo de Podemos para bloquear un gobierno del PSOE con Ciudadanos, ganar en votos a los socialistas, no se produjo. Aunque sí se logró meter al PSOE en el mayor galimatías de su historia, abstenerse en la investidura de Rajoy, del que todavía andan sangrando.
El verdadero motivo de Podemos para bloquear un gobierno del PSOE con Ciudadanos, ganar en votos a los socialistas, no se produjo en diciembre
Podemos ha presentado una moción de censura, en plenas primarias socialistas, para conseguir ahondar en la crisis del PSOE y enfrentarle a sus contradicciones. Es decir, no usa el valor de la política como herramienta para el cambio sino como escenario para la pose, como elemento de discordia y confrontación. El partido de Pablo Iglesias, si quería, tuvo la oportunidad de hacer política para todos el 2 de marzo de 2016 y apoyar un gobierno al que podría haber condicionado sus políticas. De aquella decisión de no investir un Ejecutivo del cambio viene hoy el teatro de querer subir al estrado del Congreso para ofrecer lo que no se hizo ni se quiere hacer. Pero la política no es eso. O al menos, no debería serlo.