Queridos Reyes Magos:
De nuevo os estoy más que agradecida por los presentes que me habéis dejado esta madrugada en casa. Gracias por reconocer mi esfuerzo por portarme bien a lo largo del año pasado.
Tampoco dejo de dar las gracias por el regalito que nos encasquetasteis a toda España en 2020. Os debió parecer muy simpático. A todos nos encanta pasar vuestra fiesta entre regalos, papeles brillantes y lazos de colores. Nadie pensó que sería emocionante merendar chocolate y roscón con la familia política hablando de lo que ocurría en el Congreso: si por fin habría presidente de Gobierno o si tocaría volver a votar. Algo que da más pereza que quitar el belén y árbol de Navidad.
Y el día 7 de enero de hace tres años, ¡sorpresa! ¡El mejor regalo que se pueda imaginar! Lo espectacular de los fuegos artificiales es siempre la traca final. Queridos Reyes Magos, la impresión al abrir el envoltorio de este último regalo fue la misma que cuando me dejasteis un muñeco Ken, el novio de Barbie. Tiene una cara guapa, buena percha, es sonriente y ya. Al igual que ella, un inútil de plástico con muchos complementos, como el pin de la Agenda 2030, un Falcon, cazadoras de ante antediluvianas para el finde, corbatas y unas gafas tipo Tom Cruise en TopGun. ¡Lástima que el muñequito no viniera acompañado de esa caja de surtidos de ibérico que siempre se ofrece en el avión oficial a la hora de la merienda de su distinguida eminencia!
Llegó 'cargadito' de la clásica cochambre del socialismo: inflación, hiriente desempleo, subida de impuestos, experimentos con la familia y el tradicional despropósito de una nueva ley de educación
Desconocíamos la gran aventura que el regalito en cuestión nos deparaba. Tuvimos que quedarnos con Ken Sánchez de presidente, que ya se había instalado con Begoña y su colchón en la Moncloa, y no había forma de devolverlo. Venía con su pandilla y con algunos amiguitos: los ricachos de Galapagar, una gallega sindicalista que se cree Barbra Streisand, el rufián lazi y su gordinflas, el pagafantas de Teruel,… Y la gracia que nos dejaron los pajes: Aquel Fernando Simón y un Illa que igual sirve de inepto ministro que de correveidile en Cataluña.
También, muchas gracias Majestades por los sucesos extraordinarios de aquel añito: una pandemia planetaria, un descomunal meteoro blanco en Madrid y el volcán en erupción en la Palma que llenaba espacios de la rtele pero no los necesitados bolsillos de los afectados. A todo esto, nuestro Ken Sánchez llegó 'cargadito' de la clásica cochambre del socialismo: inflación, hiriente desempleo, subida de impuestos, experimentos con la familia y el tradicional despropósito de una nueva ley de educación, una degeneración de la Logse, fábrica de futuros asnos.
Y tiene razón el presidente Ken. Por supuesto, la historia le recordará por haber desenterrado a Franco. Eso es lo mínimo, porque este portento ha consentido que la línea divisoria entre franquismo y democracia se sitúe en 1983 para complacer así a los herederos políticos de ETA. Asimismo, ha reformado el Código Penal a capricho para derogar el delito de sedición y rebajar el de malversación, ha permitido que una menor pueda abortar sin conocimiento de sus madres, ha habilitado una ley por la que los delincuentes sexuales salgan antes de la cárcel, ha sido fiel al legado de Zapatero para dejar España hecha trizas y ha impulsado inventos de ingeniería social impulsados por Monteroy Belarra en forma de ley Trans y otras ocurrencias que están llegando.
Hasta el punto de que algunos desesperados, en un rapto absurdo y kamikaze, dicen añorar a los socialistas de toda la vida, los del terrorismo de Estado y el saqueo de fondos de los huérfanos del Guardia Civil
Melchor, Gaspar y Baltasar, se agradecen estos años tan enriquecedores de edificante socialismo así como de la tutela impagable del hermosísimo de Ken Sánchez. Es imposible aburrirse con este señor y su cuadrilla que viven bajo la ley del "a mi me parece": lo que ayer era cárcel para unos, hoy son vítores para otros; y lo que ayer estaba bien, hoy está mal. Hasta el punto de que algunos desesperados, en un rapto absurdo y kamikaze, dicen añorar a los socialistas de toda la vida, los del terrorismo de Estado y el saqueo de fondos de los huérfanos del Guardia Civil..
Majestades, por favor, la próxima vez, si hay más regalos como este Ken, preferiríamos que nos dejéis los menospreciados saquitos de carbón. Aunque lo mejor sería que hayáis tenido el detalle de dejarnos un vale como primer pago para canjear en mayo a este Ken Sánchez por gente que en verdad sepa gestionar y hasta respete la Constitución. Os espero el año próximo con mucha ilusión y con la certeza de que este Ken ya se encuentre en el baúl de los juguetes rotos.