En febrero de 2022, Vladimir Putin visitó en Pekín a Xi Jinping. A los pocos días Putin invadió Ucrania para derrocar al Gobierno de Zelenski (acusado de drogadicto y judío), instaurar un gobierno títere y anexionar, al menos, la parte oriental del país. Por su parte, Xi estaba a punto de ungirse líder máximo único derogando el límite de dos mandatos presidenciales y el gobierno colegiado del partido único. Tanto Putin como Xi representan dos modalidades de dictadura con pasado comunista; sin embargo, ambos intentaron presentarse como campeones de la “verdadera democracia”.
El comunicado conjunto titulado “Entrando en una Nueva Era de Desarrollo Sostenible Global” (aquí, versión oficial en inglés), sostiene con galáctico descaro que “que la democracia es un valor humano universal, más que el privilegio de un número limitado de Estados, y que su promoción y protección es una responsabilidad común de toda la comunidad mundial. (…) No existe un único modelo que guíe a los países para establecer la democracia. Cada nación puede elegir las formas y métodos de implementar la democracia que mejor se adapten a su estado particular, en función de su sistema social y político, sus antecedentes históricos, tradiciones y características culturales únicas. Solo el pueblo de un país puede decidir si su Estado es democrático.” Enseguida se vio que esta lección teórica sobre la verdadera democracia era la maniobra ideológica del ataque contra Occidente vía Ucrania, y del acoso militar a Taiwan.
Puede parecer mera hipocresía, pero este burdo intento de engaño ideológico -que aquí comparten extremistas de izquierda y derecha unidos por el llamado antiglobalismo- representa un intento de apropiación del ideal democrático, perseguido en la práctica en ambas dictaduras. Es un reconocimiento de que, con todos sus endiablados problemas, la democracia es el estadio superior de la organización política, que no el socialismo, el comunismo o el nacionalismo imperialista, sea ruso o chino. Así pues, la creencia en que la democracia está en decadencia o es inferior a las dictaduras es más propia de la opinión occidental que de las dictaduras hostiles.
No es la decadencia, más bien es el populismo
Es cierto que las democracias dan muchas razones para transmitir sensaciones de decadencia y crisis irremediable. Y por otra parte, el de la decadencia es uno de los grandes mitos de la humanidad (por desgracia, no podemos abordarlo aquí), inclinada a creer que cualquier tiempo pasado fue mejor. El auge del populismo y de sus ideologías extraviadas e iliberales abona esta sensación, unida a errores garrafales de geoestrategia. Señalemos dos: la alegre dependencia alemana del gas ruso, que convenció a Putin de que tenía atrapada la voluntad occidental por donde más duele, la dependencia energética, y el desastroso abandono de Afganistán de 2021, decidida por Estados Unidos (planeada por Trump y ejecutada por Biden). Ambos errores se basaban en ideas baratas: la dependencia alemana en la demonización de la energía nuclear (mientras se promovía el pánico climático a lo Thunberg); la desbandada de Afganistán, en el cómodo autoengaño del pacto con los talibanes, esos caballeros yihadistas.
Rusia y China han intentado crear, y con bastante éxito, una intelligentsia favorable a sus intereses, como el Grupo de Puebla o el Foro de Sao Paulo
Rusos y chinos no solo conocen muy bien la importancia de las falsas creencias en la opinión occidental, sino que, y como cada día está mejor documentado, las cultivaron subvencionando a medios, grupos y políticos populistas que las cultivan. No son los únicos, claro está: Irán o Venezuela han regado generosamente a los grupos iliberales en una nueva versión de Guerra Fría ideológica digitalizada. Todas las dictaduras están muy interesadas en desestabilizar democracias, por ejemplo a España (y Europa de paso) con el separatismo catalán. Rusia y China han intentado crear, y con bastante éxito, una intelligentsia favorable a sus intereses, como el Grupo de Puebla o el Foro de Sao Paulo. Internet da grandes oportunidades a la intoxicación paulatina y masiva, al estilo del polonio asesino de Putin. No es ninguna novedad que los enemigos de la democracia exploten a fondo las oportunidades que brindan las imprescindibles libertades de expresión, prensa y asociación. ¿Pero significa esto que la democracia está en irremediable declive y decadencia? Nada más incierto.
Cuando las tropas rusas asaltaron Ucrania en febrero pasado, Putin y su camarilla estaban convencidos del colapso del Estado ucraniano, porque Occidente -una sociedad reblandecida por la riqueza, el pacifismo hedonista y el libertinaje sexual- rechazaría ayudar de verdad a Zelenski y los suyos por miedo a las represalias rusas, que contaba con el apoyo chino, y a la extensión de la guerra. Pero no fue así. Al contrario: en una reacción sorprendentemente rápida, Estados Unidos y la Unión Europea acordaron proporcionar masiva ayuda militar y financiera a Ucrania; unida a la voluntad de resistencia del joven país, convirtió el paseo militar ruso en una pesadilla rusa.
Engañarte con tus propias mentiras
Parece evidente que Putin se autoengañó con sus propias filípicas sobre la decadencia moral y política de Occidente. Como un tuitero panoli convencido de que su sesgo de confirmación es verdad universal pura y cristalina, dio por hecho que la demostración de fuerza bastaría para hundir la voluntad de resistencia. No es muy distinto de lo que pensaron en su día Hitler o Mussolini, por cierto. También convenció a Xi, aunque el fracaso ruso parece haber llevado a China a un realismo prudente: resulta que la decadencia de Occidente, con su democracia homosexual y drogadicta, no está nada clara. Por si fuera poco, ha logrado afrontar la pandemia de covid19 mucho mejor que China con su quimérica estrategia del “covid cero”, que encubre una sanidad muy deficiente y una brutal dictadura tecno-policial.
Por muchos problemas y defectos que tenga la democracia liberal, y bien sabemos que son innumerables y difíciles, las dictaduras son siempre peores a medio y largo plazo porque mandan quienes mienten por sistema, incluso a sí mismos, y la mentira acaba arruinando al mentiroso. Es aquella observación lúcida y algo cínica de Winston Churchill: la democracia es el peor sistema político… una vez excluidos todos los demás.
Lo que está en decadencia es, en realidad, la dictadura: Putin fracasa en Ucrania y pone a su país en la tesitura más difícil posible; Xi renuncia al “covid19 cero” por el coste económico y político y, aún más relevante, por temor a la desobediencia civil general. No muy lejos, la ciudadanía de Irán da un ejemplo al mundo con la rebelión cien por cien democrática contra la hierocracia de los ayatolás, y la dictadura cubana se hunde en las miserias que ha impuesto. El verdadero problema de la democracia no es la decadencia, sino la falta de exigencia consigo misma y de confianza crítica en su superioridad política.
Wesly
En la línea de lo apuntado en comentarios anteriores. Cuando el que gana las elecciones hace lo contrario de lo que prometió en campaña, cuando el poder legislativo está sometido al mandato del capo del partido del gobierno, cuando el poder judicial también está (o está en vías de estar) sometido al mandato del partido del gobierno, cuando los medios de comunicación públicos y privados subvencionados se pliegan agradecidos al mandato del partido del gobierno, cuando el resto de instituciones teóricamente independientes del Estado, fiscalía incluida, también están sometidas al mandato del partido del gobierno, cuando el partido del gobierno puede dedicarse a la compra compulsiva de votos con el dinero de los contribuyentes actuales y futuros (que deberán pagar la deuda pública que les adjudican), cuando el partido del gobierno puede colocar a sus peones a presidir la empresa (Indra) que se dedica al recuento de los votos en las elecciones, cuando el partido del gobierno dispone de todos los incentivos y ninguna (o casi ninguna) traba para actuar en su propio beneficio para asegurar el mantenimiento en el poder, cuando todo esto pasa sin que el sistema lo impida, no puede decirse que estamos en un sistema democrático, ni mucho menos. Vivimos en una democracia muy deficiente, y hacen falta muchas reformas para llegar a una democracia mínimamente decente.
spqr
¿DE qué democracia estamos hablando? España no es una democracia ni por el forro, a no ser que entendamos por democracia votar cada 4 años. En una democracia el gobierno no viola la Constitución , un día sí y otro también. No cierra el Congreso a su conveniencia para hurtar el debate ante los ciudadanos. No engaña, o lo intenta, a los ciudadanos 24 horas al día 365 días al año. No pacta con terroristas, ni con golpistas que pretenden la secesión de una parte del territorio nacional. No manipula el Poder Judicial a su conveniencia. Los jueces no son "progresistas" ó "conservadores". Son sencillamente JUECES. Los medios de comunicación no están vendidos al mejor postor, sirviendo a su amo. ¿ De verdad esto es una democracia? Anda ya.
ma
No cabe hablar de democracia con gobiernos que tienen un apoyo del 15 por ciento del censo, y que además lo utilizan para cercenar derechos fundamentales
Emilezolacuso
Ironía de la vida: FRANCISCO FRANCO, el franquismo instaurando la democracia en España vía DEMOCRACIA PARLAMENTARIA, incluso avalada con la visita de presidentes de los EEUU no sólo desde visita oficial, sino que incluso en encuentros con la familia Franco, mientras q los del GOLPE 11M (lo vigente), sin visitas de ningún Presidente, sin viajes a EEUU, cargándose la Transición Democrática, para imponer una dictadura comunista/bolivarina q nos retrotrae al mundo de los genocidas.
RafdelMoral
Que se haya hecho mal no quiere decir que se tenga que seguir haciendo mal...
decantador
¿Vivimos en democracia ?.Ahora me entero. -En un paìs donde No hay separación de poderes, listas abiertas y 250.000 Votos, mandan sobre la mayoría pues como que no. La democracia es un espejismo.
Auraz
Otro nazi de izquierdas. Llamar a esta mujer asesina de ancianos es de una vileza que solamente se encuentra en la gentuza de izquierda. Aunque ya estemos acostumbrados a vuestra bajeza no deja de ser triste tener que convivir con tarados.
vallecas
Tiene gracia el titular. " las dictaduras mandan porque mienten por sistema" La Democracia Española nombró a un acreditado embustero trilero, Presidente del Gobierno.
vallecas
Si la única defensa de la Democracia es decir que lo demás es peor "apaga y vámonos". Ni que lo diga Churchill ni Perico el de los Palotes. Habrá que inventar otra cosa. La Democracia es una señora muy mayor y muy sabia que va en silla de ruedas, casi ciega y sorda y sin apenas movilidad. Imagine lo que hace un tipo como Pedro Sánchez con ella.
Chus
“Tolero una república corrompida que asegure los derechos de los ciudadanos, pero jamás aceptaré una dictadura sin ninguna libertad". Senador Graco ("Espartaco")