Dicen que la democracia es el mejor de los sistemas políticos posibles. Yo así lo creo. Por lo menos en nuestra cultura occidental, y después de soportar, a lo largo de la historia, todos los regímenes y formas de gobierno imaginables, hemos llegado a e

“A diferencia de su marido, la condesa parecía disfrutar de aquel bullicio que se había organizado en su casa, como si la guerra le hubiera dado nueva vida en lugar de quitársela. Cuando fui a verla para contarle el fracaso de mis gestiones para libera

En los ya numerosos artículos que he escrito en este medio siempre me he expresado como he querido y siempre he dicho lo que quería decir. Es decir, lo he hecho con absoluta libertad por mi parte y profundo respeto del periódico. En ningún momento se me

Su mujer (a mí no me gusta llamar “viuda” a la gente), Pilar Ibáñez, está dolida, seguramente triste. “Quince años ya”, dice, “y nadie se acuerda de él. Es como si no hubiese existido”

Lo llamamos democracia porque nos alivia creer que ese es nuestro sistema político, pero está más cerca del pasteleo, la subasta y el quilombo que de una democracia

Algunos pensarán que rompiendo puentes resulta más seguro mantener en tu orilla al electorado que te votó en ocasiones anteriores. Resulta difícil pasar al otro lado si los puentes se han volado