Albert Rivera no habló tras escuchar la declaración de Mariano Rajoy como testigo del caso Gürtel. Y eso que aquí ayer hablaba hasta el apuntador: Pedro Sánchez, Pablo Iglesias... el propio presidente del Gobierno abandonaba raudo la sede de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares (Madrid) rumbo a la sede del PP a decir que estaba "contento" y que todo era un montaje de los socialistas.
Pero, centrémonos en la ausencia de quien ayer mandó a su número dos, José Manuel Villegas, a recordar a los españoles que si el PP se hubiera "regenerado" -en lenguaje naranja "si se hubiera ido hace un año"- no habríamos visto a todo un presidente del Gobierno declarando "solo como testigo"... que ayer Villegas parecía en el Congreso lo que el abogado de Luis Bárcenas en la Audiencia.
"Sería muy grave" si se descubre algo más, nos alertó el secretario general de Ciudadanos mientras intentaba cubrir como podía el clamoroso silencio de su jefe incluso en las redes. Porque es que el líder de Ciudadanos no dedicó ni un mísero tuit personal al testigo más importante en 40 años de democracia; y por corrupción, nada menos.
Se limitó a retuitear a su lugarteniente, a ver los toros desde la barrera, todo para no entrar en contradicción con el apoyo que presta a Rajoy. Porque una cosa es ponerse campanudo con el PP y echar al expresidente de Murcia Pedro Antonio Sánchez por un asunto infinítamente menor que Gürtel, y otra aguantar la presión a los votantes naranja -muchos ex PP- en estos tiempos de posverdad al grito de "¡quiere un gobierno con el PSOE y Podemos!".
Así que Rivera optó por una variante de aquel chiste del comisario que contaba el inolvidable Miguel Gila; el tipo detenía a los asesinos en la escena del crimen con indirectas tipo "¡aquí alguieeen ha matado a alguieeen!"... Y digo variante porque envió al teniente Villegas a señalarle a Rajoy que "sería muy grave" que alguien encontrara algo en algún sitio, aquí o en Suiza. De momento, no parece que el presidente del Gobierno se haya derrumbado.