Rosalía ha sido muy criticada tras aparecer en un club con unas bailarinas de 'streptease'. La catalana se fue de fiesta después de la gala de los Premios Grammy –junto con los también cantantes Dua Lipa, Lizzo y el rapero Lil Nas X– a un local de Los Ángeles.
En un vídeo, que se ha hecho viral, vemos a la joven pasándoselo en grande mientras unas chicas están a cuatro patas y en tanga, moviendo el trasero, mientras les tiran billetes. En Twitter, que se ha convertido casi en un reducto de gente maleducada con vidas aburridas, la han puesto a parir. La acusan de "machista" a pesar "de haber hecho un álbum feminista", sacan a relucir la "explotación de las mujeres" y se refieren al club como "prostíbulo".
https://twitter.com/ressentialo/status/1222151431999885312?ref_src=twsrc%5Etfw
El machismo está, en la mayoría de ocasiones, en los ojos de quien lo mira. Las personas que no paran de ver situaciones "denigrantes para la mujer", como en el caso de las bailarinas de streptease, tienen un problema: les falta mundo y apertura de miras, y consideran, inconscientemente, a la mujer como un ser débil.
Si te vas a cualquier discoteca o local gay, verás como son los hombres los que están semidesnudos, en tanga, moviéndose sensualmente y contoneándose para gracia de los asistentes, mayoría público masculino homosexual. Entonces ¿ahí no es machismo? ¿Ahí qué es? ¿Acaso ser stripper es un trabajo denigrante? ¿Y comparado con qué?
Quien ve a la mujer como un ser endeble que debe ser cuidado, cubierto con ropa y asexualizado no es más feminista, al revés: piensa que el sexo femenino está desprotegido ante la sociedad, por eso hay que meterlo en una burbuja, no vaya a ser que despierte el interés sexual de un potencial violador –que ahora parece que están por todos los lados– y que quiera "aprovecharse".
Rosalía y Leticia Dolera, a la caza de la feminista de pega
Al margen de lo que es feminista, machista o su santa madre, es triste en qué se ha convertido la defensa de la igualdad entre hombres y mujeres, pues la gente parece estar deseosa de ver machismo donde en realidad no lo hay y en 'cazar' a las 'feministas de pega'.
Esta absurda guerra, de la que han sido víctimas Rosalía y Dua Lipa y que en realidad es un conflicto de gente de derechas y de izquierdas, ya le ocurrió a Leticia Dolera en noviembre de 2018. La actriz se vio envuelta en una fuerte polémica por haber "despedido" a una intérprete supuestamente por "estar embarazada". Todos se le lanzaron como hienas, ella explicó lo sucedido pero de nada sirvió: su propio rebaño la echó a la hoguera.
Y esto no solo le pasa a las mujeres famosas, sino también a las de a pie. Yo misma he sido tachada por varias féminas como "machista" por no predicar con la cuarta ola del feminismo, tanto en el trabajo como en redes sociales.
Pero sigamos con el juego para no tratar lo verdaderamente importante: metamos a muchas mujeres a presión en el Gobierno, salgamos a manifestarnos por la libertad de las féminas en España, hablemos más del Satisfyer y de la revolución sexual femenina en pleno siglo XXI, saquemos a relucir la supuesta brecha salarial sin tener en cuenta la paulatina incursión de la mujer en el mercado laboral, acabemos con trabajos que muestran el cuerpo femenino –como el de las streapers, bailarinas, gogós y el de las azafatas de Fórmula 1–, matemos el reguetón y todos los bailes latinos, hagámosle boicot a Tangana y a Maluma, denunciemos la 'tasa rosa' porque qué culpa tenemos nosotras de tener la menstruación y, sobre todo, señalemos y critiquemos a la mujer que no ve machismo por todos lados, que estamos en 2020 y eso es lo verdaderamente feminista, liberal y transgresor.