Opinión

Sánchez preside la Internacional de nada

Ahora explotarán durante meses el filón de la diplomacia fotográfica como sucedáneo de la incapacidad manifiesta para gobernar España

  • Pedro Sánchez en su debut como presidente de la Internacional Socialista

Lo de Pedro Sánchez es ya solo puro teatro. Ahora se ha hecho cargo de la presidencia de un cachivache inservible, descatalogado, para convertirlo en un escenario de propaganda. Si alguien piensa que aumentará la carga de trabajo presidencial, tranquilo, es un simple plató adquirido en una subasta. Él no gobierna, hace cine. El decorado se llama Internacional Socialista (IS) y, para comprender su inutilidad, solo hay que fijarse en su presidente durante los últimos 18 años, el socialista griego Yoros Papandréu.

Fue primer ministro de Grecia hasta la debacle de 2011 y tuvo que abandonar el liderazgo del Partido Socialista (PASOK) en 2012. De una tacada hundió gobierno y partido y no consiguió ni salir diputado. Nombrado presidente de la Internacional Socialista en 2004, ahí aguantó hasta convertirla en nada. El pasado fin de semana le sustituyó nuestro Sánchez, también jefe del gobierno y del partido. Atentos a su parecido razonable con quien hundió la economía griega para unos cuantos años.

Hoy, la IS es un cascarón inservible. Basta comparar el listado de partidos del grupo de los Socialistas y Demócratas (S&D)  del Parlamento Europeo con la de los de la Internacional para comprobarlo. Todos los que representan algo en Europa huyeron de esta organización zombi. En una asociación política que es históricamente reconocida como la del alemán Willy Brandt y del sueco Olof Palme, hoy los socialdemócratas de Alemania y Suecia ya no forman parte de ella. Del resto de grandes países europeos, tampoco están el Partido Laborista británico ni el Partido Democrático italiano. Sí están los socialistas franceses que, como Papandréu no alcanzaron ni el 3% de los votos en las últimas elecciones.

Objetivo: convertir la inane IS en la sede europea del Foro de Sao Paulo de Lula y Castro. De eso, precisamente, huyen los socialdemócratas alemanes, suecos o daneses

Asistió el primer ministro portugués António Costa como única figura internacional. A los guionistas les sirvió para inventarse el “socialismo ibérico”, nada menos. Eso en Madrid el sábado, mientras en Marbella el día anterior una delegación del gobierno portugués organizaba un acto dirigido a la caza de exiliados fiscales en España. Les ofrecían una imposición de solo el 20% de IRPF durante 10 años, sin el impuesto sanchista “a los ricos”.

Los socialistas portugueses no quieren saber nada de la guerra a los empresarios del populismo que practica el PSOE. El premier portugués, sí, fue muy amable, pero no es por ti, “doctor”. Independientemente de quién gobierne en España, cualquier gobierno de Portugal sabe de los condicionantes de su ubicación geográfica y de sus necesidades estratégicas. Los alemanes saludaron educadamente por videoconferencia. Un detalle.

Tan localista les salió el cónclave que la atención estuvo en cuántos ministros y dirigentes regionales asistieron y cuántos fallaron. No estuvo el canciller alemán Olaf Scholz, pero la noticia fue que fallaron Page y Lambán. Se limitaron a repetir uno de los habituales mítines controlados preparados para Sánchez. Su discurso central fue el “raca raca” conocido contra Feijóo y los empresarios. Una prueba más del desconcierto ideológico en el que se hunde el PSOE. Objetivo: convertir la inane IS en la sede europea del Foro de Sao Paulo de Lula y Castro. De eso, precisamente, huyen los socialdemócratas alemanes, suecos o daneses.

El querido líder repitió lo de siempre. Hay que poner límite a los “beneficios obscenos” de las empresas, proclamó solemne. Los ricos se llevaron un buen repaso de los guionistas de Moncloa. Se nota la mano de los “mazzucatos”, los seguidores de Mariana Mazzucato, economista del Estado comandante, que es como los populistas izquierdistas llaman ahora a la doctrina soviética. Pedro ha llegado a la política mundial para luchar contra la lacra del neoliberalismo; eso dijo. Olof Palme, el de déjense de ricos y terminen con la pobreza, se habrá retorcido en la tumba. Sánchez quiere invitar a formar parte de su Internacional a Lula, Petro y Boric. De eso se encargará Zapatero, la nueva estrella bolivariana.

Se trata de desviar la atención de los desastres aún por llegar y orientarla hacia los destellos planetarios que desprende el activismo presidencial

“Hagamos de la Internacional Socialista la gran casa común del pensamiento progresista global”. Esto, tras un “me dirijo a vosotros y vosotras con humildad”. ¿Sabes quién va a lograr tal hazaña? El que dijo esto desde un espacio destinado a ferias: “Es el momento de confrontar nuestros valores con las exigencias del presente y formular propuestas tangibles que ayuden a transformar el planeta en las próximas décadas”. Al  leerlo, lo reconozco, casi me ahogo.

Aún añadió: “No se trata de pensar el mundo, se trata de cambiarlo”. Para eso está él, Sánchez. Y para que -lo dijo él mismo- dentro de 40 años se recuerde este evento “por sus ideas” -la suyas, las de Pedro Sánchez-. El PSOE desbocado.

No lo dudes, en el espectáculo diseñado en Ifema está toda la programación del sanchismo hasta las próximas elecciones. Se trata de desviar la atención de los desastres aún por llegar y orientarla hacia los destellos planetarios que desprende el activismo presidencial. A cada golpe del FMI con pésimos datos, una sesión de budú con máscara internacional. Es la hora de “señores y señoras, miren, sin manos”.

Cuando toque presidir la UE, él será también el primer español en ocupar tal puesto. Al tiempo. Miles de asesores dedicados a explicar al mundo, megáfono en mano, qué quiere decir Pedro cuando le hacen decir que él va a construir una “casa común” para todo el planeta progresista.

Solo en el mes de noviembre que termina se han celebrado cuatro grandes reuniones internacionales importantes. La de la ASEAN en Camboya, la cumbre del G20 en Indonesia, el foro de Cooperación Asia-Pacífico (APEC) en Tailandia y la Conferencia de la ONU para el Cambio Climático (COP27) en Egipto. En ninguna ha podido destacar Sánchez como merece, a pesar de la camisa reflectante en Bali y las fotos con Joe Biden, que esta vez no tenía pasillo por el que escapar como en Bruselas.

Nuestro querido líder volvió a casa con mono de protagonismo y se preparó una cumbre para él solo. Ahora explotarán durante meses el filón de la diplomacia fotográfica como sucedáneo de la incapacidad manifiesta para gobernar España. Prepárate para ración diaria de “Sánchez remonta” sazonada con recetas de anticapitalismo primario. Lo que necesitamos.

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