Opinión

¡Suba usted, no se esconda!

Silencio. Pedro Sánchez ha optado esta vez, en vez de por la mentira, por el silencio, el cual viene a ser una variante cobarde de aquella. Efectivamente, pudiendo hacerlo, no ha querido responder a las reiteradas preguntas que le ha hecho

  • Alberto Núñez Feijóo en el debate de investidura -

Silencio. Pedro Sánchez ha optado esta vez, en vez de por la mentira, por el silencio, el cual viene a ser una variante cobarde de aquella. Efectivamente, pudiendo hacerlo, no ha querido responder a las reiteradas preguntas que le ha hecho Feijóo durante el debate de su imposible investidura, negando de ese modo las respuestas a las que tienen derecho los ciudadanos.
Entre las preguntas, las hay implícitas y explícitas: ¿Qué está dispuesto a ceder ante los nacionalistas e independentistas catalanes para seguir siendo presidente del Gobierno de España? ¿Concederá la amnistía a los corruptos y los golpistas por el simple hecho de necesitarlos para seguir en la Moncloa?
¿Concederá el derecho a la autodeterminación a Cataluña, que no es sino la negación del derecho a decidir de los españoles sobre cuestiones que son de nuestra competencia? ¿Algún tipo de consulta? ¿Qué consulta? ¿Quizás un pacto fiscal para que dejen de aportar a las arcas del Estado y, de ese modo, dejen de colaborar con la indispensable solidaridad entre territorios y personas? ¿O la condonación de su supuesta deuda "histórica"? ¿Cuál va a ser el precio de su investidura?

Líneas rojas y dar la cara


Seguimos sin tener las respuestas aunque, a estas alturas y después de tanta indecencia, cada cual tiene la suya. Si atendemos a la trayectoria de Sánchez, todo puede ser posible y no hay líneas rojos; porque Sánchez es capaz de cualquier cosa, sea o no sea constitucional, sea o no sea injusta y sea o no sea inmoral. Estas cuestiones, para Sánchez y los que le aplauden y justifican, son irrelevantes.
Feijóo cumplió con su obligación democrática y Sánchez, en lugar de dar la cara, prefirió esconderse. En lugar de debatir con su principal adversario político y contraponer ideas, propuestas y proyectos, utilizó de nuevo este viernes al diputado raso más barriobajero para sabotear el debate e intentar denigrarlo. Pero no denigró
a su contrincante Feijóo sino a las instituciones y a los ciudadanos. Un paso más en la degradación política del PSOE. "Suba usted, no se esconda, tenga la valentía que no tuvo el martes", le conminó el postulante a su interlocutor., silente durante toda la ceremonia, como lo ha estado a lo largo de la semana.

El debate nos ha confirmado cosas que ya sabíamos o que suponíamos: entre ellas, dos fundamentales: una, que Feijóo es el líder de la oposición y su labor principal en adelante será reagrupar al centroderecha, misión complicada, dado que Vox, que viene a ser una escisión de su proyecto político, le impide alcanzar la mayoría absoluta para poder gobernar España, tanto porque le quita votos como porque le impide pactar con sus socios históricos; y dos, que Sánchez carece de escrúpulos políticos e incluso morales, por lo que hará lo
que deba hacer para seguir en la Moncloa. Con su partido a su servicio, apenas tendrá oposición interna. Por lo que la oposición vendrá desde fuera.

Ahora sabemos que hay alternativa en el flanco de la derecha. Lo que falta es que haya alternativa en la izquierda y a través de una izquierda nacional y progresista. Y de ahí surge otra pregunta, y a esta la debemos
responder los ciudadanos: Si el PSOE ha sustituido a Podemos, ¿quién sustituirá al PSOE?

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