Donald Trump y Pablo Echenique pueden estar en las antípodas si hablamos de su ideología, pero se encuentran mucho más cerca si hablamos de la geografía de la provocación, del populismo. De Twitter. Trump abandonó la Casa Blanca poco después de que la red social del pajarito cerrara su perfil. Echenique continúa hoy con la cuenta abierta por algo similar a lo que en su día provocó la clausura de la cuenta del presidente del flequillo de goma.
Echenique dedicó palabras de ánimo a los manifestantes que ayer se reunieron en Madrid y Barcelona para protestar por la encarcelación del rapero Pablo Hasel. De paso, también rompieron parte del mobiliario urbano -que pagará usted y yo- y de paso apedrearon también a la policía.
La comparación del comentario de Echenique con el último tuit de de la historia de Donald Trump en Twitter se antoja necesaria. Son similares pero con consecuencias diferentes. Veamos.
Calma a los manifestantes
En los primeros momentos del asalto al Capitolio, Donald Trump pidió en Twitter calma a los manifestantes, pero en ningún caso les instó a abandonar las instalaciones. Pasadas unas horas y otros tuits mediante, Twitter decidió suspender temporalmente la cuenta del presidente de los Estados Unidos. Si no borraba una serie de comentarios que la red social consideraba que vulneraban sus políticas de uso, su perfil sería eliminado para siempre. Trump dio marcha atrás y recuperó su cuenta 12 horas después.
Casi a renglón seguido, volvió a la carga y tuiteó lo siguiente: "Los 75 millones de grandes patriotas estadounidenses que votaron por mí, por Estados Unidos primero, por hacer de nuevo grande a Estados Unidos, tendrán en el futuro una voz gigante". Dorsey consideró que este tuit estaba siendo interpretado como una clara señal de que Trump "no facilita una transición ordenada". Decidió tumbar definitivamente su perfil aludiendo "riesgo de una mayor incitación a la violencia".
Las sandeces y provocaciones, los tuits de odio y faltas de respeto de Donald Trump en la red social fueron mucho peores en el pasado, pero la red de microblogging decidió cepillarse definitivamente su perfil por este comentario, tan indefinido como abierto a interpretaciones. Tan, si lo quieren, poco 'trumpiano'.
Echenique y Trump han vivido situaciones parecidas y actuado con el mismo guion. Dos políticos con un perfil altamente provocador en redes sociales. Grupos de manifestantes organizados para asaltar instalaciones públicas. Uso de la violencia por parte de esos manifestantes para lograr su objetivo. Comentarios de apoyo a sus parroquianos en redes sociales, pero consecuencias distintas.
La cuenta de Donald Trump fue retirada para siempre mientras la de Pablo Echenique continúa con su actividad normal. Ni siquiera ha recibido aviso alguno por parte de Twitter, y mucho menos un bloqueo temporal para advertirle de que sus comentarios contravienen las políticas de uso. ¿Por qué? Que diría Mourinho.