Opinión

Yoli, ven al lado oscuro

Mira, Yoli, corazón, de verdad te lo digo: vente al lado oscuro, que tenemos hombres de verdad, no maricomplejines. En este lado están los que saben que a una mujer se la respeta y si no ya se hace ella respetar

  • La vicepresidenta Yolanda Díaz en un acto de ‘escucha’ de Sumar

Sé que llevamos unos tiempos moviditos últimamente, pero me van a permitir que hoy aparque el drama por unos instantes. Resulta que, a veces, entre tantos sinsabores, se encuentra una con algunos personajes de nuestro panorama político a los que cuesta tomar en serio.

Esto es lo que me sucede cada vez que escucho a Yolanda Díaz. Da igual de lo que esté hablando, que no la entiendo. No es que me parezca que habla en otro idioma, si las palabras las comprendo, lo que me resulta imposible es unirlas en su conjunto y dotarlo de significado. Pero es que, además, te las dice con ese tono del hada Campanilla en el día de su comunión, que no sabes si te está hablando de que tenemos un desempleo que haría temblar a Harry El Sucio o que te has equivocado de vídeo y estás viendo el último hit de Cantajuegos: “cosquillas, cosquillas, a las nubes les hago cosquillas, una vuelta y voy a aplaudir…” No me digan ustedes que no suena igual de elaborado y de sin sentido que cualquiera de los discursos que nos cuela esta señora en cuanto nos despistamos.

Pues en esos pensamientos estaba yo, cuando esta semana Yolanda Díaz me ha sorprendido gratamente, en una charla con Ana Requena, redactora jefe de Género en eldiario.es, en la que he sido capaz, por fin, de entender algo de lo que decía.

Con motivo del noveno aniversario del blog Micromachismos, del mismo diario, la charla, como ya supondrán ustedes, no se centró en los planes de autovías y carreteras nacionales. Allí estaba Ana, preguntando qué hacer con los hombres de izquierda, que se creen a salvo del machismo, pero luego resulta que son machistas. Pues Yolanda, ni corta ni perezosa, empezó a hablarle de mi exnovio:

Que salir con un hombre de izquierdas es salir con el que se cree más listo, más justo, más feminista, más solidario y con una moral intachable, y lo cierto es que es salir con un tío peñazo

"Los hombres de izquierda son un peñazo, Ana, de verdad, o sea, con perdón, un peñazo que me tienen hasta aquí, vamos. Se creen que ellos no son machistas porque son de izquierdas. No hay cosa peor en el mundo".

Pero oigan, que lo ha calcado. Que salir con un hombre de izquierdas es salir con el que se cree más listo, más justo, más feminista, más solidario y con una moral intachable, y lo cierto es que es salir con un tío peñazo, cargante, que quiere y necesita llevar la razón en todo, porque en el fondo está lleno de complejos y no se cree lo bastante bueno para estar con una mujer como tú. Y lo cierto es que el pobre no se da cuenta de que el problema no es que no se lo crea, sino que no lo es y te vas a acabar dando cuenta.

Muy de izquierda tienes que ser para querer repetir con uno de izquierda. El mío era de los que estarían encantados de invitar a casa a merendar a Pablo Iglesias e Irene Montero. Que yo le miraba extrañada y le preguntaba: “¿A los del chaletazo custodiado por la guardia civil? ¿Pero para echarles algo en el chocolate antes de que mojen los churros o cómo lo habías pensado?”.

A mí que me perdonen los ricos de ese tipo, pero si hay que invitar a merendar, que paguen ellos. Si, total, es mi dinero igualmente.

Después añadió: "Los hombres en nuestro país deberían reflexionar y tomarse muy en serio los cambios sociales que están habiendo en España y en el mundo”. Yo ahí no pude coincidir con ella, porque creo que como se pongan a darle vueltas al asunto, piden todos cita en el registro civil para cambiar de género y acabamos todos, todas y todes siendo mujeres.

Con el carácter que parecéis demostrar algunas, da la sensación de que en casa y entre las sábanas perdéis la personalidad. Quizá es esa la tara de las mujeres de izquierdas, qué sabré yo

Y a partir de ahí, Yolanda y yo ya nos empezamos a distanciar irreversiblemente: “Sería conveniente que fueran los primeros en entender los micromachismos y lo que hacen con nosotras en las vidas privadas”.

Ojiplática me dejas, Yolanda. ¿Pero qué os hacen los hombres, a ti, a Irene y a Pam, que os tienen traumatizadas? Me voy a empezar a preocupar. Que mi ex era de izquierdas y prepotente insoportable, pero en la vida privada ningún hombre ha hecho conmigo algo que yo no haya querido o permitido. Con el carácter que parecéis demostrar algunas, da la sensación de que en casa y entre las sábanas perdéis la personalidad. Quizá es esa la tara de las mujeres de izquierdas, qué sabré yo.

Por último, la señorita Díaz habló de la necesidad "más que nunca" de imaginación en la política. Ahí ya me dejó loca. Se han inventado 20 tipos de familia que luego no encajan en la Constitución; 33 géneros sexuales incluyendo un tal “pangénero” que los abarca todos en uno solo y a la vez, (que yo sé que esto no lo entiende ni mi ex, por mucho que diga que sí) y se han sacado de la manga varias leyes que luego funcionan raro: igual te llenan el registro de hombres que dicen que son mujeres, como que en lugar de meter a los violadores en la cárcel, los sacan a la calle. Pues como le sigan echando imaginación acabamos teniendo unicornios rosas violadores volando y haciendo cosquillas a las nubes, como los Cantajuegos esos.

Mira, Yoli, corazón, de verdad te lo digo: vente al lado oscuro, que tenemos hombres de verdad, no maricomplejines. En este lado están los que saben que a una mujer se la respeta y si no ya se hace ella respetar, los que saben que lo que tienen entre las piernas no es fluido ni cambia según el día de la semana y, además, los que saben que pueden regalar bombones y flores sin ser insultados ni ver caras de asco. La vida es más dulce en el lado oscuro, Yoli. Déjate de socialismos y de comunismos, ¡que tenemos bombones!

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