El etarra José Ramón López de Abetxuko ha pronunciado este martes su polémica charla en el campus de Vitoria de la Universidad del País Vasco. Ante unas 80 personas que han aplaudido en dos ocasiones al final de su charla, el terrorista condenado por dos asesinatos ha denunciado el "trato deficiente" que sufren los presos de ETA enfermos.
La imagen era más que simbólica al filo de las 12.00 horas. Frente al edificio de la Universidad, las víctimas de ETA, incluidas las que sufrieron directamente al conferenciante López de Abetxuko, así como algunos representantes del PP vasco, se concentraban casi en soledad. Dentro del edificio universitario, un centenar de jóvenes abarrotaban el aula donde hablarían el etarra y el abogado abertzale Txema Matanzas, también condenado en su día por pertenencia a ETA.
La tensión era evidente entre los miembros del colectivo Sare, que organizaba la charla. Con la excusa el "exceso de aforo" y con el presunto respaldo de la Universidad, en un principio los organizadores impedían el paso a la prensa para cubrir la charla. Finalmente, unos cuantos medios, entre ellos Vozpópuli, conseguían no sin dificultades entrar en el lugar. Incluso algunos fotógrafos pasaron, pero nada de cámaras de televisión.
A las 13.00 horas los portavoces de Sare denunciaban el "boicot" a la charla y expresaban su deseo de "no impedir la libertad de expresión a nadie". A renglón seguido, tomaba la palabra el condenado por dos asesinatos que jamás se ha arrepentido de los mismos. López de Abetxuko aclaraba que estaba allí para hablar de "mi experiencia como preso enfermo", pero sin hacer referencia alguna a los motivos que lo llevaron a prisión. En ningún momento mencionaba a ETA y sólo hablaba del "colectivo de presos vascos" y, más en concreto, del grupo de enfermos de dicho colectivo.
"Trato deficiente" a los presos de ETA
López de Abetxuko denunciaba el "trato deficiente" que a su juicio sufren los reclusos enfermos y censuraba "las condiciones de aislamiento" que hacen más difíciles sus enfermedades. Tras narrar la situación de "angustia y miedo" que dice haber sufrido en prisión cuando enfermaba, terminaba su alocución afirmando que estamos en "un tiempo nuevo" donde debería terminar "la policía de dispersión" y donde habría que "poner en libertad a los presos enfermos par que se traten en un entorno de confianza médica y familiar", pero no en la cárcel. "No se piden tratos de favor ni beneficios penitenciarios, solo se cumpla la ley", apostillaba entre aplausos.
Al término de ese primer aplauso, el etarra tomaba de nuevo la palabra para "trasladar el calor de estos aplausos a los otros presos enfermos".