El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha admitido una "emergencia sanitaria" por la crisis del coronavirus después de negar la crisis durante casi un mes. Sánchez ha vaticinado semanas "duras y difíciles" y un "impacto económico contundente" ante la rápida expansión de la enfermedad, especialmente en Madrid y el País Vasco.
Sánchez ha comparecido este martes en La Moncloa después de un Consejo Europeo extraordinario por videoconferencia para abordar la expansión del coronavirus. El jefe del Ejecutivo ha utilizado un tono grave. Y ha reconocido que la situación es de emergencia, expresión que ha utilizado en varias ocasiones.
"Quiero enviar un mensaje de unidad, serenidad y estabilidad", ha dicho. "Para combatir esta emergencia de salud pública, haremos lo que haga falta, cuando haga falta y donde haga falta".
El Gobierno ha dado un giro de 180 grados en la crisis del coronavirus ante un desbordamiento en el número de infectados. Sánchez ha evitado cualquier autocrítica y ha responsabilizado a la comunidad científica de todas las decisiones que se han tomado hasta el momento, como la de permitir las manifestaciones del 8-M.
El jefe del Ejecutivo ha dicho que seguirán el criterio de los expertos, aunque las decisiones sean siempre políticas.
"Los gobiernos somos responsables y debemos decidir y ejecutar en sintonía con lo que aconsejen expertos.", ha asegurado.